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LOS INICIOS DE LA NFPA EN LATINOAMÉRICA

Sus Antecedentes

Mi padre nació en 1931 en Riosucio, Caldas, en la zona cafetera de Colombia. El negocio de mi abuelo Enrique era la minería de oro y mi padre comentaba que cuando él era muy joven, un rayo inició un incendio que prácticamente destruyó la mina de mi abuelo, dejándolo casi quebrado. Años después, otro incendio quemó la casa donde mi padre vivía con sus padres y hermanos, y destruyó casi media manzana, incluyendo el Palacio Municipal de su pueblo natal. Mi padre decía que estos dos incidentes despertaron en él, desde muy joven, un interés por la protección contra Incendios.

A falta de buenos colegios donde él vivía, sus padres lo enviaron a un internado en Manizales, la ciudad más cercana, donde se graduó de bachillerato en 1949. Seguidamente inició estudios de Ingeniería Química en la Universidad de Antioquia en Medellín, graduándose en 1955. Luego estudió una maestría en Higiene Industrial en la Universidad de Harvard en Cambridge, Massachussets, graduándose en 1957 y completando sus estudios universitarios con una Maestría en Economía en la Universidad de los Andes, en Bogotá, en 1970. Durante gran parte de su carrera profesional dictó clases, en las noches y los sábados en la mañana, en la Universidad Nacional de Colombia, incluyendo las primeras clases sobre seguridad humana que se dictaron en ese país. Él siempre tuvo una especial afinidad por el estudio y por enseñar.

Su Carrera Profesional

Uno de sus primeros trabajos fue como jefe de seguridad industrial en Bavaria, la principal cervecería de Colombia y ahí tuvo, entre sus resposabilidades, la de la protección contra incendio en las diferentes plantas industriales de esa compañía. En 1972, se independizó y empezó una compañía llamada Micrón, que producía polvo químico seco y otros aditivos para la extinción de incendios. Seguidamente fundó otra compañía llamada Pirotec, que producía extintores portátiles y gabinetes de incendios, y corto tiempo después empezó a instalar sistemas de protección contra incendios, incluyendo rociadores automáticos. Al final de los años 70 fundó Pirocontrol, tal vez la primera firma de ingeniería contra incendios en Latinoamérica.

Inicio De Su Relación Con NFPA

Fue como director de estas compañías que se dio cuenta que para el entrenamiento de sus empleados no existían normas en español. Decidió entonces visitar a la NFPA en Boston, Estados Unidos, en 1976 y les propuso que se interesaran en Latinoamérica. En 1978, luego de una visita a Bogotá de Bob Grant, en ese entonces el presidente de la NFPA, se decidió hacer un primer congreso de protección contra incendios en Bogotá.

A raíz de ese evento, que a propósito fue un éxito, mi padre entabló una relación con David Gratz, el primer director internacional de la NFPA, que resultaría no sólo en una profunda amistad, sino también generando un importante objetivo público: la divulgación de las mejores prácticas de la seguridad contra incendios en el mundo hispanoparlante. Fue entre David y mi padre que se gestó la idea de formar una institución basada en Latinoamérica, para llevar adelante este objetivo, y así nació, en 1981, OLAPCI, el predecesor de la Organización Iberoamericana de Protección contra Incendios (OPCI), organización que mi padre presidió hasta el día de su muerte.

Crecimiento De La NFPA En Latinoamérica

Esta relación de mi padre con la NFPA creó los cimientos de lo que es hoy día la protección contra incendios en los países hispanoparlantes. Bajo su liderazgo se tradujeron las primeras normas NFPA al español y se iniciaron los seminarios y congresos en toda Latinoamérica.

Mi padre fue también el primer instructor de cursos NFPA en español y durante su carrera dictó cientos de cursos en toda región. Estableció un diplomado en protección contra incendios que se ha dictado ininterrumpidamente durante los últimos treinta años y en 1981 inició una revista de protección contra incendio, que en 1998 se convierte en el NFPA Journal Latinoamericano. En 2002 fue uno de los primeros en ser Certificado como Especialista en Protección contra Incendios (CEPI) por la NFPA.

A David Gratz lo sucedió Nick Candee, con quien mi padre tuvo una estrecha relación también. A Nick lo sucedió la actual directora internacional, Olga Caledonia, con quien mi padre tuvo una relación cálida y paternal. Conoció a los últimos cinco presidentes de la NFPA: Charlie Morgan, Bob Grant, George Miller, Jim Shannon y Jim Pauly. Pero Jim Shannon se convirtió en su gran amigo y mejor aliado, y cuando ellos dos trabajaron juntos fue la época dorada de la NFPA en Latinoamérica.

Se logró tanto cuando los teníamos a ellos dos, Shannon-Moncada Sr, ambos abriéndonos puertas. Es así como ese trabajo de hormiguita de mi padre, hablando de esas normas desconocidas de la NFPA donde lo oyeran, en los años 70, resulta hoy en la gran influencia de la NFPA en Latinoamérica, que de gran manera es el reflejo de su visión y de su trabajo en Colombia y Latinoamérica.

Mi hermano Alejandro comenta que la relación de mi padre con la NFPA resalta inherentemente la lealtad, o sea el compromiso de defender lo que creemos y en quienes creemos, en los buenos y en los malos momentos. Por su trabajo en pro de la NFPA, Jim Shannon, presidente de la NFPA escribió cuando mi padre cumplió sus dos ciclos en la junta directiva de la NFPA que él “ha sido uno de nuestros defensores más poderosos y el cimiento de nuestra actividad a través de Latinoamérica. Considero a Jaime un héroe en la historia de la NFPA por su dedicación, profesionalismo y compromiso con la misión de la NFPA”. En el siguiente link se encuentra una entrevista que describe como él desarrolló su labor en pro de la protección contra incendios https://youtu.be/WnvxaAiCnbo.

SUS RECONOCIMIENTOS

Durante su carrera fue reconocido con muchas distinciones internacionales, entre las que se encuentran: fue el único Latinoamericano en ser elegido a la Junta Directiva de la NFPA; fue también co-editor conmigo del Manual de Protección Contra Incendios de la NFPA, el único documento escrito para el practicante de la seguridad contra incendios en Latinoamérica; representó a Latinoamérica en la Confederación Internacional de Asociaciones de Protección Contra Incendios (CFPA-I); fue galardonado con el prestigioso Premio HW Harryatt, presentado bianualmente por la International Fire Sprinkler Association (IFSA), el cual sólo se le ha entregado a personas que han hecho una dramática contribución al avance internacional de la protección contra incendios, y específicamente de los rociadores contra incendios; y recibió el Premio Nacional de Protección Contra Incendios en su país natal, otorgada por ANRACI en reconocimiento por su labor en pro de la protección contra incendios en Colombia y Latinoamérica.

De mi padre celebraremos por siempre una vida llena de generosidad, de logros, dedicada incansablemente a extender el conocimiento en protección contra incendios. Simple y sencillamente disfrutaba su vocación, le gustaba revisar las normas de protección contra incendios, siempre en su mesa de noche tenía una norma de la NFPA, y le encantaba participar en congresos y dictar cursos. Sabemos que su legado permanecerá vivo en los miles de profesionales que aprendieron de él. Esa generosidad que tenía de compartir lo que sabía es lo que miles de personas recuerdan de él. Cientos de mensajes, desde el día de su muerte, dicen lo mismo: La “generosidad de Don Jaime”, o “me cambió mi carrera”, o “me impulsó a abrir mi compañía”, o “con sus ejemplos me enseñó mejor que nadie”, o simplemente mensajes que recuerdan su alegría, su optimismo y su amor por la vida. Fue sin duda, sin discusión, el pionero de la profesión de la protección contra incendios en Latinoamérica.