Seguridad en América | Post

LOS NUEVOS PROFESIONALES DE LA SEGURIDAD PRIVADA

Definitivamente uno de los campos que más ha sufrido cambios o ha tenido que adaptarse al llamado ‘new normal’ o la nueva normalidad, es sin duda alguna, la seguridad privada. Los factores relacionados con el COVID-19, que llevaron a muchas empresas a cerrar de manera permanente, “empujó” a muchas personas a buscar nuevos horizontes laborales que le permitieran acceder a salarios y condiciones socioeconómicas más favorables. Es así como la seguridad privada encontró una fuente abundante de capital humano dispuesto a navegar este nuevo rumbo.

Esta explosión de recurso humano tiene sus pros y sus contras. Una de las mayores ventajas es que hay mayor cantidad de personas dispuestas a responder a la alta demanda de personal de las muchas compañías que ofrecen servicios de seguridad privada. Sin embargo, y allí es donde entra en juego uno de los contras, es que hay una gran falta de experiencia en el campo, lo que lleva a las empresas a ponderar el retorno a la inversión contra el tiempo y dinero a colocar en una capacitación adecuada y acorde con las exigencias del mercado.

En países como Estados Unidos, así como algunos en Latinoamérica, existen las llamadas licencias o certificaciones que cada estado, o en ocasiones el gobierno central, requieren de forma indispensable para poder desempeñarse en esta área. Un ejemplo es el de los Estados Unidos, en el estado de la Florida, donde existen varias licencias para ejercer la seguridad privada, las investigaciones privadas y hasta para poder ser dueño y/o gerente de una empresa de seguridad privada, la cual se obtiene a través del ente correspondiente.

Para obtener dicha licencia, entre otros requisitos, se debe cursar un entrenamiento de 40 horas (Oficial de Seguridad desarmado), sobre seguridad y protección, los cuales incluyen, pero no se limitan a los siguientes tópicos:

•    Estatutos sobre seguridad privada en la Florida.

•    Primeros Auxilios.

•    Procedimientos de emergencia.

•    Ética.

•    Uso de la fuerza.

•    Técnicas de patrullaje.

•    Redacción de reportes e informes.

•    Conciencia sobre terrorismo.

•    Relaciones públicas.

•    Fundamentos de la seguridad personal.

•    Comunicaciones interpersonales.

•    Comunicaciones profesionales, etc.

EL VALOR AGREGADO

Otro factor a considerar al momento de contratar a esta nueva casta de profesionales, es el background que traen con ellos, el cual, como mencioné anteriormente, no está basado en la seguridad y/o protección, por el contrario, son mucho más diversos, pero que podría ser un valor agregado para el cliente.

Algunos ostentan certificaciones en RCP (Resucitación Cardio-Pulmonar), habilidad en el manejo de softwares, conocimientos en construcción, electricidad o simplemente son conductores experimentados; todo esto puede agregar valor al contratante, ya que estos conocimientos previos, podrían ser clave para el desempeño del oficial de seguridad en las distintas compañías o frentes de trabajo a donde son asignados.

Una persona que fue conductor para alguna compañía de transporte, trae consigo una experiencia significativa que rendirá frutos si es asignado a patrullajes vehiculares en una locación. Una persona con amplios conocimientos en computación, es claramente un elemento valioso si en el frente de trabajo donde fue asignado debe manejar computadoras para realizar reportes, llevar control de acceso y/o registro de entrada y salida de personas o materiales, manejo de estadísticas, entre otros.

Otro ejemplo son las personas que en algún momento se desempeñaron como mesoneros (as), tienen la habilidad de realizar varias tareas al unísono y normalmente saben cómo lidiar con clientes exigentes (sobre todo si son asignados a un condominio u hotel), porque conocen de primera mano sobre servicio al cliente. En esta época nos ha tocado también, entrevistar a maestras (os) auxiliares.

Estos educadores quedaron fuera de las nóminas escolares cuando los planteles se dedicaron a las clases en línea, pero sólo era necesario el o la maestra (o) titular y no el (la) auxiliar. En este caso particular, las habilidades organizacionales de estos profesionales, son de gran ayuda cuando el departamento de Seguridad de una empresa está en medio de una reestructuración.

En resumen, este nuevo grupo de profesionales merece una oportunidad y sus capacidades, habilidades, destrezas y conocimientos merecen ser utilizados. La supervivencia económica ante los embates de una pandemia, que aún no termina, es una tarea complicada, pero si el sector abre sus puertas y ofrece oportunidad a estas personas sin experiencia previa en seguridad para que comiencen una carrera, estaremos dando un ejemplo de solidaridad y hermandad a todos los factores que constituyen esta sociedad.