Seguridad en América | Post

NUEVA NORMATIVIDAD EN HOSPITALES: SALUD Y SEGURIDAD EMPEZANDO POR LOS TRABAJADORES

Los protocolos de seguridad y la normatividad en hospitales cambian constantemente adaptándose a los nuevos riesgos que surgen dentro de este sector, uno de los más delicados, y que implica diferentes retos para los trabajadores de la salud, el personal administrativo y de seguridad. La pandemia ocasionada por el virus COVID-19 provocó incertidumbre en todo el mundo, la economía y principalmente la vida de las personas quedaron expuestas a ésta, uno de los actores esenciales para sobrellevar y actualmente salir adelante ante esta crisis de salud, ha sido el personal hospitalario.

El número de casos confirmados de coronavirus en el mundo hasta octubre del presente año, fue de 233.7 millones, encabezando la lista Estados Unidos (44.3 millones de positivos confirmados), continuando con la India (33 mil 766 millones), y Brasil en tercer lugar (21 mil 427 millones), mientras que México ocupó el lugar 15 con 3 mil 664 millones de positivos confirmados en el mismo periodo1.

Conforme pasaron los meses y los expertos en materia de salud, ciencia, tecnología y seguridad fueron analizando, estudiando y comprendiendo las mutaciones que el SARS-CoV-2 tuvo, se implementaron nuevos protocolos de bioseguridad a nivel mundial, en el trabajo, en casa, en la calle, espacios públicos, etcétera.

En el caso de los hospitales y ante la emergencia a la que se enfrentaron, las políticas de salud modificaron sus requerimientos y al día de hoy continúan adaptándose, visualizando un año 2022, y gracias a la llegada de más vacunas contra el COVID-19, probablemente con más control de la situación y disminución de los contagios, no obstante las medidas de bioseguridad actuales llegaron para quedarse.

RIESGOS EN HOSPITALES

Cada país enfrentó, y continúa haciéndolo, la pandemia con los recursos que tenía y se alimentaron de la experiencia, conocimientos y ejemplo de otros países. Sin embargo, la desigualdad social ya existente marcó el avance o estancamiento frente al virus.

De acuerdo con la Organización Mundial de la Salud (OMS), “la enfermedad y la muerte causadas por la COVID-19 han afectado en mayor medida a los grupos que sufren discriminación, pobreza y exclusión social, y han de hacer frente a diario a unas condiciones de vida y de trabajo sumamente adversas, en particular, en las crisis humanitarias. Se estima que el año pasado (2020) entre 119 y 124 millones de personas más se vieron arrastradas a la pobreza extrema a causa de la pandemia”2.

Múltiples estudios han sido publicados referentes a la pandemia, uno de los temas que se analizan es la gestión del personal hospitalario, los retos a los que se ha enfrentado, las medidas que ha tomado, siempre considerando la nueva normatividad y la seguridad jugando un papel fundamental para su cumplimiento.

La OMS enumeró siete clases de riesgos inherentes al sector hospitalario, que son:

1.    Biológicos. Tienen vinculación directa con los virus, enfermedades patógenas (hepatitis, la tuberculosis, el síndrome de inmunodeficiencia adquirida, COVID-19).

2.    Químicos. Con productos como ácidos, contacto con glutaraldehído y óxido de etileno.

3.    Físicos. Como el ruido y las radiaciones.

4.    Ergonómicos. Derivados de las malas prácticas en relación al cuerpo (levantamiento de objetos pesados, malas posiciones).

5.    Psicosociales. Por ejemplo estrés y violencia.

6.    Relacionados con el fuego, explosiones. Referente a la estructura hospitalaria.

“Entendemos como riesgos y muy sintéticamente, aquellas situaciones o condiciones que pueden poner en peligro tanto la organización como a las personas que la integran. Existen los riesgos inherentes a la propia actividad dentro del hospital. Los riesgos más comunes a los que nos enfrentamos son los psicosociales. Aquellas situaciones de violencia que pueden presentar familiares de pacientes que están alterados, sobre todo en las guardias y lógicamente a los riesgos biológicos, lo cual quedó expuesto de manera brutal con la aparición de la pandemia por COVID-19”, comentó en entrevista para Seguridad en América (SEA), Diego Zorzoli, licenciado en Tecnologías Aplicadas a La Seguridad y supervisor de Prevención y Seguridad del Hospital Nacional Profesor Alejandro Posadas” en Buenos Aires, Argentina.

Ante estos riesgos, son tres las principales herramientas de seguridad que se requieren para los hospitales:

1.    Seguridad Física. Compuesta por el recurso humano.

2.    Seguridad electrónica. Todos aquellos elementos inherentes a la parte de hardware y software complementario a la seguridad física, por ejemplo videovigilancia, control de accesos. Y con la aparición del COVID-19, implementación de cámaras con sensor de temperatura, los termómetros digitales, aplicaciones integradas a las cámaras como control de afore, control de sectores críticos, etc.

3.    Prevención de riesgos. Es el primer paso a realizar previo al desarrollo de las actividades del área de Seguridad. ¿A qué se enfrenta? ¿Cómo lo va a enfrentar? ¿Qué herramientas o estrategias se van a usar? ¿Cuál será el costo o la inversión para prevenir el riesgo?

“Los hospitales públicos de Argentina son asistidos por elementos de prevención y seguridad en algunos con empresas privadas y otros por ejemplo donde estoy yo, conformado por el personal propio del hospital, lo cual es una gran ventaja porque al ser personal propio éste conoce de manera íntima la idiosincrasia del funcionamiento, las características del hospital y además esto genera cierto sentido de pertenencia, de trabajar en el hospital y no sufre lo que las empresas de seguridad privada que es la rotación constante de personal”, comentó Zorzoli, quien lleva 17 años laborando en esa institución.

NUEVA NORMATIVIDAD

La actividad en los hospitales en el año 2020 empezó a duplicar y triplicar su aforo dado el incremento de los contagios en cada país, esto obligó a las autoridades de cada uno, a adaptar los protocolos de seguridad, las normas que ya tenían y readaptarlos a esta nueva situación.

“En nuestro caso, el Ministerio de Salud empezó a generar nuevos protocolos en cuanto al tratamiento de la persona en la etapa de posible contagio, de contagio consumado, pos contagio, para tratar tanto al trabajador como a su grupo familiar en la situación completa. A partir de ahí se adaptaron diferentes protocolos tomando la experiencia de otros países y lo que mejor se adaptó al nuestro”, explicó Zorzoli.

Estos protocolos fueron desarrollados pensando tanto en la seguridad y salud de los trabajadores hospitalarios como en los pacientes. Un ejemplo que menciona el experto, es que las guardias se dividieron, por un lado para el tratamiento de patologías que no tenían que ver con el COVID-19 y otras específicamente para tratar el virus o detectarlo con enfermedades respiratorias relacionadas. Situación similar en los hospitales en México.

En el artículo “Gestión hospitalaria de la pandemia en la Ciudad de México. Un análisis desde el enfoque de burocracia a nivel de calle”, Oliver Meza y Elizabeth Pérez Chiqués, profesores investigadores titulares de la División de Administración Pública, junto a Sergio Campos González y Samanta Varela, egresado y estudiante del Doctorado en Políticas Públicas (DPP) del CIDE (Centro de Investigación y Docencia Económicas), respectivamente, analizaron la situación del personal médico en México, realizando entrevistas directas con los trabajadores de salud.

“Uno de los principales hallazgos que tuvo la investigación fue el cambio de jerarquías. Normalmente, en los hospitales, el personal médico cumple con determinados roles de acuerdo con su conocimiento y experiencia, permitiendo organizar la vida y la toma de decisiones; sin embargo, esto cambió con la pandemia; los roles dentro del hospital dejaron de tener sentido debido a que el COVID-19 era una enfermedad poco estudiada y los médicos no conocían mucho sobre ella. Por otro lado, doctores de otras especialidades tuvieron que atender la demanda de enfermos que llegaba a los hospitales”, señaló una nota del CIDE3.

La capacitación para enfrentar esta crisis sanitaria fue aplicada tanto al área de enfermería, médicos, médicos especialistas, administrativos y al personal de seguridad. Puesto que la pandemia continúa, las medidas de seguridad respecto al virus seguirán presentes, y la normatividad se irá adaptando conforme la pandemia y las necesidades de seguridad que se requieran.

Por su parte, Francisco Daniel Zea Jiménez, evaluador de Hospital Seguro de los Servicios de Salud del estado de Puebla, comentó que estas normativas en su región incluyeron establecer protocolos epidemiológicos a través de códigos hospitalarios y cercos sanitarios en el acceso-recepción y manejo de pacientes e usuarios internos y externos.

INVERSIÓN PARA BIOSEGURIDAD

En un comunicado emitido en abril de este año4, la OMS exhortó a los países a continuar invirtiendo en salud para así evitar que crezca la desigualdad social y aumente la pobreza en el mundo. “Al menos la mitad de la población mundial sigue sin tener acceso a servicios de salud esenciales; más de 800 millones de personas emplean al menos el 10% de sus ingresos familiares en atención sanitaria, y los gastos por cuenta propia hunden en la pobreza a casi 100 millones de personas cada año.

A medida que los países vayan superando la crisis de la COVID-19, será fundamental evitar todo recorte en el gasto público destinado a la salud y a otros servicios sociales. Esos recortes podrían aumentar las dificultades a que se enfrentan los grupos desfavorecidos, socavar el buen funcionamiento del sistema sanitario, acrecentar los riesgos para la salud, agravar la presión fiscal en el futuro y poner en peligro los logros alcanzados en materia de desarrollo”, indicó conmemorando el Día Mundial de la Salud (7 de abril de 2021).

Hizo la recomendación de destinar un 1% adicional del PIB (Producto Interno Bruto) a la atención primaria de salud. Así como “reducir el déficit mundial de profesionales sanitarios necesarios para alcanzar la cobertura sanitaria universal antes de 2030, que asciende a 18 millones de trabajadores. Ello implica crear al menos 10 millones de puestos de trabajo adicionales a jornada completa en todo el mundo y redoblar los esfuerzos en materia de igualdad de género”.

Los hospitales siempre han tenido riesgos constantes a los que se enfrenta todo el personal, sin embargo el COVID-19 implicó además del tratamiento hospitalario a los contagiados, la implementación de medidas como la instalación de control de accesos, cámaras con sensores térmicos, termómetros digitales, abastecimiento de elementos de protección personal (cubrebocas, guantes, gel antibacterial, sanitizante, etc.).

Todo ese equipamiento requirió de inversión, al igual que la ciberseguridad. “De acuerdo a diferentes estudios que revisé, creció la actividad de robo de datos con respecto a las historias clínicas electrónicas, es decir cuando las tazas de contagio empezaron a aumentar, aquellas personas que se internaban en los hospitales y desarrollaban historias clínicas electrónicas brindaban datos, mismos que eran buscados por ciberdelincuentes, entonces se tuvieron que implementar medidas de prevención para luchar contra el ciberdelito, esto se agregó a los gastos emitidos durante la pandemia”, indicó el entrevistado.

Diego Zorzoli resaltó la importancia de estos gastos que en realidad son inversiones necesarias para la protección de datos del trabajador, del paciente y la imagen del hospital, información muy sensible que requiere atención y cuidado.

De acuerdo con los conocimientos de Francisco Zea, estos son algunos de los requerimientos para un hospital sea considerado “seguro”, y que requiere de inversión:

•    Procesos diseñados a las necesidades de la unidad hospitalaria.

•    Capacitación permanente al usuario interno y externo.

•    Simulacros de eventos y evaluación de los mismos para una mejora continua.

También se debe considerar que si el empleado presenta síntomas relacionados al COVID-19, los protocolos a seguir implican, de ser positivo, enviarlo a casa para su recuperación. “Si el trabajador presenta algunos de los síntomas del virus, inmediatamente se le sugiere aislamiento y se asiste a través de los canales de comunicación del hospital o de instituciones dedicadas al tema. De igual manera si había tenido contacto con alguna persona contagiada. En el hospital también trabajamos el control de aforo, tomar distancia, teniendo aislado el caso, y de ser positivo, se le daba la atención diaria hasta su recuperación para que regrese a sus actividades”, explicó Zorzoli.

TECNOLOGÍA DE LA MANO DE LA SEGURIDAD

Los expertos coinciden que el uso de tecnología complementa y facilita el cumplimiento de las nuevas normativas en hospitales, así como en otros sectores. A raíz de la pandemia, los proveedores de estas soluciones optaron por adaptar las funciones de su tecnología para el bien de la población mundial. Marcas como Axis Communications ya ofrecían herramientas tecnológicas para este sector, lo que hicieron fue encontrar el buen funcionamiento para esta crisis sanitaria.

“Integrar soluciones de video en red va más allá de la implementación de cámaras, incluye también el audio IP (Internet Protocol) para mandar mensajes de alerta o indicaciones al personal o familiares de pacientes. El análisis inteligente ofrece la posibilidad de identificar potenciales síntomas como la tos, el uso de cubrebocas, así como hacer un informe sobre las personas que ingresan a un hospital logrando localizar zonas con gran afluencia u horarios de alta demanda. Los videoporteros, por ejemplo, permiten la comunicación bidireccional con cada uno de los pacientes para proteger su salud y la posibilidad de mantenerlo monitoreado sin necesidad de contacto físico”, comentó en un comunicado de prensa Ignacio Cabañas, Business Development manager para Latinoamérica en Axis Communications.

La situación sanitaria actual, ha exigido nuevas estrategias para la protección de las personas. Por ejemplo, la Administración de Alimentos y Medicamentos de Estados Unidos (The U.S. Food and Drug Administration) sugiere utilizar sistemas de video IP para aumentar el control en el cuidado de los pacientes5.

“Según el Centro Estadounidense para el Control y Prevención de Enfermedades, el costo promedio en un hospital de una lesión por caída es de aproximadamente 35 mil dólares, por lo que las soluciones de video son ideales para prevenir estos inconvenientes. La tecnología funciona mediante imágenes que detectan las acciones de los pacientes situados ante las cámaras en combinación con analíticas inteligentes, el dispositivo puede activar alertas en respuesta a movimientos bruscos o posibles riesgos de accidentes en pacientes o personal del recinto, de manera que el equipo médico pueda emprender acciones de inmediato para atender la situación”6.

Algunas de las soluciones que promueve Axis para enfrentar los nuevos retos por la pandemia y las exigencias de las políticas sanitarias son:

1.    Prevención de riesgos a través del análisis de video para la detección de accidentes. En ocasiones resulta necesario el monitoreo de pacientes las 24 horas del día, por ese motivo prevenir que sufran accidentes es una de las principales tendencias de seguridad, lo cual ha orillado a desarrollar soluciones específicas para detectar y alertar cuando una persona sufre algún accidente y permanece en el suelo durante un tiempo determinado.

2.    Protección efectiva de la privacidad, a través de soluciones que ayudan a verificar lo que sucede sin recopilar datos personales. Esto permite tener mayor confianza de parte de los pacientes y de las demás personas que acceden al lugar, además trae muchos beneficios de rentabilidad para los hospitales.

3.    Aumento de la seguridad mediante la detección facial. Uso de un software de análisis de video que captura la imagen de la cara de las personas, inmediatamente comienza una búsqueda de coincidencia con la base de datos de quienes sí pueden acceder a ciertos lugares y como resultado, la solución genera alarmas a los centros de monitoreo para avisar que una persona quiere acceder a una zona prohibida o bien permite el acceso.

4.    Análisis para detectar movimientos e intrusión. La seguridad física de los hospitales es una prioridad, por lo que asegurar las áreas críticas para detectar amenazas y alertar al personal es sumamente necesario, sobre todo en las inmediaciones.

PANORAMA DE LA SEGURIDAD HOSPITALARIA PARA EL AÑO 2022

Pfizer/BioNTech, AstraZeneca/Oxford, Janssen, Moderna y Sinopharm, son las vacunas aprobadas hasta octubre del presente año por la OMS, en México además se aplicaron Sputnik V y CanSino (ambas no aprobadas por la OMS), la aparición de las vacunas en tan poco tiempo, brinda una esperanza para el control de la pandemia, al menos en la disminución de decesos. Sin embargo las medidas preventivas continuarán por varios años más.

“Lo que estamos trabajando es en desarrollar, desde la capacitación, la generación de herramientas protocolares de protección y prevención, buscando como principal foco de atención, la protección del trabajador, para una vez garantizada esa parte, desarrollar todos aquellos programas que permitan interactuar con el paciente. Si yo no me siento seguro, no puedo brindar mi trabajo de manera plena”, puntualizó Zorzoli.

La pandemia por COVID-19 trajo nuevos retos, problemas sociales y económicos, pero también nuevos aprendizajes para desarrollar mejores estrategias de seguridad que permitan seguir adelante a la humanidad. “Lo que nos planteamos quienes estamos a cargo de la seguridad en hospitales, es que debemos trabajar para que sean instituciones resilientes, incluyentes y amigables con el medio ambiente”, finalizó Francisco Zea.