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GUARDIAS DE SEGURIDAD PRIVADA: ESENCIALES Y ESLABONES DE LA SALUD

El 31 de marzo del presente año, el subsecretario de Prevención y Protección a la Salud, Hugo López-Gatell, informó a la ciudadanía cuáles serían las actividades esenciales que no pararían labores durante la contingencia provocada por el virus COVID-19, el cual hasta octubre habría cobrado la vida de 83 mil 945 personas, de acuerdo a datos de la SPPS (Subsecretaría de Prevención y Promoción de la Salud), habiendo estudiado a dos millones 93 mil 408 personas, de las cuales sólo el 37% resultaron positivas por COVID-19 (821 mil 45), sin dejar de lado los casos que no fueron registrados y que se contemplan entre cuatro y seis veces esa cantidad.

Supermercados, tiendas de autoservicio, abarrotes y venta de alimentos preparados, producción agrícola, pesquera y pecuaria, servicios de transporte de pasajeros y carga, sector financiero, recaudación tributaria, fueron algunas de las actividades que continuarían operando, así como guardias y labores de seguridad privada, esenciales ante un escenario en donde ya de por sí la inseguridad iba en aumento, con el día más violento del año (20 de abril) que sumó 114 víctimas de homicidio doloso, superado por el 7 de junio con 117 muertes violentas.

Aumentaron también el robo a transporte de carga y vehículos particulares, así como a los negocios que aún permanecen abiertos, de ahí la importancia de la continuidad de la seguridad privada, quienes además de fungir como precursores de la seguridad, se han convertido en supervisores de las medidas de higiene, puesto que ahora además de ingresar a un lugar bajo ciertos estándares de prevención y seguridad, ahora también se supervisa que cumplan con las medidas sanitarias necesarias para evitar contagios por el Coronavirus.

La seguridad privada representa casi el dos por ciento del Producto Interno Bruto (PIB) del país, y ha sido un apoyo constante durante la contingencia, no obstante tuvo que adaptar sus servicios para cumplir con los protocolos necesarios, además de enfrentarse a nuevos retos y modus operandi de los delincuentes, es por ello que Seguridad en América (SEA) realizó una serie de entrevistas a expertos en la materia para dar a conocer la situación actual de este sector relevante no sólo para la economía del país, sino para su salud.

SEGURIDAD PRIVADA EN TIEMPOS DE PANDEMIA

Ahora además de realizar los protocolos “normales” de seguridad en cualquier instalación: registro de usuarios, revisión de equipo (maletas, portafolios, bolsos, etc.), observación, análisis, reportes; los elementos de seguridad privada incrementaron la revisión a: uso de cubrebocas, gel antibacterial, careta, desinfección con sanitizante, medición de temperatura, preguntas sobre estado de salud, pasando de ser un guardia de seguridad a un filtro de protección sanitaria.

“Los guardias siempre han sido una barrera humana de seguridad o filtro en su inmensa mayoría para los clientes. Lo anterior, fue trascendental para que nuestros guardias realizaran tareas de control sanitario, exigiendo el uso de cubrebocas, aplicando gel antibacterial y haciendo respetar protocolos de sana distancia. De esta forma pasamos de ser más que un filtro de seguridad a un filtro de protección sanitaria para nuestros clientes adaptándonos a la emergencia sanitaria y a las necesidades de nuestros usuarios”, señaló Frank González Sojo, director general de MSPV Seguridad Privada.

Pero no sólo se adaptaron al ofrecer el servicio, sino también de forma interna, puesto que al ser una actividad de primera línea, la exposición al virus es considerable, entonces se requirió de medidas de seguridad estrictas para los elementos.

“En cuanto las autoridades decretaron la gravedad de la situación y la facilidad con que se puede dar un contagio, por un lado, dotamos de suficiente material de protección personal a todos nuestros Técnicos en Seguridad Patrimonial, pues la mayoría continuaron prestando sus servicios a pesar de la disminución de operaciones en muchos de los sitios que resguardamos; y por otro lado, adecuamos las consignas y protocolos para cada posición para mantener la distancia sana distancia, evitar el contacto directo con objetos de uso compartido y, lo más complejo, garantizar que todos los colaboradores y visitantes respeten cabalmente las nuevas reglas para ingresar a los sitios”, comentó Jorge Uribe Maza, director comercial de Grupo IPS.

El home office pudo aplicarse para un gran porcentaje de empleados en diferentes empresas, principalmente si eran personas vulnerables (diabéticos, con sobrepeso, hipertensos, adultos mayores), sin embargo al ser la seguridad una necesidad en cualquier rubro, el personal de este sector tuvo que adaptarse a las medidas de higiene y sana distancia para continuar sus operaciones, no obstante la cultura de la prevención también aplicó para esta situación.

“Nuestra mayor preocupación fue salvaguardar la salud de nuestros colaboradores, al mismo tiempo mantener el nivel de nuestra operación y seguir ofreciendo un servicio de calidad. Para ello, trabajamos en la cultura de prevención y así adaptarse al nuevo escenario con mucha más rapidez. A nivel operativo, invertimos en la concientización y capacitación de los riesgos a los que se enfrentan los guardias, además de brindarles el equipo necesario para que puedan velar por su propia seguridad y la seguridad de todos”, platicó Carlos López, director administrativo Grupo Consultores. 

La digitalización de los procesos y las herramientas tecnológicas para continuar con las diferentes operaciones en cualquier sector, fue fundamental. En la seguridad privada no fueron los servicios los que se modificaron, sino las medidas de seguridad y protección para el propio personal, así podrían continuar garantizando las operaciones y cuidando la salud de los guardias, se crearon grupos con funciones específicas para garantizar la seguridad de todos.

“Nosotros adecuamos las consignas de los elementos, manejando una campaña de lineamientos que debían verificar con todo el personal y clientes, con la finalidad de evitar los contagios e identificar a las personas con síntomas, en ese momento era para proteger a nuestros elementos. Por la buena ejecución en las consignas ante el retorno a la nueva normalidad, nos llevó a ofrecer elementos que nosotros llamamos agentes COVID-19, que son los elementos que se encargan de aplicar los filtros sanitarios y están capacitados específicamente para estas actividades y monitorean el cumplimiento de los lineamientos marcados por las autoridades”, explicó Lidia Sánchez Ochoa, gerente administrativo de Grupo Empresarial Casa (GECSA).

Los elementos de seguridad ya tenían un papel importante en las empresas o espacios donde eran requeridos sus servicios, pero además durante la pandemia pese al cierre y reducción de actividades a nivel nacional, se han convertido en agentes de seguridad y protección de la salud, ya que son el primer filtro para detectar y reducir el contagio masivo y por supuesto la pérdida de vidas humanas.

“En GCP, adoptamos medidas de contingencia como lo recomendó la Secretaría de Salud, también hicimos modificaciones operativas para la recepción del personal y paquetería dentro de todos los servicios, esto con el fin de disminuir el riesgo de contagio, es importante para nosotros siempre dar una imagen de responsabilidad y compromiso hacia nuestros clientes, así como a nuestro personal operativo”, comentó Enrique García, subdirector general de Grupo Corporativo de Prevención (GCP).

PRINCIPALES PROBLEMAS

El sector de la seguridad privada emplea a más de 600 mil personas en todo el país, sin embargo se ha visto afectado por la constitución de empresas irregulares que operan sin permisos ni capacitación a su personal, esta situación ha desprestigiado y malbaratado a aquellas empresas que trabajan con estándares de calidad y con todos los requisitos que la ley marca, además de la constante rotación de los guardias. Actualmente se encuentra en proceso la actualización de la Ley General de la Seguridad Privada y la formación de la Cámara Nacional de Seguridad Privada, las cuales garantizarían la regulación del sector y una mejor operatividad.

Sin embargo, además de esos problemas a los que ya se enfrentaba el sector, con la contingencia sanitaria se sumaron otros más que han ido resolviendo de manera inteligente. De acuerdo a Frank González y la experiencia en MSPV, lo que se vio afectado no fue la operación de la empresa, puesto que con la inseguridad aumentando hacia todos los sectores, la contratación de guardias continuó siendo una opción viable para la seguridad de bienes y personas, hasta la rotación disminuyó, ya que los guardias al ver la situación económica y laboral del país, prefirieron conservar su empleo; los problemas se dieron de la siguiente manera: 

• Contagios entre los guardias.

• Defunciones por contagio.

• Aislamientos o cuarentena por haber estado expuestos al virus.

• Reducción de plantillas por parte de los clientes.

• Cierres de servicio temporales o totales por parte del cliente.

• Insolvencia en el pago por parte del cliente.

• Aprovechamiento doloso por parte de los guardias al inventarse contagios para no laborar.

 

Frank comentó que algunas de estas situaciones se han ido diluyendo mientras se regresa a la nueva normalidad y la tasa de contagios ha bajado.

Efectivamente al pertenecer a la primera línea, el principal problema del sector se viraba de forma interna hacia sus propios elementos. “Al ser declarados actividad esencial, las empresas de Seguridad Privada debimos enviar a nuestros Oficiales al frente de una gran batalla. Nuestra preocupación más grande siempre ha sido la integridad física y salud de nuestros colaboradores”, indicó Brisa Espinosa Ávila, socio-director de Multiproductos de Seguridad Privada S.A. de C.V. (Multiproseg).

Como es conocido, un porcentaje significativo de elementos de seguridad son mayores de 50 años, eso fue otro de los problemas que aún enfrenta el sector aunque ha disminuido. “La afectación se dio cuando los elementos que son mayores de 60 años o con alguna comorbilidad, tenían que ser enviados a autoaislamiento, lo cual representó una doble nómina para nosotros ya que teníamos que cubrir su puesto, pero también seguir pagando su sueldo, y en algunos casos el apoyo para el tratamiento o la consulta médica”, comentó Lidia Sánchez.

Los pagos de los clientes se retrasaron y esta morosidad obligó a la disminución de plantilla de guardias, y de acuerdo a Lidia, hubo quienes solicitaron algún tipo de descuento o apoyo.

Sin embargo, puesto que muchos sectores se quedaron sin actividades, tanto su personal como sus proveedores se vieron afectados por esta situación, uno de ellos y tal vez el más afectado puesto que depende totalmente de la afluencia de las personas, es el medio del espectáculo y entretenimiento.

“Debido a que nuestros principales clientes son centros de entretenimiento fuera de casa, el 60% de nuestros clientes suspendieron nuestros servicios de seguridad y videovigilancia, un 20% más disminuyeron sus plantillas en un 70% y sólo un 20% de nuestros clientes continuaron con el servicio de seguridad con normalidad”, señaló Víctor Mora Godínez, director general de VMG Group.

La crisis sanitaria significó pérdida e incremento de gastos, ya que ahora se necesita invertir en seguridad de la salud, es decir adquirir tanto material de sanitización y protección para el personal interno, como también material, herramientas, tecnología para las instalaciones y los usuarios.

Sumado a esto, no hubo prórroga o apoyo en materia fiscal por parte del gobierno, de hecho a finales de marzo, El Servicio de Administración Tributaria (SAT) llamó a los contribuyentes a continuar la declaración de impuestos, no obstante la Secretaría de Hacienda declaró cuatro meses después, que por la reducción de actividades y la pérdida de empleos, se perderían este año 402 mil millones de pesos (18 mil 524 millones de dólares) por pago de impuestos.

El panorama es complicado para la economía del país, el virus COVID-19 vino a modificar todas las actividades y a cuestionar la forma de vida que se tenía hasta finales del año pasado. Sin embargo, un beneficio para la seguridad privada, es pertenecer a las actividades esenciales y convertirse en un eslabón de la salud.

ERA POS-COVID-19

El 9 de septiembre del presente año, el fondo de riqueza soberana de Rusia anunció que firmó un acuerdo para exportar 32 millones de dosis de su vacuna “Sputnik-V” contra el COVID-19 a la farmacéutica mexicana Landsteiner Scientific. Estas vacunas se entregaran en este mes siempre y cuando haya obtenido la aprobación de la Comisión Federal para la Protección contra Riesgos Sanitarios (COFEPRIS); luego de que un voluntario de la vacuna producida por la farmacéutica AstraZeneca y la Universidad de Oxford tuviera un voluntario con una reacción grave a ésta.

En el mundo hay al menos 30 vacunas que se encuentran en ensayos clínicos, aunque el panorama es complicado y las estimaciones para encontrar al menos una funcional y segura son hasta 2021 o 2022, la nueva normalidad es adaptarse y prevenir. Durante esta era pos-COVID-19, los empresarios de seguridad privada analizan y comentan sobre el panorama del sector.

“El panorama que veo para las empresas de guardias es la oportunidad para seguir siendo uno de los factores más importantes, durante y después de la contingencia para los diferentes sectores, así como para la economía. Haciendo mención especial a las empresas que se enfoquen en profesionalizar a su personal e invertir en actualizaciones continuas para estar siempre a la vanguardia de los nuevos escenarios que están por venir en la nueva normalidad”, comentó Carlos López.

 

Por su parte, Jorge Uribe prevé un año 2021 aún más complicado, pero que precisamente esos retos que enfrentará el sector de la seguridad privada, fortalecerá la importancia de su ejercicio en la sociedad.

“El año 2021 será complicado en términos económicos, pues la recuperación de la mayoría de los sectores será lenta y habrá mucha cautela en la reactivación del consumo de bienes y servicios. Los servicios de guardias de seguridad, si bien no son forzosamente contracíclicos, probablemente se puedan considerar acíclicos, es decir, que tanto en las fases de expansión como en las de contracción, se mantiene la estabilidad en la demanda por este tipo de servicios, lo cual reafirma su carácter de industria esencial para la economía”.

Víctor Mora coincide en las dificultades económicas que aún están por venir en los próximos meses, sin embargo el sector sabrá responder ante estos nuevos retos. “Considero que el panorama no es muy alentador ya que las pérdidas por la pandemia serán muy altas, por lo menos equivalentes a las utilidades del año anterior. Sin embargo, nuestra participación en los procesos productivos del país es tan importante y necesaria, que estoy confiado en que empezaremos a recuperar durante el primer semestre de 2021. Será importante reinventarnos y adaptarnos lo antes posible a la denominada nueva normalidad con servicios y productos vinculados”, indicó.

La rápida reacción y adaptación de los procesos, productos o servicios será lo que ayudará a las empresas de cualquier rubro a sobrevivir y retomar sus actividades, inversiones y ganancias. 

“Durante la contingencia por desgracia muchas empresas no podrán soportar este problema y no sólo del sector de la seguridad a nivel mundial ha sido un fuerte golpe a la economía. Las empresas que sigan sus procedimientos operativos y administrativos al pie de la letra, serán las que podrán continuar. La demanda de la seguridad aumentará de manera considerable ya que la inseguridad va en aumento, así que es tiempo de unir fuerzas y demostrar que la seguridad privada es una inversión y no un gasto”, comentó Enrique García.

DE OPCIONAL A ESENCIAL

¿Por qué la seguridad privada se convirtió en una actividad esencial? De acuerdo a los expertos, la seguridad privada fue designada como actividad esencial debido a una ausencia de autoridad por parte del gobierno y los responsables de la seguridad pública; además del incremento de las bandas del crimen organizado y la desestabilidad económica que provocó la pandemia.

“Somos quienes garantizamos la seguridad de los espacios, somos quienes estamos en la primera línea de atención de cualquier actividad, porque el Estado no tiene capacidad suficiente para afrontar el problema de inseguridad tan grave por el que atravesamos, ni para administrar el número de recursos humanos y materiales que se requieren para atender las necesidades de seguridad de una población tan grande”, comentó Brisa Espinosa.

Cabe desatacar que también los elementos de seguridad privada superan el número de policías contratados en todo el país. Un ejemplo de ello es el caso de León, Guanajuato, estado que precisamente atraviesa una ola de violencia nunca antes vista. De acuerdo con los registros de Seguridad Pública de ese municipio, operan 190 empresas de seguridad privada de las cuales sólo ocho cuentan con el permiso de portación de arma, y con declaraciones de Christian Cruz Villegas, Síndico del Ayuntamiento en entrevista para el periódico Milenio1, tienen mil 400 policías, mientras que la seguridad privada tiene alrededor de 2 mil 165 elementos.

“Hoy en día, elhtr número de guardias de seguridad privada es mucho mayor que el número de policías en nuestro país, por lo cual podemos alcanzar lugares donde las autoridades no tienen una presencia tan fuerte. Además de vigilar, muchos de estos guardias realizan tareas realmente especializadas en las empresas donde laboran, aportando su granito de arena para una sociedad más segura”, comentó Carlos López.  

 

Fotos: Erick Martínez / SEA

 

REFERENCIAS

1 “Elementos de seguridad privada supera a cantidad de policías municipales”, 24 de enero de 2019, Mariana Ramos. Milenio. https://www.milenio.com/politica/comunidad/elementos-seguridad-privada-supera-cantidad-policias-municipales