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Habilidades Blandas del Gestor de Seguridad

Una compañía decide ampliar sus servicios para marcar una diferencia notoria con sus competidores y para ello adquiere dos locales, contrata más personal y desarrolla nuevos proyectos que requieren la participación de varias áreas de la compañía, pero cuando empieza a desarrollar las primeras actividades de implementación de las nuevas sedes, parte del equipamiento más costoso fue robado dentro de las instalaciones lo que causó grandes pérdidas económicas y el retraso del lanzamiento de los nuevos servicios. En este caso, el responsable de Seguridad no fue tomado en cuenta en el desarrollo de ninguna de las etapas, debido a que no se consideró necesario.

El área de Producción de una compañía, necesita reducir costos de operación para enfocarse en la inversión de nueva tecnología que va a automatizar parte del área de Manufactura y para ello se le solicita al responsable de Seguridad que reduzca la cantidad de personal de la compañía contratada y revise la distribución y cantidad de los equipos de seguridad electrónica a fin de estar en la misma línea con la nueva estrategia. En este caso, el responsable de Seguridad no acepta la solicitud, porque considera que esos cambios van a afectar su gestión.

Las situaciones presentadas muestran dos escenarios distintos en donde en uno el responsable de Seguridad no fue tomado en cuenta, en la otra sí. Ambas situaciones pudieron manejarse de manera distinta si el gestor de Seguridad hubiera difundido de manera efectiva la misión de su área, en el primer caso y si se hubiera adaptado al cambio con la visión estratégica que el reto requería en el segundo caso.

Lamentablemente, en casos como los descritos y otros similares, deja en evidencia la falta de habilidades blandas que muchos gestores de Seguridad carecen de ellas, algo que en la realidad actual es inadmisible.

¿CUÁLES SON LAS HABILIDADES BLANDAS?

En términos generales, las habilidades blandas son los atributos personales para la relación e interacción con las demás personas dentro del ambiente laboral, los cuales (junto con los conocimientos técnicos) son el soporte para el logro de los objetivos profesionales dentro de una organización.

Con mayor frecuencia, las empresas requieren profesionales con habilidades blandas desarrolladas con igual o mayor nivel que los conocimientos técnicos o habilidades duras, tal como lo indica el Informe Global de Tendencias de Talento del año 2019, elaborado por LinkedIn, debido a que las habilidades blandas definen la forma en que se resuelven los desafíos laborales. Las habilidades blandas más demandadas por las empresas de manera general, según el mismo informe son: creatividad, persuasión, colaboración, adaptabilidad y manejo del tiempo.

Ante esta realidad, los profesionales de seguridad durante el ejercicio de sus funciones, las cuales son transversales a todas las áreas de una organización, requieren de ciertas habilidades adicionales a las mencionadas anteriormente para cumplir con la misión de proteger a las personas, infraestructura, equipos, información y reputación a través de la gestión de los riesgos que puedan afectarlos y teniendo en cuenta que la interacción con los empleados de todos los niveles de la organización es crucial, las habilidades blandas cumplen un rol preponderante para su desempeño. Estas habilidades adicionales a las mencionadas anteriormente son las siguientes:

Comunicación efectiva: como todo líder en una organización, el gestor de seguridad debe tener la capacidad de compartir información de forma efectiva ya sea de manera verbal en reuniones, presentaciones, capacitaciones y en toda interacción con todos las personas dentro y fuera de la organización, así como de forma escrita a través de difusión de políticas, procedimientos, iniciativas, programas y proyectos que su área necesita compartir a través de todos los medios escritos que la organización dispone. Si el objetivo es lograr compromiso con la seguridad de parte de todos los miembros de una organización, la comunicación a todo nivel es el medio para lograrlo.

Pensamiento estratégico: la seguridad, como todo proceso transversal en una organización, debería estar alineado a la misión, visión y objetivos del negocio a fin de dar el soporte necesario para lograrlos. Por ello, el gestor de seguridad debe orientar y adaptar cuando sea necesario, sus programas y planes a la estrategia organizacional que de acuerdo a las necesidades del mercado podría cambiar, ampliar o reducir su alcance.

Adaptación al cambio: en el día a día, todo va cambiando de forma progresiva o abrupta y esto obliga a las organizaciones a cambiar formas de trabajar, transformar productos y servicios y con ello la estrategia de negocio. Ante este, el gestor de seguridad debe estar dispuesto y ser partícipe de la gestión de los cambios que la organización experimente, dando el soporte para reducir la probabilidad de ocurrencia de una situación negativa que altere el normal desarrollo de las operaciones o en caso de presentarse, reducir la afectación que genere siempre en línea con los requerimientos y los desafíos del negocio.

Innovación: desarrollar nuevas formas de pensar, actuar y que se manifiesten en mejores productos y/o servicios es una habilidad muy valorada en estos tiempos y el gestor de seguridad debe buscar alternativas diferentes a la situación actual que estén orientadas a optimizar la eficiencia de los sistemas de seguridad implementando medidas de control de riesgos sostenibles, que agreguen valor y facilite la interacción de las actividades del negocio.

 

Resolución de problemas: atender situaciones adversas es inherente a la función de seguridad, pero atenderlos de forma oportuna, con el uso racional de recursos y sobre todo atacando la causa raíz del problema, marca la diferencia entre una gestión exitosa y aquella que no lo es. Para lograrlo se necesita flexibilidad, apertura para recibir ideas de otras personas y la capacidad para tomar decisiones en contextos complejos.

Si bien es cierto todas las habilidades blandas mencionadas anteriormente son las más comunes e importantes, es necesario que cada gestor de Seguridad identifique sus oportunidades de mejora a través de la reflexión personal y la retroalimentación de los colegas y clientes internos y luego de ello implemente un plan de acción para desarrollar las habilidades requeridas para su crecimiento profesional.