Extorsiones y robos acechan al transporte de hidrocarburos.
En los últimos 12 meses, se han iniciado 46 carpetas de investigación por robo de hidrocarburos.
Transportistas refieren que los delitos contra el movimiento de diésel y gasolinas por carreteras han crecido de forma exponencial en lo que va de 2024. La "maña" detiene a los operadores y les exige que sus patrones se comuniquen con ellos, solicitando un peso por cada litro de combustible transportado. Si no se paga, advierten, las unidades son robadas o quemadas para ejercer presión.
Entre febrero de 2018 y abril de este año, se registraron 299 delitos relacionados con el robo de hidrocarburos en el autotransporte, de los cuales el 75% fueron ejecutados con violencia contra el operador, según datos de la Fiscalía General de la República (FGR).
En los últimos 12 meses, se han iniciado 46 carpetas de investigación por robo de hidrocarburos. Sin embargo, transportistas que prestan sus servicios a Petróleos Mexicanos (Pemex) indican que entre enero y mayo de 2024 han sido víctimas de 33 atracos. Esto representa un incremento del 153% anual, comparado con los 13 robos registrados en el mismo periodo de 2023.
La estrategia del Gobierno de Andrés Manuel López Obrador de cerrar los ductos de hidrocarburos y transportarlos por carretera no ha logrado blindar al transporte y ha elevado el riesgo para los operadores de estos materiales peligrosos.
Transportistas demandan la implementación de un plan efectivo, con mayor presencia policial y personal capacitado para prevenir el delito. El problema parece que será heredado a la próxima administración de Claudia Sheinbaum.
Las zonas más afectadas por estos robos incluyen Puebla, Coatzacoalcos a Villahermosa, los límites de Michoacán, Jalisco y Guanajuato, y los alrededores de Tula en Hidalgo. La FGR ha identificado tramos carreteros de 17 estados del país como puntos críticos para estos delitos.
El incremento de la inseguridad ha llevado a asesinatos de operadores, exacerbando el déficit de personal calificado en el sector. Las empresas han adoptado tecnologías como cámaras a bordo y doble jammer para inhibir el delito, aunque los costos asociados a la inseguridad persisten.
El combustible de contrabando también aumenta los riesgos para los transportistas, especialmente aquellos que mueven petrolíferos de empresas privadas. La delincuencia organizada revisa la carga y, si sospecha que es combustible ilegal, secuestra las unidades.
Transportistas denuncian la falta de autoridad y la creciente organización de la delincuencia, que opera a plena luz del día. En zonas como Escuinapa y entre Mazatlán y Culiacán, los criminales detienen a los transportistas para revisar sus cargas y, si encuentran combustible ilegal, se quedan con él.