Seguridad en América | Post

LA SEGURIDAD

“La humanidad siempre ha comprometido un poco de felicidad por un poco de seguridad”, 
Sigmund Freud

ASPECTOS CONCEPTUALES

El concepto de seguridad viene del latín “securita” que, a su vez, se deriva de “securus”, el cual está compuesto por “se” (sin) y “cura” (cuidado), lo que significa sin temor, despreocupado o sin temor a despreocuparse. Esta acepción es absolutamente transversal, porque resulta aplicable desde el individuo hasta toda la humanidad, concepto que ha ido evolucionando debido a los cambios políticos, económicos, militares y por la aparición de múltiples amenazas. 

Al comienzo, la seguridad se asociaba a la integridad territorial de una nación, pero ahora el concepto se ha tornado más complejo con la aparición de amenazas de naturaleza muy distintas al ataque militar contra el propio territorio, como lo son los riesgos medioambientales, la delincuencia internacional, el narcotráfico, el terrorismo, los ciberataques, entre otros. Ya se entiende, también, que el brindar seguridad no depende de un solo Estado, sino que también de la cooperación de otros Estados y la comunidad internacional. 

MIRADA HISTÓRICA

Max Weber, filósofo, historiador y sociólogo alemán, en el año 1919, en su obra “El Político y el Científico”, sostuvo que: “El Estado, a través de la Seguridad Pública, era el único actor capaz de usar legítimamente la fuerza o sus medios coercitivos para mantener la seguridad de la población”. Desde esa fecha, se ha configurado como el paradigma dentro de los estudios de seguridad, de la sociología y ciencia política e incluso, en la confección de normas constitucionales.

CRISIS EN LA SEGURIDAD

Una persona puede presentar una crisis en su salud cuando los síntomas de una enfermedad que padece, se le manifiestan de improviso y sus efectos son notoriamente evidentes, en ese mismo orden de ideas, podemos afirmar que una ciudad está en crisis, cuando la sensación de seguridad de sus habitantes llega al punto en que el miedo se transforma en pánico, que obliga a las personas a modificar su rutina habitual, afectando la calidad de vida de los integrantes de la sociedad. 

En algunas ciudades latinoamericanas, la inseguridad constituye uno de los grandes problemas de la gente, la que se manifiesta en los riesgos con que viven los ciudadanos. En Latinoamérica, el auge del narcotráfico se explica por el envío de cocaína con destino a Estados Unidos (uno de los países de mayor consumo en el mundo), lo cual se evidencia en una creciente violencia entre organizaciones criminales y entre estas y las fuerzas de seguridad; además, las instituciones encargadas de la seguridad, inteligencia y justicia, generalmente se encuentran sobrepasadas y corrompidas. 

LA SENSACIÓN DE INSEGURIDAD

Hay que tener conciencia que la seguridad no es una ciencia exacta, actúan una serie de variables que es imposible que haya seguridad plena. Factores naturales, sociales, económicos, en especial, afectan la seguridad, pero más que de seguridad, hay que hablar de “seguridades”. La seguridad es un “estado de ánimo”, una sensación, es algo intangible, que hace referencia a muchas facetas de la vida de las personas. Se sostiene que la cuestión de sensación de inseguridad, puede llegar a ser un problema mayor que la presencia real de ciertos delitos; por lo tanto, se convierte en un campo de reflexión e intervención independiente.

La sensación de inseguridad o “temor” es un elemento central en la caracterización de la criminalidad, no solo la delincuencia, como fenómeno real genera consecuencias negativas sobre la sociedad, sino también la sensación de inseguridad que tiene efectos desfavorables, derivados tanto del hecho mismo de vivir atemorizado, como de las consecuencias prácticas que ello pueda traer, es el caso de limitarse en el ejercicio de la libertades básicas, (recrearse, hacer uso de los espacios públicos, acceder a la cultura, al trabajo, como ejemplo).

En cierta medida, la sensación de inseguridad también se ve incrementada por la exacerbada difusión en algunos medios masivos de comunicación social, de sucesos delictuales, en que panelistas y periodistas, sin ninguna experticia sobre este delicado tema, apresuradamente “en vivo, desde el sitio del suceso”, sin ningún pudor invaden la intimidad de las víctimas e imputados, emiten juicios de valor sobre procedimientos policiales, resoluciones judiciales y normas legales. La prensa escrita no está exenta de esta acción, lo cual acapara la atención del común morbo de muchas personas.

LA SEGURIDAD PRIVADA 

Hace un poco más de cinco décadas, los Estados empezaron a ceder a particulares espacios para el desarrollo de la Seguridad Privada, fenómeno que se manifestó en casi todos los países del mundo, la que tiene por finalidad cubrir las necesidades que no son ejecutadas por el Estado.
Los Estados en su afán de cumplir con sus obligaciones constitucionales y legales, conforme a la realidad de cada país, cada vez menos, monopolizan o manejan en forma exclusiva la seguridad, produciéndose una apertura gradual a la libre competencia de privados en este aspecto.

Ahora bien, podemos definir la Seguridad Privada como “un conjunto de acciones y medidas preventivas, ya sea por medio de tecnologías y/o recursos humanos, que tiene como objeto el evaluar amenazas, reducir riesgos y controlar daños. De esta forma, se busca garantizar el normal desarrollo del quehacer cotidiano frente a cualquier amenaza y eventos críticos potenciales que puedan alterarlo”. Las características más importantes de la Seguridad Privada es su carácter eminentemente preventivo y que se realiza en áreas o recintos privados. 

PERCEPCIÓN DE LA OPINIÓN PÚBLICA SOBRE EL FUNCIONAMIENTO DEL SISTEMA PROCESAL PENAL Y SUS EFECTOS EN LA SEGURIDAD

Existe un deficiente juicio del Ministerio Público quienes “deben dirigir a las policías” en la investigación penal con Fiscales, algunas veces desprolijos, politizados e indolentes ante el dolor de las víctimas de delitos, con escasos conocimientos en investigación criminal, que sin realizar diligencias investigativas, apresuradamente, pasan las causas al “archivo provisional”, olvidándose del caso, motivados principalmente al hacer caer la responsabilidad en la obtención de pruebas incriminatorias (testigos), a los propios afectados; en cambio, son muy diligentes en aquellos casos de connotación pública (con amplia difusión en los medios de comunicación social),o que afectan autoridades. 

Agrava lo anterior, que muchos hechos que revisten los caracteres de delito, son conocidos por jueces “garantistas” lo que en algunos casos hace muy difícil procesar y lograr sentencias condenatorias. Todo lo anterior, es la percepción que el común de la ciudadanía tiene del Procedimiento Penal. 

“Puerta giratoria” es el término con el cual la ciudadanía critica el constante e interminable paso por los Tribunales de individuos que tienen varias condenas y decenas de detenciones, (algunos casos más de cien), que salen en libertad prontamente, vuelven a delinquir y reiteradamente son privados de libertad por la policía, sin que nunca finalice este interminable ciclo. La policía mediante la vigilancia, previene la comisión de delitos y priva de libertad a los autores de delitos flagrantes, hacen muy bien su trabajo incluso arriesgando su propia integridad física, pero las innumerables detenciones no logran inhibirlos de seguir delinquiendo, el delito es “su sistema de vida” sin que se logre reinsertarlos exitosamente en la sociedad.

MISIÓN DEL ESTADO

Hasta hace un poco más de cincuenta años, en muchos países, la prevención y control delictual eran entendidas como actividades casi exclusivas de la policía, iniciándose en esa época un giro hacia la Seguridad Privada cuando el fenómeno de la inseguridad asume un rol protagónico ante el fuerte aumento de la violencia y la delincuencia.
Existe hoy una estrecha complementariedad entre las políticas implementadas desde las estructuras centrales del Estado (en especial las policías) y la gobernanza local. 

En este contexto, se acuñaron nuevos conceptos como el de “Seguridad Ciudadana” para dar cuenta de que estos problemas tienen una escala humana y local, reflejando una compleja realidad explicada por una multiplicidad de factores y situaciones que sobrepasan la sola actividad delictual y que pueden referirse a situaciones relacionadas con el uso del espacio público, la convivencia vecinal; así como también, con faltas recurrentes y delitos menores poco sancionados. Teoría de las Ventanas Rotas, 1969, Universidad de Stanford, Estados Unidos, profesor Philip George Zimbardo.

LA DELINCUENCIA

Uno de los principales factores que amenazan permanentemente la seguridad de las personas es la delincuencia, flagelo que no es ajeno en ningún país, pues el ser humano es intrínsecamente imperfecto, los factores que la originan son variados, como lo es la marginalidad, falta de oportunidades, problemas económicos y familiares, abandono de los valores básicos de convivencia, la droga, el alcohol, etc. 

Saber que un familiar nuestro o una persona con características y condición social similares a la de nosotros ha sido víctima de la delincuencia nos infunde temor y angustia, lo que se refleja en la toma de algunas acciones como es la adquisición de armas, replegarse a la vivienda, invertir en seguridad o bien, “aceptar irremediablemente que no hay nada que se pueda hacer por modificar la situación”.

GLOBALIZACIÓN Y CIBERSEGURIDAD 

Se materializa con el creciente intercambio, especialmente comercial, más allá del límite geográfico de los Estados, pero la globalización es más que comercio, es mayor y mejor tecnología, es cultura, es contacto social, es política, en que las fronteras de los países no son una barrera, lo que también produce un proceso de actualización en las formas de comisión de delitos. Pero también se materializa en la densificación de redes sociales transnacionales, esto quiere decir, pérdida de soberanía económica y política del Estado. La globalización es un proceso histórico de integración que ha convertido al mundo en un orbe cada vez más interconectada, la humanidad es hoy una aldea global. 

Para enfrentar la crisis que hoy vive la seguridad, no sólo debe trabajar el gobierno que es transitorio, sino que es el Estado que es permanente, con políticas a corto mediano y largo plazo. Deben preocuparse seriamente, sin distinción política, los líderes de las diversas corrientes de opinión, autoridades, los tres poderes del Estado, las policías, medios de comunicación social, empresarios, municipalidades y la sociedad toda.