EU presume ofensiva contra Irán, pero oculta daños reales
El Pentágono proyectó videos de bombas y defendió la operación contra instalaciones nucleares iraníes, pero evitó detallar los efectos reales. Expertos y agencias de inteligencia ofrecen versiones contradictorias sobre el impacto del ataque.
WASHINGTON.–
Estados Unidos mostró músculo militar, pero no pruebas claras de los daños. El Secretario de Defensa, Pete Hegseth, y el jefe del Estado Mayor Conjunto, General Dan Caine, ofrecieron ayer una conferencia para hablar sobre los ataques aéreos contra instalaciones nucleares iraníes, ocurridos el fin de semana pasado. Sin embargo, evitaron detallar las afectaciones reales al programa nuclear de Teherán.
Durante la presentación en el Pentágono, se proyectaron videos de pruebas anteriores con bombas rompebúnker, similares a las utilizadas en los bombardeos, pero no se mostraron imágenes del resultado del ataque.
Hegseth, cercano al Presidente Trump, adoptó un tono combativo contra los medios y aseguró que la operación fue "la más compleja y secreta de la historia", omitiendo misiones históricas como el desembarco en Normandía. Mientras tanto, Caine prefirió destacar el desempeño de las tropas y evitar afirmaciones políticas.
¿Qué tanto se logró?
A pesar de que la CIA asegura que el programa iraní fue severamente afectado, el Pentágono manejó una versión más moderada, indicando que las reservas de uranio fueron probablemente reubicadas antes del ataque y que los componentes esenciales del programa nuclear siguen intactos.
"No tenemos una evaluación de daños de batalla; eso corresponde a la CIA", dijo el General Caine.
El propio Hegseth admitió no tener conocimiento sobre el posible movimiento del uranio enriquecido desde la central subterránea de Fordo.
Versión oficial vs. realidad en disputa
Mientras Trump celebró la operación como un golpe devastador comparable a Hiroshima, fuentes de inteligencia en Israel, Europa y dentro de EU aún evalúan si el ataque realmente alteró el curso del programa atómico iraní o si solo lo retrasó unos meses.
Irán, por su parte, admitió daños graves en sus instalaciones, pero también afirmó haber trasladado su uranio previamente, minimizando así el efecto de los bombardeos.