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EL IMPACTO SOCIAL DE LA INTELIGENCIA ARTIFICIAL: MÁS ALLÁ DE LOS MITOS

Es esencial que tomemos las medidas necesarias; aplicando estándares internacionales y procesos debidos para proteger nuestra información, nuestros datos y la privacidad al usar cualquiera de estas herramientas tecnológicasEs esencial que tomemos las medidas necesarias; aplicando estándares internacionales y procesos debidos para proteger nuestra información, nuestros datos y la privacidad al usar cualquiera de estas herramientas tecnológicas

Últimamente se ha escuchado mucho sobre inteligencia artificial, y pareciera una tecnología reciente, pero esto no es un concepto tan nuevo, ni siquiera de los últimos diez años, ni tampoco de los últimos veinte años; es tecnología que data desde mediados de 1950 y fue Alan Turning quien comenzó con la idea de que había posibilidad de que las máquinas comenzarán a pensar, en esos años no se le conocía con el término que se le conoce hoy, pero desde aquel entonces se han tomado aquellos modelos desarrollados que se han mejorado en la línea del tiempo hasta su actualidad y continúan.
Uno de los chatbots más ilustrativos a mediados de los años 60 fue ELIZA, creado en el laboratorio del MIT por varios científicos informáticos, entre ellos el alemán Joseph Weizenbaum, para demostrar cuán superficiales eran las comunicaciones entre humanos y computadoras en ese momento. Lo hacía reconociendo palabras clave y preguntando sobre ellas como si fuera un psicólogo. Mediante el uso de la metodología de “conciencia de patrones” y sustitución, el programa brindaba respuestas enlatadas que hicieron que los primeros usuarios sintieran que estaban hablando con otra persona. ELIZA se escribió originalmente en MAD-Slip. Se hicieron muchas variaciones de los guiones originales mientras los codificadores aficionados jugaban con el código, que era bastante simple.
El concepto que definía la inteligencia artificial ha cambiado con el tiempo, pero la idea principal siempre ha sido la misma; la capacidad de los sistemas informáticos para realizar tareas que normalmente requieren inteligencia humana, como la percepción, el razonamiento, la toma de decisión y la traducción de idiomas.
El término “inteligencia artificial” se utiliza para describir el campo de la informática que se ocupa del desarrollo de sistemas informáticos que puedan realizar dichas tareas, por lo que es correcto concluir que la inteligencia artificial abarca una variedad de técnicas y enfoques, incluido el aprendizaje automático, los sistemas basados en reglas, los sistemas expertos y algoritmos evolutivos, entre otros.

IMITACIÓN DE LA INTELIGENCIA HUMANA
Todas estas técnicas se utilizan para desarrollar sistemas informáticos que pueden aprender de los datos, razonar sobre problemas complejos e interactuar con el mundo de formas que “imitan” la inteligencia humana. En resumen, es un campo amplio que se ocupa del desarrollo de sistemas informáticos, de la variedad de técnicas y enfoques, y la elección de éstas dependerán del problema específico que se esté abordando así como de los datos disponibles.
Lo anterior da cabida al pensamiento que la inteligencia artificial es capaz de simular el pensamiento abstracto, creativo y deductivo, particularmente la capacidad de aprender utilizando la lógica binaria digital de las computadoras.
La inteligencia artificial tiene el potencial de revolucionar muchas industrias; desde la médica, transporte, finanzas, entretenimiento y marketing, sin duda podría cambiar la forma en la que trabajamos y actualmente vivimos haciendo varias tareas más eficientes, rápidas y personalizadas, pero en todo esto es imperativo considerar las implicaciones éticas y asegurarse de que se utilice de manera responsable, precisamente para beneficiar y tener un impacto positivo a la sociedad como un todo. 
Sin duda, ética y responsabilidad pueden ser subjetivos y dependen de los valores, así como de la perspectiva de cada individuo. Sin embargo, hay varios esfuerzos por establecer estos “principios éticos”, guías para el desarrollo y uso de la inteligencia artificial. Es importante para los desarrolladores, los encargados de formular políticas y los usuarios que conozcan estos principios y pautas, para que trabajen en garantizar el buen uso de la inteligencia artificial y hacerlo parte de la política de ciberseguridad, privacidad y protección de datos. Además de entrenamiento constante y creación de cultura, también consciencia para fomentar la comprensión de los riesgos y beneficios de la inteligencia artificial. 
La inteligencia artificial tiene muchas capacidades que la convierten en una herramienta poderosa para resolver problemas complejos y realizar tareas que serían difíciles o imposibles de hacer para los humanos, algunas de estas capacidades son: aprender de los datos, reconocimiento de patrones, procesamiento del lenguaje natural, optimización, robótica.
A pesar de las impresionantes capacidades también tiene limitaciones y desafíos que siempre deben mejorarse, algunas de estas son: sesgo, explicabilidad, limitaciones de datos, ciberseguridad y, por supuesto, preocupaciones éticas, como lo mencione anteriormente.

EL AUGE DE LOS CHATBOTS
Seguramente cuando piensas en inteligencia artificial lo primero que viene a tu mente es el ChatGPT (por mencionar alguno,) este tipo de inteligencia artificial es generativa, combina tecnologías como el procesamiento del lenguaje natural (PLN) y aprendizaje automático incluyendo aprendizaje profundo para generar texto de lenguaje natural. Las capacidades de procesamiento de lenguaje natural del chatbot le permite entender y generar texto en lenguaje humano, por lo que puedes sentir la impresión que estás verdaderamente charlando con otra persona. 
Debes tener en mente que como es un algoritmo de aprendizaje tiene acceso a gran cantidad de fuentes e información, por lo que, si la información tiene sesgos o es incompleta, entonces los resultados serán poco acertados y con sesgos también; algunas de las muchas cosas a considerar cuando usas este tipo de inteligencia artificial, ya que ChatGPT no es el único chatbot, existen otros como Google Bard, Youchat, ChatSonic, por mencionar algunos.
Existen años de investigación y desarrollo con relación a la inteligencia artificial y podríamos decir que tiene dos ramas: “inteligencia artificial aplicada” e “inteligencia artificial generalizada”. La primera usa principios de simulación del pensamiento humano para llevar a cabo una tarea específica, mientras que la segunda busca desarrollar inteligencias mecánicas que puedan dedicarse a cualquier tarea, como lo haría un ser humano. 
La inteligencia artificial especializada y aplicada está proporcionando avances en campos de estudio; desde la física cuántica, donde se usa para modelar y predecir el comportamiento de sistemas compuestos por miles de millones de partículas subatómicas, hasta la medicina donde es usada para diagnosticar pacientes en función de datos genómicos; es usada también en la industria, en el mundo financiero para diferentes usos, desde la detección de fraudes hasta mejora de servicio al cliente. Se usa en procesos de producción, para predecir fallas antes de que ocurra algún accidente.
Existen varios enfoques de la inteligencia artificial, cada uno con sus propias técnicas y algoritmos como, por ejemplo: sistemas expertos, que utilizan reglas y bases de conocimiento para simular las habilidades de toma de decisiones, estos fueron algunos de los primeros desarrollados en las décadas de los 80 y 90. Sistemas basados en reglas, que son similares a los sistemas expertos, pero usan reglas -si-entonces- para tomar decisiones. Algoritmos evolutivos, que imitan el proceso de selección natural para encontrar la mejor solución a un problema. Lógica difusa, que permite la imprecisión y la incertidumbre en la toma de decisiones. Aprendizaje por refuerzo, que consiste en entrenar a un agente para que interactúe con un entorno y aprenda de recompensas o castigos. Redes neuronales, que se inspira en la estructura y función del cerebro humano. 
Son sólo algunos ejemplos de los muchos enfoques de la inteligencia artificial que se utilizan en la actualidad, cada enfoque tiene sus propias fortalezas y debilidades; la elección del enfoque dependerá de lo que se esté abordando y obviamente de los datos disponibles, como ha sido mencionado a lo largo del artículo. 
Lo cierto es que, diariamente usamos inteligencia artificial en nuestro día a día, cuando hablamos con Siri de Apple o con alguna asistente virtual como Alexa de Amazon o Cortana de Microsoft, incluso cuando usamos aplicaciones para saber el clima, entre muchas otras más.
La aplicación, desde la neurociencia a la arquitectura, de los sistemas ha llevado al desarrollo de redes neuronales artificiales, y aunque el trabajo en este campo ha evolucionado durante el último siglo, sólo recientemente se han puesto a disposición computadoras con la potencia adecuada para hacer la tarea una realidad cotidiana para cualquier persona, excepto para aquellos con acceso a las herramientas más caras y especializadas.
Definitivamente el principal factor de la activación de estas tecnologías ha sido la explosión de datos que se ha acelerado desde que la sociedad, en el mundo físico, se fusionó con el mundo digital. Esta disponibilidad de datos se genera desde las cosas que compartimos en las redes sociales, hasta los datos de máquina generados por otra maquinaria industrial conectada; significa que las computadoras tienen un universo de información disponible para ellos, para ayudarles a aprender de manera más eficiente a tomar mejores decisiones y entre más dispositivos interconectados existan, más información se genera. 
Vivimos en un mundo hiperconectado y la realidad es que sólo seguirá en aumento, lo vemos con la creación de nuevas tecnologías y la adopción de éstas en la sociedad. Pero es verdad que toda evolución tecnológica trae consigo riesgos y peligros de los que debemos estar conscientes y conocer como poder mitigarlos de manera efectiva.

RIESGOS DE LA INTELIGENCIA ARTIFICIAL
Es importante ser conscientes de los riesgos potenciales de la inteligencia artificial, ya que ésta puede ser utilizada para automatizar tareas peligrosas y repetitivas, mejorar la eficiencia en la producción y en la toma de decisiones, pero también puede ser utilizada para el mal si se usa en el campo de la ciberseguridad o para crear deepfakes ataques de phishing u otros delitos cibernéticos.
Lo anterior es algo que hemos visto que aumenta considerablemente cuando ocurre alguna situación de impacto, desde la pandemia, la guerra en Europa, reuniones globales de jefes de estado, hasta campañas de marketing o temporadas de mucho movimiento como la navideña entre varios otros; son momentos que los delincuentes toman la oportunidad para crear más “caos” a través de desinformación, como imágenes o noticias falsas, con el uso de vectores de ataque como smishing, phishing, vishing por mencionar algunos, y por supuesto la ingeniería social como uno de los principales aliados para delinquir.
Adicional a estos riesgos, están los de privacidad y protección de datos, es decir, como lo mencione anteriormente, todo lo nuevo viene con sus propios riesgos y es nuestra responsabilidad conocerlo y lo que conlleva. Sin embargo, esta situación no es exclusiva de tecnologías de inteligencia artificial, la cual fue creada originalmente para ayudar a los seres humanos en su vida diaria, no para fines malintencionados como el hacking.
Aunque hay riesgos y preocupaciones asociados con la inteligencia artificial, es importante recordar que es una herramienta poderosa que puede ser utilizada para mejorar nuestras vidas si se usa adecuadamente, por lo que es importante que si la usas o es una herramienta en tu organización, desarrolles medidas para proteger la privacidad y la seguridad de los datos, al igual que tomar las medidas debidas para mitigar los riesgos asociados a ésta. 
Es completamente entendible que todas las preocupaciones asociadas al mal uso de la inteligencia artificial no se limitan sólo a ésta, ya que cada vez que usamos cualquier herramienta para facilitar nuestras tareas diarias, sea de tecnología, automatización o cualquier otra, existirá siempre el potencial que se use para fines malintencionados o para violar la privacidad y seguridad de los usuarios y/o corporaciones.
Por lo tanto, es esencial que tomemos las medidas necesarias; aplicando estándares internacionales y procesos debidos para proteger nuestra información, nuestros datos y la privacidad al usar cualquiera de estas herramientas tecnológicas, y sobre todo asegurarnos de que dichas medidas, políticas y procesos sean implementados y monitoreados constantemente. Adicional a generar una cultura de seguridad, consciencia de los riesgos y las mejores prácticas, para evitar el uso indebido. 
Si ya eres usuario de éstas herramientas no olvides estar alerta, y sí aún están pensando en usarlas o no, anímate; es importante conocer lo nuevo y apoyarnos de herramientas poderosas para hacer eficiente nuestras tareas, pero siempre considera que los procesos, el entrenamiento y los estándares vienen de la mano con esta tecnología y con todas las otras herramientas.
¡Hasta la próxima!