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¿Empresas Estratégicas o Críticas?

Luego de más de 25 años de experiencia en el área de Seguridad en Chile y habiendo desarrollado actividades tanto en el ámbito público como en el privado, existe una situación que aún me genera inquietud y que creo es necesaria de debatir y evaluar, respecto de la condición de “estratégicas” que se asigna a determinadas entidades y empresas en el país. Lo anterior, principalmente por el hecho que veo, según mi parecer, que esta condición no genera un entendimiento unívoco a nivel de las diferentes esferas público–privadas, sino que dependen del área desde la cual surja la denominación, las que no presentan un concepto común de qué debe entenderse por “estratégica”.

Por tanto, en el ámbito de la seguridad privada, existen empresas y entidades designadas conforme al decreto de ley 3607 de 1981, a través del decreto exento 1220 del año 2000 del Ministerio del Interior, señalando la norma que éstas corresponden a las que se individualicen como tales por decreto supremo, el que tendrá el carácter de secreto, sin mayor detalle al respecto.

En el ámbito laboral, se designan empresas (a las que se les denomina estratégicas), cuyos trabajadores no podrán declarar la huelga, conforme al Artículo 384 del Código del Trabajo, por resolución conjunta de los Ministros del Trabajo y Previsión Social, Defensa Nacional y Economía, Fomento y Reconstrucción. Según el nuevo procedimiento para su designación, se extiende de 12 a 24 meses la vigencia de la calificación y ésta se realiza a solicitud de las partes, entre otros.

DIFERENCIAS EN LAS EMPRESAS ESTRATÉGICAS

Los Ministerios encargados de resolver sobre la condición de estratégica de las empresas son diferentes en ambos casos. Se estima necesario poder generar una unidad de criterio al respecto, debiendo existir una sola autoridad que haga esto, además de revisar la posibilidad actual que las propias empresas “postulen” a asumir dicha condición.

No existe una definición clara de qué implica la condición de estratégica. No hay parámetros objetivos de evaluación, no es posible advertir la definición de argumentos técnicos claros y comunes que fundamenten la designación, como tampoco la idoneidad y capacitación del personal que hace estas evaluaciones.

En el caso a., las entidades y empresas de la misma naturaleza y con operación extendida en el territorio, reciben esta condición en una región, pero no la reciben en otra, lo que evidencia diferencias de criterio.

En el caso b., luego de 17 años, no ha sido posible obtener evidencia de que se hubiesen realizado revisiones o actualizaciones del listado de empresas consideradas inicialmente, no obstante muchas de ellas han evolucionado, se han fusionado o bien han cambiado su denominación legal. Los listados de empresas de los casos a. y b. no son coincidentes, existiendo un número muy superior de las definidas de acuerdo al criterio b., lo que evidencia las diferencias de criterio ya señaladas.

Estimo que es necesario que a nivel público y privado, se generen espacios de discusión y análisis, en orden de avanzar a una nueva definición del carácter de las entidades y empresas estratégicas, pasando a ocupar los criterios que la protección de infraestructuras críticas utilizan en Europa y Estados Unidos, los cuales son universalmente aceptados y, al margen de diferencias entre un país y otro, son prácticamente los mismos.

En estos lugares, se ha logrado una serie de hitos respecto al tema, entre otros: Claridad de los criterios de definición y de los sectores que deben ser incluidos.

Una institucionalidad integradora de la gestión de coordinación entre dichas entidades y empresas privadas y el ámbito público, a cargo de un solo ministerio.

Participación positiva entre lo público y lo privado, sobre la base de la confianza y el trabajo coordinado.

Este escrito no pretende mayor profundidad en el tema, sino sólo generar la curiosidad suficiente para abrir un debate que estimo necesario y fundamental, considerando la importancia y relevancia que nuestras futuras “infraestructuras críticas” tienen para el país y, por otra parte, es una invitación para revisar la forma en que este tema es abordado en el resto de los países americanos.