Active Shooter de Columbine
En el artículo de la edición 118 vimos que el accionar de los active shooters se debía a una trayectoria biográfica de traumas, productos de contextos de violencia doméstica y apegos inseguros y desorganizados.
Pero este accionar no sólo se explica desde estos contextos de desapegos, sino que paradójicamente también influyen contextos familiares de cuidados excesivos que se traduce en acciones de un amor patológico. Podríamos decir que muchas veces la conducta de los active shooters es producto de experiencias de un “amor que maltrata” y produce trastornos psicofísicos, fobias y conductas violentas.
Tomemos por caso el testimonio de Sue Klebold, madre del asesino de Columbine. Recordemos que el 20 de abril de 1999 dos estudiantes de último año de la Secundaria de Columbine (Colorado, Estados Unidos), Eric Harris y Dylan Klebold, asesinaron a 12 estudiantes y a un profesor. Además, lesionaron a otras 24 personas y tres más resultaron heridas al intentar escapar de la escuela. Los perpetradores se suicidaron posteriormente.
En una entrevista para el Guardián1, Sue Klebold cuenta que ignoraba que su hijo estuviera deprimido y que hubiera comprado ilegalmente un arma. En su libro presenta a Dylan como un niño normal y fantástico con una infancia angelical. Según el testimonio no vemos un contexto de maltrato, sino más bien de cuidados y de cierta permisividad de una familia bien constituida.
Pero entonces, ¿cuáles podrían ser los factores criminógenos que están detrás de su conducta violenta? Si bien Sue menciona una patología, ésta muchas veces es la resultante de modelos de interacción patógenas que podrían explicar por qué de una familia que ejerce cuidados, surge un miembro antisocial.
Para el caso de Dylan, encontramos siguiendo a Nardone2, un modelo de interacción familiar intermitente que combina elementos de los modelos Hiperprotector y Democrático Permisivo.
MODELO HIPERPROTECTOR
• El rol de los padres consiste el eliminar todas las dificultades para los jóvenes. Por lo general la figura del padre, que suele ejercer mucha permisividad, se asemeja al “amigo del hijo”.
• La madre que es la culturalmente designada responsable constantemente por ser suficientemente buena, ejerce un control muy fuerte sobre el joven.
Se preocupa por su salud física, estética, éxito, fracaso escolar, socialización, etc. Tal como dice Sue: “He conocido a varias madres de asesinos de masas y son mujeres muy dulces...”.
MODELO DEMOCRÁTICOPERMISIVO
• No existen jerarquías, sino que tanto padres como hijos se relacionan en un plano de igualdad. Esto implica que los niños asuman responsabilidades que no están acorde a su edad.
• Las reglas familiares se pactan, pero todos pueden modificarlas a su propia conveniencia. Si no se respetan las reglas no sucede nada grave.
• El conflicto es visto como un problema que debe eludirse: por ejemplo, el hecho de no poner fin a la relación de Dylan con Eric, co-autor de la masacre, dejando esa tarea librada al sentido común de Dylan.
• ¿Cómo trata el conflicto? Cuando hay escalada simétrica se busca el acuerdo para mantener la armonía. Apenas aparece un conflicto no combate, sino que cede. En conflictos familiares los hijos se tornan dominantes y los padres sufren sus deseos otorgando una sensación de omnipotencia.
En estos modelos intermitentes como son formas de interacción ambivalentes, la omnipotencia se combina con la necesidad de control, la baja autoestima y los mensajes discriminatorios.
Ante un acto antisocial los padres primero intentan intervenir con sermones y argumentos que se basan en la racionalidad de sus posiciones y la irracionalidad del hijo. A este intento fallido le sigue una estrategia punitiva. Como afirma Sue: “Un año antes del tiroteo, los chicos robaron material eléctrico de una furgoneta y fueron detenidos. Sus padres se quedaron consternados, pero también muy aliviados cuando los chicos quedaron en libertad sin cargos por el hecho de pertenecer a ‘buenas familias’ y por tratarse de su primer delito”.
El hijo se rebela y los padres caen en el chantaje moral y se rinden. Refuerza la condición patógena ya que el hijo obtuvo la prueba final de su poder sobre los padres reforzando su idea de omnipotencia.
¿CÓMO AFECTA EL MODELO INTERMITENTE A LA CONDUCTA CRIMINAL?
• Aplastamiento de las jerarquías y confusión de roles: padres que imitan a los hijos, las reglas no se respetan y los padres proponen otras más blandas. Esto debilita el rol paterno y configura interacciones complementarias patógenas donde los padres no pueden convertirse en un héroe que lo pueda salvar a los jóvenes de los peligros. Los hijos suelen buscar fuera de la familia, en contexto de transgresión a los héroes fuertes y sin miedo.
Este es el caso de la amistad de Dylan y Eric, “tras la tragedia, se encon encontraron los diarios de ambos chicos y mientras que el de Dylan estaba lleno de sensiblerías y sueños sin sentido sobre suicidarse, el de Harris estaba lleno de fantasías violentas y sádicas sobre infligir daño en los demás”.
• Necesidad de recuperar el control perdido: en el caso de los varones que tienen mayores privilegios, producto del patriarcado, este modelo no satisface la necesidad de autoestima ni control (autonomía), lo que lleva a que muchas veces recurran a conductas violentas para obtener ambos. Recordemos la necesidad de controlar la vida y la muerte de los tiradores.
• No se logra el reconocimiento: los padres dan el siguiente mensaje “yo lo hago todo por ti porque quizás tú solo no podrías”, los jóvenes no saben tomar responsabilidades, lo cual termina perjudicando su capacidad de inserción en el mundo externo.
• Necesidad de poder y fama: sensación de omnipotencia en los jóvenes que reaccionan agresivamente si sus necesidades y deseos no son satisfechos inmediatamente.
• Trastornos psicofísicos: obsesiones, fobias, trastornos alimentarios, etc. Por ejemplo la psicopatía de Eric y los trastornos de Dylan, en palabras de su madre: “Creo que Dylan padecía de algún trastorno del estado de ánimo”, concluyó.