Seguridad en América | Post

¿CÓMO UN PROFESIONAL DE SEGURIDAD Y SEGURIDAD CORPORATIVA PUEDE CONTRARRESTAR EL IMPACTO DEL CRIMEN ORGANIZADO EN SU INDUSTRIA/EMPRESA?

En tiempos actuales nos toca operar y trabajar en ámbitos donde el crimen organizado está presente, y puede afectar nuestro negocio, cualquiera que éste sea, de diversas maneras (directa o indirectamente). Es evidente que no jugamos con las mismas reglas, ya que nuestras empresas y negocios respetan las leyes y regulaciones de los estados donde operamos.

Normalmente el crimen organizado tiene recursos económicos y materiales ilimitados, además de que sus tentáculos de corrupción logran cosas inalcanzables para nosotros, mientras que nuestros presupuestos son escasos y limitados, dejándonos en gran desventaja en el mismo “tablero” de juego.

En mis 20 años de experiencia como profesional de seguridad he trabajado en diferentes países, ámbitos geográficos y políticos, asegurando las operaciones de las compañías de las que fui parte y que asesoré (minería, agricultura y energía - oil & gas), aprendiendo a lograr que las compañías no se vean afectadas por los diferentes tipos de organizaciones de crimen organizado como narcotráfico, contrabando, redes de lavado de dinero, narcopolítica, etc., que operaban alrededor.

Como les mencioné anteriormente ante la cruda realidad, una compañía no tiene medios para contrarrestar estas grandes fuerzas sin dos componentes que considero los pilares fundamentales de esta desigual batalla —que cimentada en un concepto integrador— llegan a ser suficientes para llevar una gestión de seguridad que asegure los estándares de nuestras compañías.

Los dos pilares fundamentales sobre los cuales un profesional de seguridad debe construir su gestión y más aún cuando necesita contrarrestar el impacto del crimen organizado:

1. Relacionamiento (o networking).

2. Inteligencia.

Estos dos pilares estarán basados en la confianza plena y sin fines de lucro. Cuando hablo de confianza plena y sin fines de lucro sé que es difícil, pero será el factor de éxito para que esos dos pilares que sostienen la gestión sean sólidos. De lo contrario, fallará como fallan los “negocios” de nuestros contrincantes del crimen organizado que se ayudan mutuamente por intereses mezquinos y económicos individualistas.

Nuestro interés es simplemente que las personas y activos operen en forma segura y es un interés transversal a todas las empresas, organizaciones y personas, ¿o acaso no todos queremos vivir en un mundo seguro?

Entonces es aquí donde uno debe tener la capacidad de compartir sin esperar nada a cambio, pero sabiendo que el otro (u otros) compartirá con nosotros cuando le sea posible y realmente tenga algo para compartir y que ayude a ese principio conocido como reciprocidad. Recuerden, debemos aprender a dar sin recibir nada a cambio, sólo así lograremos que esa red de profesionales funcione en contrarrestar el impacto del crimen organizado.

Tal vez pueda ser criticado por buscar algo utópico, pero no pierdo la esperanza de que así sea porque a mí, a mi carrera y a las empresas para las que he trabajado les ha ayudado mucho.

Diferentes organizaciones, grupos, agrupaciones o simples afinidades de profesionales de seguridad alrededor del mundo han demostrado lo exitoso que esto es, sigue y seguirá siendo. Hay una frase que ayuda a describir esto que dice “una mano lava la otra, y las dos juntas lavan la cara”.

PARAGUAY Y ARGENTINA

Para ir a los hechos concretos y apegados a la realidad, una de las mejores experiencias donde pude aplicar esto fue cuando fui responsable de asegurar una operación de agronegocios y logística entre Paraguay y la Argentina (a veces Bolivia, Paraguay y Argentina), viviendo durante cuatro años en un país que no era el mío y en una zona conocida por el contrabando y lavado de dinero para el terrorismo. Esta operación logística fluvial es muy utilizada para el narcotráfico y contrabando a grandes volúmenes por la facilidad que ofrece un río y las barcazas que circulan en él.

Lógicamente, yo sabía que los medios que uno disponía (que eran buenos) no eran suficientes para poder garantizarles en un 100% a los gerentes de los negocios que las cargas no iban a ser contaminadas en los casi más de dos mil kilómetros de recorrido y entre países con altos niveles de corrupción y falta de controles.

Por supuesto que las medidas que a mí me hubiese gustado tener para hacer un monitoreo online de esos convoyes hubiesen hecho la operación económicamente inviable, por lo cual estaría fallando como profesional asesor de seguridad de un negocio que busca rentabilidad.

Este desafío impresionante fue el que me marcó y me llevó a usar al máximo las dos columnas vertebrales de la gestión que fueron el relacionamiento y la inteligencia. Logrando una apertura desinteresada de la información y medios de seguridad inclusive con empresas competidoras del mercado de la agroindustria, pero entendiendo que sus competencias estaban en otro lado y no en el aseguramiento de sus activos que —como dije— es transversal a todos.

Sumé en este objetivo a compañías de la competencia, de seguridad privada, consultoras, sólo algunos recursos confiables de agencias de seguridad y recursos internos de inteligencia con un objetivo común. Sin esperar nada a cambio, simplemente buscar que nuestras operaciones sean seguras. Si comprendemos esto con una mirada integral u holística, veremos que también este esfuerzo en conjunto ayuda a evitar múltiples ilegalidades y crímenes que afectan a la sociedad en su conjunto.

Es decir, que nuestra tarea ayuda también a ser socialmente responsable con las comunidades en las que operamos, cumpliendo probablemente con otros objetivos y visiones de nuestras compañías, porque además sabemos que muchos otros mercados “negros” o paralelos se crean con base en mercadería robada, combustible ordeñado, etc.

LA IMPORTANCIA DEL NETWORKING

Esta red de contactos o networking es la que a mí en particular (y lo he observado en otros colegas también) me ha permitido tener la información necesaria para operar de la forma más segura posible, sin importar si éramos competidores o no. Esa red tiene un alcance inesperado a la hora de activarla.

Cuando uno menos lo piensa obtiene información de un recurso invaluable a miles de kilómetros de distancia y se convierte momentáneamente en nuestro mejor observador, adelantado, atento a cualquier cambio y a un WhatsApp de distancia que nos permitirá tomar una decisión acertada, y esto por el simple hecho de permitirnos colaborar entre nosotros.

Esta red es la que hoy en día en mi rol un poco más regional me permite contar con un “equipo” de seguridad dentro de la Argentina y en cada país donde mi compañía precisa mi asesoramiento sin erogación económica más que la de una llamada telefónica y una apertura franca y total a la información de seguridad. Esto nos transforma en una red segura y donde depositamos nuestra confianza, porque sabemos que quien está del otro lado necesita lo mismo y no espera una retribución económica a cambio, simplemente “cuando sepas algo me avisas por favor”.

Y es en este proceso de recepción de la información que nos comparten nuestros diferentes stakeholders donde aplicamos el concepto de inteligencia (recolección, procesamiento, análisis y difusión de la información) y donde clasificamos las fuentes de la misma. Algunos tenemos la suerte de poseer en la organización personas dedicadas a este rol y el producto que nos entregan es esencial y es aquí donde debemos ser abiertos y saber compartir porque seguramente ese producto final o una simple información puede ser vital para la seguridad de las operaciones de otros. También he encontrado profesionales de seguridad que con diferentes fuentes e información básica ejecutan este proceso de forma rápida y mental sin mayores inconvenientes haciendo excelentes análisis y asesoramientos muy acertados.

Es así entonces como en el mundo actual —a mi criterio— un profesional de seguridad puede contrarrestar el impacto del crimen organizado en su industria/empresa, basándose en estas dos columnas fundamentales de saber relacionarse, realizar inteligencia y saber compartir sin esperar nada a cambio, pero sabiendo que con su actitud seguramente lo obtenga.

Debo reconocer que el buen momento de mi carrera no ha sido producto de mis capacidades individuales, sino el resultado de la colaboración de los profesionales, colegas, amigos y consultores que me han rodeado y ayudado, y de los líderes que me han sabido guiar con su ejemplo personal en esta maravillosa tarea de analizar riesgos y asesorar para que otros puedan trabajar de manera segura.