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COVID-19, LA PANDEMIA EN PERÚ

Este encierro nos hace recordar las siete plagas de Egipto de los albores de la civilización, por el desconocimiento de la medicina y de las enfermedades. Eran épocas en que una peste bubónica arrasaba con los pobladores de toda una urbe. 

Lamentamos que nuestros presidentes no fueran líderes de la nación peruana, desconocen que el liderazgo es aquel que conduce a sus pobladores por los caminos del triunfo y no como han demostrado los cinco últimos, quienes tuvieron un mal comportamiento a cargo de la jefatura del gobierno porque todos han sido denunciados por supuestas acciones dolosas en el uso del dinero del país, han terminado sus mandatos presidenciales y no han realizado las obras del estado.

Se ha demostrado una total falta de planeamiento y control en la edificación de obras estatales, así como en la construcción de carreteras, se han votado varios miles de millones de dólares en pretender construir otra refinería en Talara, Piura (Perú), cuando una nueva obra no pasa de dos mil millones de dólares, y la actual nos ha salido costando siete mil millones de dólares, todo está mal hecho. Ya nadie se acuerda de las auditorías y la lucha contra la corrupción. Si ahora hay denuncias por corrupción hasta contra la contraloría de la república.

 

“LA CEREZA DEL PASTEL” 

Se ha dado a conocer con la corrupción habida y denunciada en los altos mandos de la policía nacional, la danza de millones de dólares en la adquisición de suministros para la lucha contra el COVID-19, donde se ha desnudado la inmoralidad, deshonestidad en el manejo de los fondos públicos. Lo más grave se ha traficado con la salud de nuestros héroes policías, al adquirir productos inservibles para protección del personal. ¿Qué tal bajeza de algunos jefes de la policía nacional y las autoridades civiles? Nos hace recordar al Macondo de Gabriel García Márquez. 

Esta pandemia nos agarró a todos los peruanos y sudamericanos “con los pantalones abajo”, como coloquialmente se dice, y se llevó a la muerte a varios miles de ciudadanos de diversas religiones. Dichas enfermedades infecto-contagiosas fueron producidas en los ciudadanos mayores de edad con las defensas bajas. No eligió sólo a los adultos mayores, también hubo algunos jóvenes, sobre todo por la falta de higiene ciudadana que viven y la ignorancia de la población.

Esto es lo que la mayoría de ciudadanos pudimos analizar sobre lo que decían los medios de comunicación que solapadamente informaban, también pudimos ver cómo algunas autoridades escondían la verdadera información. Como, por ejemplo, de los negocios que algunas autoridades realizaban tras esta desgracia nacional y mundial. Esperamos que las autoridades realicen las auditorías respectivas sobre las denuncias hechas contra algunas autoridades.

Resulta claro que algunas de nuestras actuales autoridades no son de fiar, la corrupción está en todos los niveles. Esto debe ser calificado como delito de traición a la patria por ser de “lesa humanidad”.

Se ha demostrado la falta de ciudadanía de muchos miles de peruanos, sobre todo en las zonas urbanas marginales y los habitantes de las laderas de los cerros. Lamentamos cómo muchos de estos habitantes asaltaban las unidades móviles que transportaban estos víveres. Estas dádivas deben ser entregadas a quien verdaderamente lo necesitan y no a los saqueadores que son amigos del alcalde de turno.

De las desgracias se aprende mucho más, porque se ha revelado la verdadera sociedad que tenemos y si esto dura hasta el próximo año sabremos mucho más de nuestro pueblo, si somos solidarios y humanistas.