Seguridad en América | Post

EL CONSULTOR

La crisis de la salud derivada de la pandemia, donde diversos virus están afectando la salud de toda la población del mundo, vino acompañada de otra crisis, la económica, que está causando tanto daño como la generada por el COVID-19, donde las dos tardarán mucho tiempo, inclusive hasta años, para poder estabilizar la normalidad con la que antes vivíamos, si es que realmente podemos volver a vivir como lo hacíamos hace un año.

Dentro de la anormalidad en que nos encontramos ahora, nacen diversas situaciones, principalmente en la parte de la prevención a la salud, al igual que las variantes económicas a las que tenemos que recurrir para poder salir adelante. En lo se refiere a la salud, están: el uso de cubrebocas, de gel para sanitizar algunas partes del cuerpo, mantener la distancia para evitar los contagios, y volverse extremadamente precavido para no infectarse con los virus que atacan a nuestro cuerpo, siguiendo estas reglas podemos tener una protección de aproximadamente 80%, pero depende de cada uno de nosotros, sólo se requiere que mantengamos una disciplina estricta para que esto funcione.

Pero en relación a la otra crisis, la económica, principalmente de las empresas que son las generadoras de empleos y crecimiento económico, por lo mismo de la estabilidad hacendaria, base de la subsistencia de la capacidad de gasto del propio gobierno, pero a diferencia de la protección de la salud, donde existe un protocolo de protección, en la parte del salvaguardo de la economía, no existen protocolos para el salvaguardo de los valores empresariales para su funcionamiento continuo.

Los problemas que enfrentan hoy en día los empresarios, son múltiples, para eso requieren de estrategias en múltiples rubros: fiscal, administrativo, de ventas, de producción y muchas otras más, para esto los empresarios requieren de especialistas que se convierten en asesores o consultores, bajo la consideración de expertos, profe- sionales talentosos y desarrolladores de propuestas exitosas que les permita ir resolviendo cada una de sus debilidades y lograr que las empresas puedan tener continuidad y principalmente crecimiento.

Una parte importante de los procesos de protección y salvaguardo de los valores y economía de las empresas, consiste en una que es básica, la seguridad, donde los empresarios requieren “consultores” (o asesores especializados que vienen a ser prácticamente los mismos con diferente denominación), para esto definamos que es un “consultor”: (del latín consultus, que significa “asesoramiento”) profesional que provee de consejo experto en un dominio particular o área de experiencia. Con esta definición encontramos que los consultores deben ser expertos en un dominio particular, como lo he comentado con anterioridad, no existen los expertos en seguridad, sólo hay expertos en alguna rama de la seguridad y esto es importante mencionarlo por el hecho de que muchos de los consejos deben ser puntuales y no sacados de demostrar una experiencia que en muchos casos no se tiene.

Para poder dimensionar la calidad y eficiencia de un consultor en seguridad, veamos algunas cualidades que debe tener:

• Capacidad y facultad de análisis y síntesis.

• Capacidad para comprender, que sea útil para resolver los problemas.

• Precisión y certeza en el establecimiento de medidas de seguridad.

• Amplitud de criterio. Entendiendo como criterio, la capacidad de discernir (distinguir, diferenciar, apreciar, aclarar), así como la capacidad para prever, que en forma permanente, debe constituir una destacada característica del supervisor.

• La facultad de pensar. Para obrar bien es necesario pensar bien. Esta verdad evidente constituye el principio de la ética, que fundamenta la idea del deber bajo el imperativo de la conciencia.

• Cultura general. Lo anterior debe reflejarse en la problemática del propio país y del mundo, comprendiendo diversos temas, como: aspectos ideológicos, económicos, sociales, políticos, educativos, científicos, tecnológicos y obviamente de seguridad.

• El estudio de la historia. El presente es ahora, pero es necesario volver la vista al pasado mediato e inmediato en busca de la luz que ilumine el camino que se tiene que recorrer de aquí en adelante, y no olvidar que, del resultado de gestión de asesoría será el éxito o fracaso de las estrategias planteadas.

Algo importante que se debe considerar es que quien requiere de los servicios de un consultor, reúna cuatro requisitos que son los que más va valorar:

• Los conocimientos que tiene sobre la materia donde va a participar y asesorar.

• Su criterio, que esté basado en la capacidad para entender el problema y que pueda presentar propuestas acertadas, eficientes y que resuelva la problemática planteada.

• Las experiencia, que determine que no nada más da consejos que vaya más allá, que sus propuestas provengan de casos exitosos donde ha participado y que lo haya puesto en práctica por él mismo.

• Las habilidades adquiridas a través de un histórico de resultados, donde sus asesorías culminaron con la total resolución de los problemas a los que se enfrentó.

¿QUÉ GENERA UNA ASESORÍA MAL ENFOCADA Y QUÉ REPERCUTE EN QUIEN LO CONTRATA?

• Una asesoría mal enfocada, se convierte en una estrategia ineficaz y por lo regular a la asignación de recursos incorrectos.

• Un asesor improvisado se enfoca a proyectos inadecuados, mal analizados o irreales y suele persistir en su empeño de convencer a quien lo contrata, aún cuando ya ha quedado claro que no está funcionando su propuesta de solución.

• Quedando de manifiesto que las acciones propuestas se convierten en una asesoría elaborada por un inexperto, donde gastan el dinero de un tercero fácilmente, sin considerar que sus propuestas pueden poner en riesgo a toda la estructura empresarial.

• Una mala asesoría, pone en riesgo principalmente a quienes van a utilizar la información para fines es- pecíficos, donde siempre se basarán en los consejos o propuestas de su asesor y si éstas no son funcionales sólo se estará lucrando como respuesta a su inexperiencia.

• Por otra parte, no permiten que la empresa tenga un desempeño correcto y eficiente, argumentando excusas por la mediocridad de sus propuestas.

¿A QUÉ NOS LLEVA TODO ESTO?

Hoy en día ante la crisis de salud, económica y de seguridad, siguen saliendo múltiples “expertos” en seguridad, que ofrecen sus servicios de asesoría a diversas empresas, pero con el único fin de obtener un ingreso, sin importarles si les van a quitar el trabajo de asesor a los pocos días o meses, lo importante es obtener un ingreso, pero eso está desprestigiando la actividad de profesionales en esa área. Debemos ser muy honestos y decirle a quien requiere de nuestros servicios si contamos con los conocimientos y expertiz suficiente para resolver un problema determinado, además de contar con preceptos de lógica y abarcar todos los campos donde se detecten vulnerabilidades, partiendo de hipótesis perfectamente desarrolladas. Para mejor entendimiento de lo establecido, pongamos un ejemplo:

Una empresa que tenía un grave problema, de robo de mercancías, aproximadamente uno cada mes, busco asesores especializados, solicitando a lo largo de año y medio, los servicios de cinco especialistas en seguridad, todos actuaron en forma independiente, primero uno, cuando se vio que sus propuestas eran erróneas, siguió otro, con el mismo resultado y así sucesivamente hasta que pasaron cinco “expertos”, pero el problema persistía, le seguían robando los camiones con su mercancía.

Todos aportaron sus mejores consejos: custodias de mercancías, sistemas de GPS (Global Positioning System), utilización de rutas seguras, sólo transitar de día, utilizar sólo autopistas, guardias armados dentro de las unidades de carga y otras recomendaciones que provenían de su falta de experiencia, en algo coincidieron los cinco:

“El problema es la gran cantidad de delincuentes que hay en el país y la falta de vigilancia policiaca”, recurriendo a la muy famosa disculpa, no podemos resolver un problema que no se encuentra a nuestro alcance.

Cuando prácticamente por casualidad, el empresario se entrevista con un asesor y le comenta de su problema, se sorprende cuando le manifiesta que lo primero que le recomienda es realizar un estudio conductual de la operación de su empresa, principalmente en el traslado de las mercancías, donde habría que evaluar todo el aspecto operacional de la forma como se encuentra conformada su estructura protocolaria de movimientos de sus mercancías, a lo que el empresario le manifestó que lo oía muy complicado, y además cuánto le costaría y qué garantía existiría de que le va a funcionar, respondiéndole el asesor que le presentaría una propuesta del costo de los servicios, pero con la garantía de que no tendría que pagar absolutamente nada que se cerciorara que el problema estaba resuelto y para esto se fijó una fecha, de que una vez que se implantaran la soluciones dejaran pasar seis meses y si no le robaban aceptaría el pago.

El asesor se dedicó a estudiar el problema, creando medios de evaluación conductual de todos aquellos que participaban en los movimientos de mercancías, encontrando diversas fallas en diferentes áreas, por lo que se creó un diagrama de flujo de las operaciones y análisis conductuales, encontrándose múltiples deficiencias en éstas, unas por omisión y otras por colusión, con lo que se propuso realizar una “limpia” de las personas que representaban un riesgo, anexando en cada caso los hallazgos de implicación de las diferentes personas que tenían conductas antisociales.

De esto tiene aproximadamente tres años y a la fecha no han sufrido un solo asalto, con lo que queda claramente establecido que no era la creciente delincuencia, ni la falta de seguridad por parte de la policía. Las empresas tienen una problemática específica en cada uno de sus siniestros, por lo que se tienen que realizar diferentes estudios cuando se busca resolver el problema, esto hace que dos o más empresas que realizan operaciones similares, no se les puede aplicar el mismo procedimiento de solución, cada una es especial y por lo mismo cada asesoría es diferente.