Seguridad en América | Post

EL FUTURO DE LA ROBOTIZACIÓN EN LA SEGURIDAD

¿El futuro de la seguridad está en los robots? Todo indica que sí. Sin embargo, habrá que replantearse varios factores para hacer una transición más acorde a la realidad.

En la literatura y la cinematografía nos han bombardeado con miles de ejemplos en donde el trabajo de policía o la seguridad en empresas o corporativos son realizados por entes robóticos con Inteligencia Artificial que pueden tomar decisiones mucho más rápido que un humano, pero habrá que preguntarse si esas decisiones procesadas en segundos, son las mejores.

Estamos de acuerdo en que las emociones y la experiencia son irremplazables o irrepetibles en la robótica, por lo menos hasta nuestros días. La empatía, el sentido común, el conocimiento previo, son elementos que nos diferencian de los demás seres y que nos permite a través del razonamiento, toma de decisiones.

El pensar que los robots reemplazarán totalmente a los humanos en la seguridad no es, por lo menos en este momento, viable. Hay muchos factores éticos, sociales, operativos, etcétera, entre los que se pueden enunciar las capacidades físicas del cuerpo humano, la disponibilidad, el poder de desplazamiento y la toma de decisiones complejas de acuerdo a la situación. Los robots aún no pueden subir o bajar escaleras a un ritmo constante, alcanzar objetos altos mayores a sus capacidades de construcción, determinar de acuerdo a la actitud, el darle acceso o no a una persona, valorar situaciones en donde las personas expresan sentimientos de tristeza, ira, enojo o estrés, entre otros factores.

Los elementos de seguridad tienen necesidades que cubrir tales como: el hambre, el cansancio, ir al baño, asearse, que podrían ser delimitantes ante las capacidades de un robot. Sin embargo, la robótica aún no resuelve factores como la carga de baterías, el mantenimiento preventivo o correctivo, el cambio de refacciones, la dependencia del ser humano, la autogestión y, sobre todo, el poder de procesamiento de la especie humana.

¿REEMPLAZO O COMPLEMENTO?

Hoy en día, ya hay ejemplos en el mundo del uso de robots en la industria de la seguridad, sobre todo en la seguridad electrónica, con drones de vigilancia, robots en equipos de control de explosivos, vigilantes robóticos en espacios de difícil acceso como ductos y lugares con poco oxígeno, robots para patrullaje de corporativos, edificios departamentales o estacionamientos, entre otros muchos más ejemplos, ya que la tecnología siempre ha estado de la mano de la seguridad, se refiera a la de un país o de empresas dedicadas a ello. Los mejores avances tecnológicos han surgido por la necesidad de ampliar la gama de productos y servicios de la seguridad para la protección de sus ciudadanos o empleados contra la delincuencia.

El fin del robot no debe reemplazar al hombre en sus labores, sino ser un complemento y prioritariamente, el evitar pérdidas humanas en tareas riesgosas, en donde el valor de una vida es irreparable en comparación a la de un robot de línea. Se puede conciliar para ser una ampliación de las capacidades tanto físicas como en la toma de decisiones del elemento de seguridad. El robot posee sensores, láseres, GPS (Global Positioning System), entre muchos más elementos tecnológicos que servirán para amplificar los sentidos del vigilante y que servirán de apoyo para su labor diaria.

Los robots guardias de seguridad ya son una realidad y en un futuro no muy lejano, estaremos viendo compañías dedicadas a la venta, alquiler y mantenimiento de entes robóticos. Pronto veremos patrullas tanto públicas como privadas con binomios humano – robot patrullando las ciudades o corporativos, mejorando día con día la lucha contra la inseguridad. Tendrán más relación con los seres humanos y aprenderán a mejorar la interacción con las personas, a desarrollar estrategias aprendidas con la experiencia y a la toma de decisiones más parecidas a las humanas.

En resumen, el futuro está a nuestro alcance y hay que abrirle la puerta a una revolución robótica en la seguridad que nos ayudará a valorar nuestra especie y quien sabe, probablemente nos ayude a ser mejores seres humanos.

banner