Red de complicidad entre franeleros y valet parking invade Roma y Condesa
Vecinos denuncian extorsiones, ocupación ilegal de espacios públicos y colusión con restaurantes.
En las colonias Roma y Condesa, la complicidad entre valet parkings de restaurantes y franeleros ha crecido al grado de conformar una red que controla el espacio público, imponen cuotas de hasta 250 pesos por hora y amedrentan a quienes se niegan a pagar.
Pese a que la Ley de Establecimientos Mercantiles de la Ciudad de México obliga a los comercios que ofrecen servicio de valet parking a contar con espacios designados, pocos cumplen. En su lugar, operan en colusión con apartalugares, quienes "reservan" cajones en la vía pública usando cajas, botes o señalamientos improvisados.
Incluso, algunos franeleros portan chalecos similares a los del personal de valet, confundiendo a automovilistas y reforzando la percepción de legitimidad.
Censo sin efectos
Ayer, apenas horas después de que el Gobierno capitalino anunciara un censo de franeleros, se documentó la presencia de al menos diez apartadores de lugar sobre 200 metros de la Calle Chihuahua. Aunque personal de la Alcaldía Cuauhtémoc retiró los objetos que obstruían la vialidad, dos horas después ya habían sido repuestos.
“Ellos saben todo de ti; tú no sabes nada de ellos”
Margarita, vecina de la zona, señala que el problema no es sólo el cobro por estacionarse:
“Ellos se encargan de que no sepas sus nombres, no sabes dónde viven, pero ellos sí saben todo de uno: a qué hora entras, a qué hora sales. Son muy difíciles de combatir”.
En solo tres años ha contabilizado a más de 50 franeleros distintos operando cerca de su domicilio.
Su propuesta: parquímetros, como única solución viable.
Rechazan regularización
Mario Rodríguez, presidente de la Fundación La Roma, advirtió que regularizar a los franeleros implicaría avalar una práctica ilegal y una forma de privatizar el espacio público:
“Convivir con ellos sería normalizar una ilegalidad. Lo que empieza como un delito menor puede escalar. La solución no es darles una tarjeta y meterlos en un padrón”.
Rodríguez también señaló que las multas actuales, que oscilan entre 100 y 300 pesos, no representan un verdadero castigo frente a las altas ganancias que perciben.
Además, pidió que cualquier iniciativa del Gobierno local sea consultada con los vecinos, y no impuesta de forma unilateral.