Asaltos y crimen alcanza a grandes marcas como Calvin Klein, Hermenegildo Zegna y Hugo Boss.
Seis cárteles y 74 brazos armados en el país se han apoderado del delito de robo de mercancía en carreteras.
La era en la que los asaltantes atacaban al azar a los tráileres cargados de mercancía ha quedado atrás. Desde hace al menos tres años, el crimen organizado ha implementado tecnología y estrategias propias de conflictos bélicos a lo largo de las carreteras del país, con el objetivo de saquear con precisión los productos más demandados en el mercado negro.
Un estudio realizado por la empresa especializada en seguridad privada Círculo Logístico revela que seis cárteles y 74 brazos armados en el país se han apoderado del delito de robo de mercancía en carreteras, generando ganancias para el crimen organizado de al menos 4 mil 100 millones de dólares al año. Este incremento en el uso de violencia y tácticas similares a las utilizadas en conflictos bélicos ha sido notorio.
Para llevar a cabo sus operaciones, estos grupos delictivos han recurrido a balaceras y amenazas de muerte entre empleados de parques industriales y centros de distribución, con el fin de obtener información sobre horarios, rutas y placas de los camiones que serán sus objetivos. Además, utilizan drones equipados con inhibidores de GPS para desactivar el monitoreo satelital de las empresas y dar seguimiento específico a los camiones.
El vicepresidente de la Comisión de Seguridad y Justicia de la Confederación Patronal de la República Mexicana (Coparmex), Héctor Romero, señala que la criminalidad ha evolucionado, pasando de armas pequeñas a rifles de alto poder modificados para perforar los blindajes de los camiones de carga, representando una nueva fase de criminalidad.
Los cárteles, como el Jalisco Nueva Generación, del Golfo, del Noreste, de Sinaloa, La Unión Tepito y el remanente del cártel de Tláhuac, utilizan diversas tecnologías y tácticas, como baterías de alto voltaje para "volar" las chapas electromagnéticas de seguridad y equipos de radiofrecuencia para interferir con las cámaras de vigilancia.
Además, emplean ponchallantas de alta resistencia y fusiles de alta precisión de origen ruso para perforar las llantas a distancia. El objetivo principal del crimen organizado son productos específicos, siendo los más robados alimentos y bebidas, seguidos de electrodomésticos, material de construcción, autopartes y ropa y calzado.