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VIOLENCIA DE GÉNERO: UN LLAMADO A LA ACCIÓN ANTE LA REALIDAD DE LAS MUJERES

La Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL) reveló que al menos 3,897 mujeres fueron víctimas de feminicidio en 27 países de la región en 2023.

La violencia de género es una de las problemáticas más graves que enfrenta la humanidad en pleno siglo XXI. A pesar de los avances en derechos humanos y las políticas de igualdad, millones de mujeres en todo el mundo siguen siendo víctimas de agresiones físicas, emocionales, sexuales y, en los casos más extremos, de feminicidio. En México, uno de los países con las tasas más altas de violencia contra las mujeres en América Latina, este fenómeno alcanza niveles alarmantes, afectando no sólo a las víctimas directas, sino también a sus familias, comunidades y a la sociedad en su conjunto. La violencia de género es un problema estructural que trasciende las fronteras de lo privado y se convierte en una cuestión de justicia social.

El caso de Melanie Barragán, una joven que sufrió un intento de feminicidio en manos de su pareja Christian de Jesús “N”, es sólo uno de los muchos ejemplosde la violencia de género que se vive a diario. Durante la madrugada del 31 de octubre del 2024 en Ciudad Madero, Tamaulipas, Melanie fue atacada por su novio durante una fiesta de Halloween en la que la joven terminó gravemente herida. En aquella ocasión varios testigos presenciaron cómo Christian golpeó en el rostro y arrastró en el suelo a Melanie. Hechos que se viralizaron por Internet pidiendo la detención inmediata del agresor.

A pesar de las graves lesiones que sufrió, Melanie sobrevivió a este intento de feminicidio. El agresor fue detenido y, en la actualidad, enfrenta cargos por tentativa de feminicidio, pero la situación de Melanie es una representación de lo que viven miles de mujeres en el país. Su caso, aunque afortunadamente no terminó en tragedia, pone de manifiesto la urgente necesidad de tomar medidas efectivas para prevenir y erradicar la violencia de género.

LA MAGNITUD DE LA VIOLENCIA DE GÉNERO EN MÉXICO

México es uno de los países con las tasas más altas de violencia de género en América Latina. Según da- tos del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI), en 2020 se registraron más de 13 mil casos de feminicidio, aunque las cifras oficiales podrían

ser aún mayores, ya que muchos de los casos no se denuncian o no se tipifican correcta- mente como feminicidios. Esta cifra represen- ta un incremento alarmante en los últimos años, lo que refleja la incapacidad del sistema para proteger a las mujeres de la violen- cia que sufren a diario.

Además de los feminicidios, la violencia de género en México se manifiesta en una amplia gama de formas. La violencia física, emocional, económica y sexual son sólo algunas de las manifestaciones más visibles.
Según la Encuesta Nacional sobre la Dinámica de las Relaciones en los Hogares (ENDIREH), un 66.1% de las mujeres de 15 años
y más han experimentado algún tipo de violencia por parte de su pareja a lo largo de su vida, ya sea física, emocional, sexual o económica. Estos datos reflejan la extensión de la violencia doméstica y la dificultad de las mujeres para salir de estos círculos de abuso.

La violencia de género no es sólo un problema de las mujeres que sufren agresiones directas, sino que también tiene un impacto devastador en las comunidades. Las mujeres que viven en situaciones de violencia a menudo se ven privadas de su libertad, autonomía y bienestar emocional. Este ciclo de abuso no sólo afecta a las víctimas directas, sino también a sus hijos e hijas, quienes son testigos de la violencia o incluso víctimas de abuso en algunos casos. El impacto psicológico de vivir en un entorno violento puede durar toda la vida, afectando la salud mental y el desarrollo emocional de las personas involucradas.

CAUSAS

La violencia de género tiene sus raíces en la desigualdad estructural entre hombres y mujeres, la normalización de los roles tradicionales de género y la cultura patriarcal que sigue predominando en muchas sociedades, incluida la mexicana. En un contexto donde la mujer ha sido históricamente vista como un ser subordinado al hombre, la violencia física y psicológica se convierte en una herramienta de control y poder.

Existen varias causas que explican por qué la violencia de género persiste, a pesar de los esfuerzos por erradicarla. Una de las más significativas es la falta de educación en torno a la igualdad de género. Desde una edad temprana, los niños y niñas son socializados con normas y expectativas diferentes basadas en su sexo, lo que refuerza los estereotipos y prejuicios que perpetúan la violencia. Además, la impunidad es otro factor clave en la perpetuación de la violencia de género. En muchos casos, los agresores no son castigados por sus crímenes, lo que crea un clima de impunidad que fomenta la repetición de estos actos violentos.

La cultura del machismo, que valora la agresión como una forma de demostrar poder y masculinidad, también juega un papel fundamental en la perpetuación de la violencia de género. En muchos casos, los agresores creen que tienen derecho a controlar a las mujeres y que cualquier resistencia de su parte es una provocación que justifica el uso de la violencia.

¿QUÉ HACER SI SE ES VÍCTIMA?

Para las mujeres que enfrentan situaciones de violencia, es fundamental saber que no están solas y que existen recursos y apoyos disponibles para ellas. En primer lugar, es necesario entender que la violencia de género no es algo que deba ser tolerado o aceptado. Nadie tiene el derecho de agredir a otra persona, y la víctima tiene derecho a vivir libre de miedo y violencia.

Las mujeres que están siendo víctimas de violencia de género deben buscar ayuda de manera inmediata. Existen diversas instituciones y organizaciones que brindan apoyo a las víctimas, como el Instituto Nacional de las Mujeres (INMUJERES), el Centro de Justicia para las Mujeres y diversas asociaciones civiles. Estas instituciones ofrecen atención legal, psicológica y médica a las mujeres en situaciones de violencia.

Una de las primeras acciones que debe tomar cualquier víctima de violencia de género es romper el silencio. Denunciar el abuso es fundamental, ya que permite activar los mecanismos de protección y justicia. En México, el Sistema de Justicia Penal Acusatorio establece que las mujeres tienen derecho a recibir protección inmediata y a ser atendidas por personal capacitado. La denuncia puede realizarse a través de la Línea Nacional contra la Violencia Familiar y Sexual (800 00 85 400), un servicio gratuito y confidencial que brinda asesoría legal, psicológica y orientación sobre las medidas de protección disponibles.

Además, las víctimas deben saber que existen órdenes de protección, que son medidas legales que pueden tomar las autoridades para proteger a las mujeres de sus agreso- res. Estas órdenes incluyen la restricción de acercamiento del agresor, la prohibición de contacto y la custodia de los hijos, entre otras. Es importante que las víctimas se acerquen a las autoridades para conocer las opciones disponibles y decidir cuál es la mejor estrategia para su protección.

Asimismo, las mujeres que sufren violencia de género deben contar con redes de apoyo emocional y psicológico. Los centros de atención y las líneas telefónicas de apoyo brindan una ayuda invaluable para las víctimas, ayudándolas a entender la dinámica de la violencia y a tomar decisiones informadas sobre cómo salir del ciclo de abuso. En muchos casos, el apoyo emocional es crucial para que las víctimas puedan recuperar su autoestima y tomar el control de su vida.

RECOMENDACIONES PARA LA PREVENCIÓN

a) Educación y Sensibilización: Es fundamental educar a la sociedad en temas de igualdad de género, respeto y no violencia desde una edad temprana. Las escuelas, medios de comunicación y organizaciones sociales deben desempeñar un papel activo en la promoción de estos valores.

b) Fortalecimiento de las Instituciones: Es necesario mejorar la capacitación de las autoridades encargadas de la atención de la violencia de género, así como fortalecer los mecanismos legales de protección para las víctimas.

c) Creación de Espacios Seguros: Las mujeres deben tener acceso a refugios y centros de atención donde puedan encontrar apoyo sin temor a represalias.

d) Impulsar Políticas Públicas de Prevención y Apoyo: Se deben implementar políticas públicas que promuevan la igualdad de género y la erradicación de la violencia, así como asegurar el acceso a la justicia para las víctimas.

CONCLUSIÓN

La violencia de género es un problema estructural que afecta a millones de mujeres en todo el mundo, y el caso de Melanie Barragán es sólo uno de los muchos ejemplos de esta realidad. Para poner fin a este ciclo de violencia, es esencial que la sociedad, las auto- ridades y las instituciones trabajen juntas para prevenir y erradicar este problema. Sólo a través de un compromiso colectivo y un enfoque integral podremos garantizar un futuro donde las mujeres vivan libres de violencia, con igualdad de oportunidades y pleno ejercicio de sus derechos.