Seguridad en América | Post

La Reforma Policial en el Perú: ¿Estamos en el Camino Correcto?

En el Perú la confianza ciudadana en la policía es de las más bajas de Latinoamérica, esto tiene grandes repercusiones en la acción de las fuerzas policiales, mas hay que reconocer que es una percepción basada en la realidad, en la corrupción, en la muy baja capacidad de respuesta, la muy baja formación, la casi ausente capacitación en servicio, la muy baja capacidad de sistemas de información y control.

Las autoridades suelen culpar a que la mala percepción es incrementada por los medios y es más bien lo que uno sufre en las calles.

En el Perú las fuerzas policiales están muy debajo de los estándares de una policía moderna y eficiente, veamos por qué:

FORMACIÓN POLICIAL

• Perfil del ingresante: éste debe ser necesariamente mejorado, se requiere de un proceso de selección que incluya no sólo lo cognitivo, sino lo vocacional, y la aplicación de pruebas de confianza, exámenes psicotécnicos, polígrafo y toxicológicos. Es un proceso necesario que implica que uno debe tener muy claro que si los ingresantes tienen problemas de bajo nivel al ingreso, el sistema educativo, el mismo que no resolverá esas carencias, a su vez una pregunta válida es cuántos están dispuestos a ser policías, la respuesta es que se incrementará en el tiempo, si se revalora la carrera policial habrá más interesados en ser policías, mas no es mejor, y acá hay que tener mucho cuidado.

• Malla curricular y plan de estudios: tanto en la escala básica (sub oficiales), como en los oficiales en el Perú se ha estado trabajando con mallas curriculares y planes de estudios obsoletos, sin un balance apropiado entre teoría y práctica, con cursos muy desfasados a la realidad del delito actual, sin el uso apropiado de materiales didácticos de calidad, laboratorios, trabajo de campo, en general el delito ha avanzado mucho en la última década y han incrementado sus modalidades. No obstante, la estructura curricular es más bien estática. Estos cambios no sólo deben ser aplicados a las escuelas de formación, sino también a la especialización policial y a los cursos de capacitación en servicio, es decir necesitamos una estructura de estudios que corresponda a la demanda actual de la capacitación necesaria para luchar contra el delito en forma efectiva, como también a una visión permanente de actualización y mejora.

• Plana docente: la formación policial hoy en día debe ser multidisciplinaria, ya que no sólo está centrada en las labores operativas y tácticas policiales, sino en una serie de conocimientos científicos, de derechos humanos, tratamiento con las comunidades, entre otros. Por tanto, requiere de una plana docente de diferentes profesiones, por lo general la formación policial siempre ha sido casi en exclusividad realizada por los mismos policías, lo cual no es posible, hay que romper ese paradigma, se requiere de muchos otros tipos de profesiones, lo segundo es que muchas veces dictar en las escuelas lejos de ser un privilegio, y una mejora real dentro del escalafón policial, era visto como un castigo, por ende ya dentro de los mismo profesores, no eran los mejores a disposición de la enseñanza, incluso era casi un castigo, se deben generar incentivos reales para que dictar clases dentro de la policía permita ayudar en los cursos de ascenso, además de llevar a la medida de lo posible los pagos a docentes a niveles aceptables de mercado. Un mal profesional no será un buen docente, menos aún en temas en donde el conocimiento y la experiencia son indispensables para poder formar a un alumno. 

• Infraestructura: para la formación. Si algo prolifera en el Perú son las escuelas de formación policial, lo cual es inaudito ya que tenemos 27 escuelas de formación, casi todas en estado deplorable, en locales en los que no se puede formar apropiadamente a los estudiantes, lo que se necesitan es tener por lo menos dos campus de formación, el primero para los sub oficiales, con aulas adecuadas a la malla curricular, adecuados laboratorios, pistas de entrenamiento, polígonos, dormitorios, comedores, lavanderías, áreas comunes, salas de cómputo, etc. Es decir no podemos tener una formación integral sin las condiciones de infraestructura apropiadas, de igual forma para los oficiales, en estos campus y en forma adyacente deben construirse en módulos aparte para la formación continua y especialización, así se podrían generar ahorros de servicios comunes.

• Excelencia académica: todo proceso educativo debe producir profesionales de calidad, esto implica que no todos se pueden graduar, la excelencia académica requiere de ir evaluando a los estudiantes, depurando a aquellos que no obtengan las competencias requeridas, sin duda una tentación siempre latente cuando queremos graduar mayor número de policías es que éstos no pasen por una rigurosa preparación, lo que evita por un lado dar un buen servicio posteriormente al ciudadano y lo peor aún es que rompe con la meritocracia institucional. 

En realidad cuando analizamos sólo estas variables de la formación policial, nos damos cuenta que aún en paralelo es un proceso que por lo menos tardaría dos años en dar frutos, y es además de una mejora continua, este tema debe ser tratado con mucha seriedad. No hipotequemos el largo plazo sólo por tratar de vender un mal a corto plazo.

INVESTIGACIÓN CRIMINAL

La investigación criminal en el Perú se encuentra absolutamente desfasada tanto en términos tecnológicos de soporte a cada una de las especialidades, la falta de infraestructura y laboratorios, personal calificado, capacitación permanente, descentralización de los servicios a nivel nacional, la primera acción es tener informes de investigación criminal contundentes, en fondo y forma, de manera tal que el Ministerio Público actúe en forma inmediata, y con resultados efectivos. Homologar la investigación criminal entre la Policía Nacional, el Ministerio Público y el Poder Judicial es una acción ineludible, hoy en el Perú por esta carencia vivimos el efecto de la puerta giratoria, es decir del número de detenidos sólo un pequeño porcentaje se encuentra con una sentencia judicial, un fuerte y eficiente sistema de investigación criminal, reduce las posibilidades que el Ministerio Público y posteriormente el Poder Judicial, desvíen sus decisiones por faltas de prueba o corrupción, es ahí donde se empieza a reducir los niveles de impunidad, es ahí donde la ciudadanía comienza a recuperar la confianza en la policía y en el sistema de justicia.

PREVENCIÓN E INFORMACIÓN

Lamentablemente en Latinoamérica en su conjunto se ha tratado el tema de prevención primaria, secundaria y terciaria con muy poca seriedad, se trabaja sin líneas de base, sin evaluaciones de impacto, en lo general son “enlatados” que no responde a resultados comprobables y peor aún a la realidad en cada país, la mejor prevención es la presencia real del estado en las localidades de riesgo o vulnerables y esto implica no sólo un eficiente trabajo policial; es tener escuelas, servicios de salud, viabilidad y transporte, espacios públicos, servicios sociales de calidad, esto no ocurre por diversos motivos que merecerían un artículo aparte. No obstante en el Perú se atreven a normar políticas de prevención como “barrio seguro” que no funciona ni en el escritorio, y son inviables en el terreno, por falta de recursos, articulación intersectorial y con ello objetivos comunes, falta de análisis que incluso si fueran, y no lo son, buenas prácticas no son universales a cualquier espacio o territorio. No obstante, ello se pretende gastar millones de dólares e incluso endeudarse por medidas que no tendrán ningún impacto real, ni menos sostenibles. 

Finalmente, en la prevención no se debe dejar de mencionar la violencia de género, el feminicidio y violaciones a menores de edad, este tema va en un preocupante crecimiento, si bien por un lado hay que trabajar desde las escuelas, trabajo con las familias y comunidades, lo que no es concebible que el Estado ponga todos los recursos y esfuerzos en detectar los casos, sin dar casi ninguna asistencia a las víctimas, es a mi juicio casi inmoral como si un médico detecta una enfermedad y no da ningún tratamiento, el Estado debe generar una capacidad de respuesta y asistencia a las víctimas para que no vuelva a ocurrir, y que además les permita tener una vida sin violencia, o lo único que harán es registrar los incrementos año con año y perpetuar este problema. Además de la presencia real del Estado, se requieren programas que realmente cambien la vida de los jóvenes dándoles posibilidades de que su futuro tenga un costo de oportunidad mayor al de trasgredir la ley, en prevención primaria si esto no ocurre no se lograrán los impactos esperados. 

Respecto de la información en el Perú si tienes algunos temas alentadores a nivel macro, el Instituto Nacional de Estadísticas (INE), aplica regularmente encuestas de victimización y percepción, encuestas sobre el sistema penitenciario, es decir tenemos cifras oficiales macros, se deberían complementar poco a poco con cifras a niveles de los barrios siendo ésta ya una labor de los gobiernos locales, mas utilizando la misma metodología, así se garantiza que se puedan tomar decisiones con base en información, pero también poder hacer un análisis longitudinal a través del tiempo.

Ahora bien, esa es la buena noticia, los logros en el uso de esa información no es tan halagadora aún, otro tema en la información es que no se ha logrado una activa participación y compromiso de los gobiernos locales. 

TRANSPARENCIA Y ANTICORRUPCIÓN

Lamentablemente en el Perú no se ha querido encarar en forma directa la corrupción policial, no se ha realizado una depuración en la institución, no se crearon mecanismos para ello, no se han fortalecido los sistemas internos ni externos, sólo se hizo un recorte de la oficialidad por el propio sector sin ningún efecto en la corrupción, más fue vendido como si eso fuera la lucha anticorrupción, no se puede recuperar la confianza de la población sin realizar esta acción en forma contundente, no se han creado las herramientas: han creado los medios un marco normativo, herramientas y procedimientos, una comisión intersectorial (Ministerio del Interior, Ministerio Publico, Poder Judicial y sociedad civil), pruebas de confianza al personal de servicio en forma permanente y aspirantes, control patrimonial efectivo, entre otras medidas, esto requiere un apoyo político del más alto nivel, coraje y convicción, lamentablemente en el Perú no se ha realizado nada, somos un país en donde la corrupción pulula, un presidente preso, uno con orden de captura y trámite de extradición y dos investigados, todos por actos de corrupción, en este escenario es aún más necesario la lucha contra la corrupción en la Policía Nacional del Perú. La transparencia como el uso de los recursos públicos es aún tarea pendiente, a este nivel se requieren sistemas de información integrados de alta calidad.

SISTEMA DE GESTIÓN Y SOPORTE

Un primer tema es la adecuada asignación presupuestal, con base en un plan estratégico y de reforma, esto no se ha realizado, hay insuficientes asignaciones presupuestarias, mala asignación de recursos y reducidas por la corrupción institucional. La gestión ha mantenido tanto a nivel del ministerio como de la propia policía una organización que no responde a las necesidades de la población, no existen sistemas de soporte de alta calidad ni capacidad de respuesta. Escribo este artículo con la esperanza que alguien logre hacer los cambios de verdad, y si algún país latinoamericano se siente identificado con esta realidad, propongan los cambios que requiere su propio contexto. En estos temas es importante recordar la frase de Lao Tse: “Haz nada para que nada no suceda”, esto aplica a los funcionarios ineptos y de esos tenemos bastantes, en conclusión no sólo hay que limpiarnos de corruptos también de ineptos.

banner