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GRIPE ESPAÑOLA, ERRORES Y SIMILITUDES CON EL COVID-19

El mundo nuevamente está viviendo la agresividad de la segunda y tercera ola de la pandemia. Estas nuevas mutaciones del virus están contagiando y matando a un mayor número de personas, incluso jóvenes, y sin duda debemos prepararnos para escenarios que podrían ser muy difíciles y complejos. La pandemia no se acabará en un corto plazo y todos los esfuerzos deben ser para la salud, economía y seguridad ciudadana. Hay muchas otras crisis, pero las nombradas tienen la prioridad en este momento.

Que el mundo no será como antes de la pandemia, es una realidad. Las personas seguirán trabajando en un número importante desde sus hogares, se mantendrán y aumentarán el uso de la banca móvil, el comercio electrónico en general, las plataformas digitales, las compras por delivery, las citas médicas, pero también las relaciones sociales e interpersonales. Hoy más que nunca todos deben reevaluar su seguridad de manera integral y preventiva, empezando por la familiar y vecinal.

Aprosec (Asociación Pro Seguridad Ciudadana del Perú), desde hace años, viene proponiendo la seguridad grupal, pero desde las cuadras, edificios, condominios, una seguridad con un espíritu preventivo disuasivo. De ninguna manera enfrentando a esta criminalidad violenta, sino evitando, con un comportamiento adecuado, ser la próxima víctima y convertirnos en una fría estadística más. La seguridad pública no podrá darse abasto para neutralizar a la delincuencia, la justicia seguirá con sus problemas de ineficiencia y corrupción al igual que el sistema penitenciario, son muchas prioridades y urgencias.

CIFRAS DE LA PANDEMIA EN 1918

Un estudio de la universidad de Harvard señala, en una estimación, que el 0.5% de la población de ese entonces murió con la gripe española —hoy serían 550 millones de personas— y un tercio de la población se infectó. En aquella pandemia murieron 17 millones de personas, fue por ello que la Liga de las Naciones, organismo que antecedió a la ONU (Organización de las Naciones Unidas), creó en 1948 la Organización de la Salud, y tras la creación de la ONU, fue creada la Organización Mundial de la Salud (OMS).

Es más que interesante la historia de dos ciudades de los Estados Unidos, San Luis y Philadelphia, que tomaron frente a la pandemia medidas diametralmente opuestas. Ambas organizaron desfiles para promover el bono de guerra, mientras que Philadelphia decidió seguir adelante con el evento a pesar que se dieron los primeros casos de la enfermedad, San Luis decidió cancelar el evento.

Un mes después, en Philadelphia, se dieron más de 10 mil contagios, en cambio en San Luis llegaron a 700 contagiados. Se demostraba científicamente que el confinamiento y distanciamiento social daban resultados positivos. Además, varios estudios demostraron que aquellos municipios que habían prohibido reuniones masivas y además habían cerrado lugares públicos como escuelas, teatros, bares e iglesias, habían tenido el menor número de contagio y muertes. ¿Tan difícil era investigar a fondo los resultados de esta pandemia?

La historia tiende a repetirse cuando no aprendemos debidamente la lección. Sin duda, en muchos países la guerra avisada sí mató y sigue matando gente. El único presidente de Latinoamérica que falleció por la pandemia fue Francisco de Paula Rodrigues Alves (Brasil), curioso cuando uno recuerda las medidas que no tomó Jair Bolsonaro, actual presidente de Brasil.

LECCIONES DEL PASADO

El historiador español, Jaume Claret Miranda, investigador de la Universidad Pompeu Fabra, señala que la memoria luego de estos eventos se hace corta, pero sí dejó algunos cambios, usos y costumbres que al paso de los años se olvidaron, como el de la higiene personal, y distanciamiento social, como una primera preocupación primaria preventiva, se incrementó una cierta preocupación sobre el humanismo, una voluntad de obras de saneamiento en las grandes ciudades.

Finalmente, en lo que la mayoría de historiadores y expertos en salud coinciden y destacan como primera lección del pasado, es que “cualquier medida antes de la pandemia se califica de exagerada y en cambio posteriormente son consideradas como insuficientes”.

Espero que sobre todo los políticos lean este, por lo menos, interesante resumen, que ningún asesor de este gobierno lo ha propuesto como debate.