Seguridad en América | Post

SEGURIDAD HOSPITALARIA, DE FRENTE A LA HUMANIZACIÓN DEL SERVICIO

Enfrentar los riesgos: de tipo natural, humano, tecnológico y de materiales peligrosos1, que se identifican en el desarrollo diario de las operaciones de seguridad al interior de un hospital, significa un desafío permanente para los responsables de gerenciar esta área en mencionadas instituciones, máxime cuando se trata de enfrentar con las dolencias de los pacientes y los sentimientos de los familiares, que por su estado emocional pueden resultar afectados ante medidas implementadas por los centros dedicadas al cuidado de la salud.

Si bien es cierto, los estándares internacionales y las buenas prácticas dictan que deben contemplarse controles rígidos para las personas que circulan al interior de una entidad hospitalaria, también es cierto que la privacidad, el respeto y los principios de humanización deberían ser antepuestos en la atención que reciben las personas que por una u otra razón asisten a estas instalaciones.

Todo ello, con la intención de mitigar el impacto generado por diferentes situaciones; entre otros los “eventos centinelas” que pueden afectar seriamente la seguridad de las personas, así como la reputación de la organización; es importante conocer a que hace referencia el concepto de “evento centinela“: “Es un incidente imprevisto que involucra la muerte o lesiones físicas o psicológicas graves. La lesión física grave específicamente incluye la pérdida de un miembro o una función. Dichos eventos se llaman así porque indican la necesidad de una investigación y respuesta inmediata, cada hospital establece una definición operativa de un evento centinela”2.

Teniendo en cuenta el concepto anterior, se hace necesario que los centros responsables del cuidado de la salud, determinadas como infraestructura crítica por los estados, realicen intervenciones robustas que permitan aportar al control de los riesgos, con el objetivo de afectar de manera significativa las eventualidades que por su naturaleza pueden presentarse en ellos. Controles que siempre deberán estar actuando entre sí (personas, procedimientos y tecnología), de forma tal, que su efectividad, eficiencia y eficacia estén de acuerdo con los estándares que buscan proteger la vida de las personas, en principio, los bienes, la información y la reputación de la organización, entonces surge una pregunta: ¿Cómo se articulan las personas, los procedimientos y la tecnología, para aportar a situaciones como los eventos centinela?

 

• Las personas: es importante clasificar en dos tipos a las personas: de seguridad y las que no lo son, que, si bien su tipo aclara que no tendría una responsabilidad directa en temas de protección, si deben ser coadyuvantes en esta tarea.

    Al personal de seguridad se debe realizar un estricto proceso de incorporación, buscando un perfil que esté acorde para desempeñarse en el ámbito hospitalario, con características muy particulares y un sentido de humanización bastante marcado, además, su preparación “capacitación diferencial” debe estar enfocada en los riesgos particulares que se pueden presentar en el sector sanitario y hospitalaria, y que en verdad aportan a la misma organización.

    Por otro lado, el personal que no es de seguridad debe vincularse, siempre pensando en que se es parte de un engranaje complejo, en el cual; la principal preocupación es generar condiciones de calidad y de seguridad en el cuidado de quienes están de paso, recibiendo atención ambulatoria o intrahospitalaria.

    Incluyen también a los pacientes, sus familiares y los demás visitantes, que desde su misma necesidad de seguridad se vinculen en el cumplimiento de las diferentes directrices que la institución emita al respecto.

 

• Tecnología: las estrategias y herramientas tecnológicas que se emplean en los centros médicos para el aseguramiento de la operación; desde la óptica de la protección de la misma organización y sus activos, juega un papel importante y es necesario que se oriente siempre a ser adquirida como resultado de: un análisis de los riesgos, la evaluación de vulnerabilidades, y del análisis y evaluación de las amenazas.

    Pasando de ser algo que se adquiera por moda o atendiendo a requerimientos caprichosos a una verdadera inversión que genere un ROI (retorno de la inversión) a la empresa y facilitando la labor de los mismos oficiales de seguridad, con lo que se aporta al cumplimiento de los objetivos institucionales.

 

• Procedimientos: el establecimiento de actividades lógicas que aporten al cumplimiento de las políticas; generando registro de su creación, difusión, cumplimiento y retroalimentación, permite que desde que sean conocidas empleando diferentes métodos, se logre crear la conciencia del cumplimiento por parte de las personas de la organización, así como de quienes visitan los centros prestadores de servicios de salud. 

    Entendiendo que las personas en su gran mayoría acogen y cumplen los mismos, es necesario tener algunos; que de manera persuasiva conduzcan a su acatamiento. Es, en este momento, cuando la destreza y las habilidades de los oficiales de seguridad hospitalaria, cobran bastante importancia, su capacitación y pericia para enfrentarse a situaciones que generen amenazas y riesgos identificados, determinan su verdadero valor.

 

Al personal de seguridad s

e debe realizar un estricto

proceso de incorporación,

buscando un perfil que esté acorde

para desempeñarse en el ámbito

hospitalario, con características

muy particulares y un sentido

de humanización bastante marcado

 

INTEGRACIÓN DE ELEMENTOS PARA LA SEGURIDAD

Se aprecia entonces, que convergen siempre elementos importantes, las personas, la tecnología y los procedimientos, que deben interactuar en este ambiente y que en el entorno de integración son elementos importantes junto con la humanización y que ayudan a gestionar los diferentes tipos de riesgos, protegiendo a las personas, la información, la propiedad y la reputación organizacional.

Atendiendo a lo anterior, la cultura de la población podría ser vista y positivamente impactada con la aplicación del concepto de humanización, sabiendo que a un hospital quien va, lo hace porque tiene una necesidad que además de física, emocional y hasta espiritual, y lo que se espera en ese momento, es que las personas que interactúen con ese paciente, familiar o visitante lo hagan en los mejores términos y “poniéndose en sus zapatos”.

Los diferentes sistemas de seguridad combinados con el actuar del hombre y con humanización, generan una sensación de seguridad y se percibe un acompañamiento que, en muchos casos, da un espaldarazo a quien acude al centro médico. No podemos dejar pasar por alto la importante acción de los oficiales de seguridad en el desarrollo de la actual situación global, frente a la crisis generada por emergencias a causa de epidemias o pandemias, en donde su preparación, entrenamiento y habilidades cobran un alto valor en el apoyo a la parte asistencial; dejando entrever el concepto de humanización.

Los servicios de seguridad en los hospitales juegan un papel importante a nivel social como parte de las mismas entidades, por ello se contempla la participación del personal de seguridad hospitalaria. La IAHSS (International Association for Healthcare Security and Safety Foundation) es una de las asociaciones internacionales de profesionales de seguridad hospitalaria, que se ha preocupado por ello y ha generado guías que explican cuál es la vinculación en esos escenarios por parte del personal de seguridad en apoyo a la parte médica, como el caso de la Guía de la Industria de IAHSS 08.08.11, manejo de emergencias, respuesta a enfermedades transmisibles, que determina acciones a seguir en esta clase eventos.

Teniendo en cuenta estas recomendaciones, se puede aportar en gran medida desde la responsabilidad, a mitigar el impacto que pueda generar la contaminación interna causada por un virus, en una institución dedicada a suministrar servicios de salud, durante un evento de epidemia o pandemia.

En esta guía, el literal C, numeral 2, relaciona que los oficiales de seguridad “deberían distribuir y usar el respectivo EPP (equipo de protección personal)” —y que por la misma labor que se realiza en los centros médicos, se está en niveles altos de exposición a contraer infecciones a causa de diferentes bacterias, virus, parásitos u hongos—, deberían ser, de acuerdo y como lo referencia Scaglione Bernard (2019, p. 100): “Protección de nivel D: consiste en ropa de trabajo o, en el caso de seguridad, el uniforme de seguridad. El uniforme de nivel D consiste en un ligero resistente a los fluidos, bata, guantes de látex, gafas protectoras para los ojos y una máscara con respirador M-95. La protección de nivel D se utiliza para situaciones biológicas y de gripe y es usado por oficiales de seguridad en portales de acceso, en áreas de tratamiento o cuando está vigilando pacientes”.

Se demuestra que la humanización es una herramienta que se emplea en doble vía en la vida hospitalaria, tanto a los pacientes, visitantes y sus familias como para el interior de la organización, y, en este caso particular a los oficiales de seguridad, que son coadyuvantes en la atención sanitaria ante las situaciones particulares de epidemias.

La debida diligencia es aportar desde la misma responsabilidad de la organización a prevenir y mitigar efectos indeseables, que lesionen o vayan en contra de los objetivos durante esta clase de situaciones; el secreto no es inventar, el secreto es gestionar los riesgos de manera eficiente, efectiva y eficaz para que la misma comunidad supere la crisis social con las mejores decisiones y con la participación de múltiples actores hospitalarios. Esto es humanización en el servicio hospitalario y asistencial. 

 

REFERENCIAS

1 Concepto extraído del Curso de Preparación para CHSS, emitido por IAHSS International.

2 Que tiene por lo menos: a) Una muerte imprevista, que incluye, pero no se limita a: muerte no relacionada con el curso natural de la enfermedad o afección subyacente del paciente (por ejemplo, muerte por una infección posoperatoria o embolia pulmonar adquirida en el hospital); muerte de un bebé a término completo y suicidio; además; e) robo de un bebé o entrega de un bebé a los padres equivocados; y f) violación, violencia en el lugar de trabajo como un asalto (que provoque la muerte o la pérdida permanente de una función corporal) o el asesinato (homicidio intencional) de un paciente, un miembro del personal, un profesional sanitario, un estudiante de medicina, un profesional en prácticas, un visitante o un proveedor en las instalaciones del hospital”.

- The Joint Commission. (2014). Estándares de acreditación para hospitales de Joint Commission International. Oakbrook Terrace, Illinois: Permissions Editor, Department of Publications, Joint Commission Resources.

- IAHSS- Industry Guidelines. (2016). Emergency Management.

- Bernard Scaglione, CPP, CHPA, CHSP. Security Management for Healthcare. (2019).