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LA PROBABILIDAD DE LO IMPROBABLE: ¿CÓMO ACTUAR ANTE UN TIRADOR ACTIVO?

Los responsables de la Seguridad Corporativa deben buscar en todo momento posibles riesgos, sin importar que tan probable o no sea que pasen.

En los hospitales, existen factores de violencia como lo pueden ser personal clínico o pacientes bajo el efecto de alguna droga, con intenciones de robar o visitantes inestables emocionalmente, sin embargo, hay otras personas que tienen como objetivo dañar a los demás por resentimiento o sólo por el hecho de hacer daño.

Particularmente en Estados Unidos, pero no exclusivo de este país, existe un fenómeno llamado tirador activo, éste ha afectado principalmente al sector educativo, pero también se ha observado en el sector salud.

Un tirador activo, definido por el FBI, es una persona, o varias, participando activamente en matar o intentar matar a la mayor catidad de gente posible en un área que está poblada y confinada. Queda implícito en la definición el uso de armas de fuego para lograr su propósito.

En los últimos 23 años según cifras del FBI, se han presentado 532 incidentes de tirador activo en Estados Unidos, el 97% fueron ejecutadas por hombres en lugares como espacios abiertos, comercios, escuelas, hospitales y residencias. En las estadísticas estadounidenses los incidentes en hospitales se colocan en el 5to lugar después de los centros educativos.

En México, hasta la fecha se tiene registro únicamente de dos casos en escuelas, ocurridos en los años 2017 y 2020, sin embargo, esto no quiere decir que no pueda suceder de nuevo o que no pueda migrar a los centros de salud u otros sectores. Aunque la probabilidad sea muy baja, el impacto es muy grande, por lo que debemos trabajar de manera preventiva, anticiparnos y reconocer que este tipo de sucesos violentos se pueden presentar en nuestros hospitales.


Existen tres posibles perfiles de un tirador activo en los hospitales:

1) El extraño: Persona que no tiene relación con el hospital ni con los empleados, pacientes o familiares.
2) Cliente o consumidor: Es quien está recibiendo un servicio y la víctima es un empleado, a menudo busca venganza y lo tiene planeado. Esta es la categoría más común para los tiroteos masivos.

3) Empleado: Colega o compañero que trabaja o trabajó en el hospital y por descontentos laborales o por la terminación de su relación laboral busca venganza y lo tiene planeado.

RECOMENDACIONES

Ante estas amenazas, el FBI recomienda poner en práctica el protocolo: corre, escóndete y pelea. A continuación, describiré a detalle el procedimiento para ilustrar su funcionamiento.

Cuando sucede un evento de este tipo, siempre habrá disturbios, gritos, cosas que se quiebran o ruidos que asemejen a un disparo, es importante poner atención y escuchar de donde provienen los sonidos, así como verificar —sin exponerse— que realmente sea alguna situación de riesgo que pueda poner en riesgo a la comunidad.

Aléjate inmediatamente en sentido contrario a la amenaza, deja tus pertenencias y alienta a los demás a que se retiren del lugar, apoya a quienes necesiten ayuda, no te detengas a grabar con tu celular, corre.

Detén la atención al paciente y salgan del área inmediatamente, no se detengan por víctimas que puedan encontrar en el camino. Aléjense a un lugar se- guro, reporten de inmediato a seguridad o al número de emergencia de su localidad, y no regresen al área.

Dependiendo de la situación quizás no podrás evacuar, por lo que deberás esconderte. Si te encuentras con un paciente dentro de su habitación, haz que la habitación esté lo más segura posible, apagando la luz, el televisor y cerrando persianas y puertas, coloca obstáculos de tal manera que puedas dificultar el ingreso del agresor, pon en silencio tu celular y mantente fuera de la vista del agresor y/o ocúltate tras objetos grandes. Ubica algún objeto con el que puedas defenderte en caso de ser necesario.

Como último recurso, pelea. Si no puedes evacuar o esconderte de manera segura y únicamente cuando tu vida esté en peligro inminente, intenta incapacitar al agresor. Usa la agresión física, usa objetos cercanos como sillas o extintores, lanza objetos si es posible. Llama al número de emergencia cuando sea seguro hacerlo.

Los responsables de la Seguridad Corporativa deben buscar en todo momento posibles riesgos, sin importar que tan probable o no sea que pasen, debemos enforcarnos en aquellos riesgos que puedan tener un gran impacto negativo a la vida.

Es fundamental crear programas y procesos preventivos enfoca- dos a las personas, en lugar de estar a la espera de cisnes negros para después actuar. Nuestra responsabilidad es dar herramientas sencillas a todos aquellos que nos toca cuidar, que ayuden a tomar decisiones rápidas y proteger su integridad.

El enseñar en que momento hay que correr, esconderse o pelear puede marcar la diferencia en entre la vida o la muerte.