La Operatividad Estratégica en Elementos de Seguridad Intramuros
EL FACTOR HUMANO EN LA GESTIÓN DE RIESGOS
El riesgo puede denominarse, de acuerdo a la ISO 31000:2018, como el efecto de la incertidumbre sobre los objetivos específicos de una organización. Un efecto es una desviación respecto a lo previsto. Puede ser positivo, negativo o ambos, y puede abordar, crear o resultar en oportunidades y amenazas. Los objetivos pueden tener diferentes aspectos y categorías, y se pueden aplicar a diferentes niveles.
En razón de lo anterior, la gestión del riesgo se refiere a las actividades coordinadas para dirigir y controlar una organización con relación a los riesgos de ésta. La gestión del riesgo está íntimamente ligada con los objetivos de las organizaciones, ya que éstas se enfrentan a factores e influencias (externas e internas) que generan incertidumbre en el proceso de cumplimiento de sus objetivos.
La última parte del proceso de la gestión de riesgos tiene que ver con el tratamiento del mismo, es decir, el cómo la organización lidiará con el riesgo identificado. De acuerdo a lo anterior se deberá considerar las posibles opciones que son:
• Evitar el riesgo decidiendo no iniciar o continuar con la actividad que genera el riesgo.
• Aceptar o aumentar el riesgo en busca de una oportunidad.
• Eliminar la fuente de riesgo.
• Modificar la probabilidad.
• Modificar las consecuencias.
• Compartir el riesgo.
• Retener el riesgo con base en una decisión informada.
Para los casos de minimizar la probabilidad o las consecuencias del riesgo, o bien compartir el mismo, se van a tener que implementar contramedidas como parte del Plan del Tratamiento del Riesgo. Las contramedidas que integrarán este plan van a contemplar procedimientos o controles administrativos y de operación específicos, así como la implementación de tecnologías aplicadas a la seguridad, sin embargo, el factor humano aún con los últimos avances en los dispositivos electrónicos, será indispensable para el éxito de todo sistema de gestión de riesgos de una organización.
PRINCIPIOS Y MÉTODOS DE OPERACIÓN PARA EL GUARDIA DE SEGURIDAD INTRAMUROS
Los guardias de seguridad fungirán como el elemento ejecutor de las contramedidas determinadas en el plan de tratamiento de riesgos, y entre otras actividades, las principales funciones contemplarán: control de accesos, permanencias y salidas del personal externo e interno de una organización, protección y vigilancia de instalaciones, así como operación o monitoreo de los sistemas electrónicos de seguridad. Cada una de las actividades anteriormente mencionadas requerirán de procesos documentados, instrucciones de trabajo, manuales, formatos, anexos y demás documentos que permitan estandarizar las consignas.
La función de los elementos deberá estar soportada e integrada a los sistemas de gestión de calidad certificables de las organizaciones como pudieran ser: ISO 9001, ISO 14001, ISO 28001, ISO 37001, etc. Los planes de seguridad integrados armónicamente con los sistemas de calidad serán especialmente indispensables hoy más que nunca con la próxima llegada de los proyectos: ISO 22340 seguridad y resiliencia — seguridad de protección— pautas para la arquitectura de seguridad, Framework y controls; ISO 22341 seguridad y resiliencia-seguridad protectora-directrices para la prevención del delito a través del diseño medioambiental; ISO 22342 seguridad y resiliencia —seguridad protectora— pautas para el desarrollo de un plan de seguridad para una organización, entre otros.
EL PRINCIPIO DE LA LEGALIDAD
Uno de los principios de actuación de los elementos operativos es el de la legalidad. Los elementos de seguridad deben regirse bajo el marco normativo correspondiente al país donde desempeñan sus funciones, para México se atiende la Ley Federal de Seguridad Privada, su reglamento, las leyes, normas y reglamentos estatales. Estos lineamientos jurídicos determinarán los principios de actuación de los elementos operativos de seguridad, les darán certeza legal y delinearán el perfil, requisitos, capacitación y obligaciones de los mismos. Asimismo, se deberán observar instrumentos legales afines en México como la Ley Federal del Trabajo y las Normas Oficiales Mexicanas entre otras.
EL MÉTODO DE ACTUACIÓN
Los elementos de seguridad deberán estar capacitados para poder identificar aquellas amenazas, situaciones de riesgo, actos o condiciones inseguras que contraponen los objetivos de cada organización. Es recomendable instaurar un método general de trabajo operativo para el guardia de seguridad, el cual puede especializarse de acuerdo a las necesidades o políticas específicas de cada organización, sin embargo, a continuación y a manera de propuesta de elaboración propia, se presenta un método general que pudiera funcionar para la mayoría de las operaciones y necesidades: el Método VDRI (Vigila, Detecta, Reporta e Interviene).
La principal actividad de un guardia de seguridad intramuros es vigilar. Esta actividad que pudiera considerarse como “sencilla” o básica, por lo contrario, es en realidad una actividad operativa compleja que requiere de capacitación, técnicas y modelos inteligentes. Los programas de recorridos que realizará el vigilante no se tratan simplemente de ordenar al elemento dar vueltas a un edificio, sino que detrás debe haber una labor de inteligencia para poder diseñar un circuito que considere las condiciones ambientales de las instalaciones a proteger, zonas de mayor y menor riesgo, tránsito de personas o vehículos, puntos donde la visión es favorable, la vigilancia natural existente, iluminación, vegetación, ubicación de activos prioritarios y estudio de tiempos y movimientos.
El circuito de recorridos debe estar constantemente en estudio y actualización, y es muy importante tomar en cuenta principios como el Crime Prevention Through Environmental Design (CPTED). A nivel supervisión es inconmensurable establecer mecanismos de control que aseguren el estado de alerta de los elementos, auditorías por cámaras de vigilancia, utilización de medios tecnológicos como GPS y monitoreo en tiempo real o diferido, etc.
DETECTA
“Los ojos no ven lo que la mente no conoce”. La frase anterior atribuida al filósofo Henri Bergson, cobra mucho sentido al describir el segundo paso de la metodología VDRI. Primero el elemento de seguridad intramuros debe vigilar de manera efectiva como se describió en el punto anterior, si el elemento está alerta, bien posicionado y en los horarios prioritarios, tendrá una mayor probabilidad de poder detectar con antelación una amenaza, sin embargo, tendrá que estar preparado para observarla. Aquí la capacitación para desarrollar el sentido de la observación es muy importante.
Lo anterior se refiere a que un guardia que no conozca cuáles son las amenazas, consignas, operaciones, o bien, las actividades rutinarias del entorno que lo rodea, no podrá identificar cuando una operación es considerada de riesgo, incorrecta o simplemente no podrá detectar una actividad sospechosa. Dependiendo de la zona a resguardar, sus activos, prohibiciones o rutinas, es que es posible detectar “novedades”. Un elemento operativo no podrá cumplir y hacer cumplir un catálogo de reglas si no las conoce.
REPORTA
El guardia de seguridad intramuros que vigila de manera efectiva y conoce las amenazas, riesgos y reglas, tendrá un mayor éxito en la detección, sin embargo, debe tener claro que el tercer paso de esta metodología es igual de importante que los anteriores; se trata de reportar.
Aquí se tienen que desarrollar las habilidades comunicativas del elemento operativo, tanto escritas como verbales. Dependiendo de la organización y sus operaciones, será imprescindible que el guardia comunique la mayor cantidad de información a la central de control para que esta a su vez active los procedimientos conducentes.
Un guardia que no reporta una incidencia, novedad o incumplimiento, es posible que no lo haga por tres motivos: no está vigilando efectivamente (no está en el lugar y momento adecuado); sí vigila, pero no detecta porque no sabe lo que puede detectar (no conoce los procesos, no está capacitado), o bien, vigila efectivamente, conoce los procesos y detecta irregularidades, pero no desea reportarlos. En este último caso el problema es mayor, el enemigo está en casa.
INTERVIENE
El último paso del método VDRI corresponde a la intervención. Un elemento de seguridad debe tener muy claro cuándo y cómo debe intervenir ante diferentes situaciones. VDRI nos ayuda para que, por principio, el elemento operativo tenga presente que debe reportar antes de intervenir. Con esto ya se obtiene una ventaja en la operación, ya que se asegura que el elemento no intervendrá sin antes haber recibido indicaciones al respecto.
Es importante en la capacitación, definir los alcances del elemento operativo en su actuar ante posibles emergencias, por ejemplo, ante incendios en fase incipiente, emergencias médicas, intrusiones no autorizadas, riñas que amenazan la integridad física o posibles sometimientos. Hay casos como los anteriores donde el guardia deberá intervenir sin antes reportar para recibir indicaciones, esto dependerá de la capacitación y los alcances que la organización desee para las funciones del elemento.
CONCLUSIÓN
Existen en México empresas de seguridad privada que no cumplen con la normatividad, son ilegales, sin registros y sin constancia de las prácticas que llevan a cabo. En muchos casos también los elementos operativos no gozan de los derechos obligatorios de seguridad social, y mucho menos de la capacitación y profesionalización necesaria para llevar acabo sus funciones.
Lo anterior estigmatiza la loable profesión de la seguridad en el sector privado, y menoscaba su evolución. La operatividad efectiva en la actuación de elementos de seguridad intramuros, será un resultado de las buenas prácticas en ejes medulares como: cumplimiento legal, metodologías de actuación y capacitación continua.