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SEGURIDAD EN CASAS DE EMPEÑO FRENTE AL COVID-19: AUMENTO DE OPERACIONES VS. ROBOS Y SAQUEOS

A partir del 30 de marzo del presente año, en México la Secretaría de Prevención y Protección a la Salud (SPPS) dio a conocer las actividades consideradas como esenciales para seguir operando durante la contingencia sanitaria ocasionada por el virus COVID-19, y aunque los negocios prendarios no estuvieran contemplados tal cual en las veintisiete actividades1, siendo estos esenciales para el funcionamiento de la economía, continuaron abiertos e incluso aumentaron sus servicios.

De acuerdo a la Asociación Mexicana de Empresas de Servicios Prendarios (AMESPRE), hubo un incremento en las operaciones de las tres mil 500 casas de empeño afiliadas a dicha asociación a partir de la declaratoria de contingencia sanitaria, de entre el cinco y siete por cierto.

No obstante para su continuidad, la Procuraduría Federal del Consumidor (Profeco), anunció en mayo a través del Diario Oficial de la Federación (DOF)2, los “lineamientos para la operación de casas de empeño durante la contingencia sanitaria provocada por el virus SARS-CoV-2”, en los cuales se incluye por supuesto adoptar todas las medidas preventivas para evitar la propagación y contagio del virus, emitidas por la Secretaría de Salud.

De acuerdo a Joel Rodríguez, director general de AMESPRE, en 2019 realizaron 61.1 millones de operaciones, un aproximado de 73 mil millones de pesos (3 millones 271 mil dólares) en la economía del país. Y pese a que el acuerdo con Profeco de sólo permitir aparatos electrónicos y tecnológicos, aparatos electrodomésticos y herramientas para su empeño, este sector siguió siendo un blanco para la delincuencia, de hecho hubo un aumento de robos y saqueos en algunas de las sucursales que permanecieron abiertas.

Es por ello que Seguridad en América (SEA) realizó entrevistas a expertos en la materia y que aportaron su experiencia sobre seguridad en casas de empeño durante la contingencia.

PRINCIPALES PROBLEMAS DE SEGURIDAD

En abril del presente año, con ayuda del Centro de Control y Comando C2, elementos de la policía de la Secretaría de Seguridad Ciudadana (SSC), se logró la detención de 11 personas, entre ellas, cinco menores de edad que intentaron asaltar una casa de empeño en la alcaldía Gustavo A. Madero, en la Ciudad de México.

Otro caso exitoso en este sector por parte de las autoridades y durante la contingencia sanitaria, fue el 20 de septiembre en la alcaldía Iztapalapa, Ciudad de México, en donde se recuperaron diversos objetos de valor y capturaron a un hombre presunto involucrado.

El principal temor del sector respecto a la inseguridad, fue que se suscitaran saqueos o que los contagios mermaran la operación y la seguridad de los negocios prendarios, así como que los clientes no pudieran retirar sus prendas, de acuerdo a Joel Rodríguez. 

“Como consecuencia de la pandemia del COVID-19, pronto se dejaron sentir sus efectos negativos en los diversos ámbitos de las actividades productivas en el país, principalmente en el incremento exponencial de la tasa de desempleo, situación que en la misma proporción aumentó los factores de riesgo a la seguridad de nuestras operaciones, siendo las principales amenazas el saqueo tumultuario, robo con violencia, robo por intrusión, robo por fardero, robo interno e inclusive las llamadas de extorsión o engaño”, señaló.

Además de la afectación a la propia economía de los empresarios, ya que no todas las sucursales permanecieron abiertas y las que sí, tuvieron que reducir horarios drásticamente. 

El robo, la extorsión telefónica y presencial se agudizaron más por la contingencia, la delincuencia en sus diferentes modalidades volteó hacia las casas de empeño y vulneró su seguridad. “Otro factor que influyó en la alza de delitos fue la cotización del oro, subió el precio por onza en un aproximado de 35 por ciento, lo cual se tornó sumamente atractivo para los grupos delincuenciales”, comentó Gustavo Ricardo Espinosa Vázquez, subdirector de Seguridad Patrimonial en Grupo Visión Prendaria.

ESTRATEGIAS FRENTE A LA DELINCUENCIA

Para contrarrestar esta situación se aplicaron diferentes estrategias de seguridad que incluyeron tanto la capacitación al personal, como la colaboración con las autoridades. AMESPRE, con la finalidad de anticipar los posibles saqueos, nombró monitores de redes sociales para alertar a las autoridades sobre posibles saqueos, ya que existieron grupos en Facebook donde invitaban a delinquir en ciertos negocios. 

Pero además de la seguridad física del lugar, actualmente se debe contemplar la seguridad del personal y usuarios en materia de salud, ya que el virus se convirtió en un riesgo para la humanidad.

“En cuanto al riesgo de contagio interno se concientizó al personal y se le capacitó realizando los protocolos para su atención. De igual manera adecuamos las plantillas y tiempos de los empleados, así como mayor vigilancia a los puntos que abrían o cerraban en horarios de riesgo y fuera de la operación normal. Tuvimos que reforzar nuestros procesos de seguridad y operación, adecuarnos a los de salud, seguridad e higiene de cada entidad gubernamental”, explicó Joel Rodríguez.

Las empresas adoptaron las nuevas normas de salud que se requieren para evitar los contagios, y reforzaron las estrategias de seguridad con las que ya contaban tanto preventivas como reactivas: seguridad intramuros, respuesta temprana a través de videovigilancia, alarmas, seguridad electrónica y comunicación constante con las autoridades municipales, estatales y federales.

Ante la falta de víctimas cotidianas, la delincuencia viró hacia los sectores que encontró disponibles, aumentando por ejemplo el robo al transporte de carga, a casa hogar, robo de vehículos particulares y a las casas de empeño, por lo cual se requirió un trabajo en conjunto y aún más preventivo. “La delincuencia se ha vuelto más disruptiva y violenta y ante ello hay que estar no sólo preparado para reaccionar, sino trabajar en otro principio universal de seguridad, la prevención, y ser más prospectivos de los fenómenos y conductas criminales”, indicó Gustavo Espinosa.

LA UNIÓN HACE LA FUERZA

Pese a que es una frase coloquial de antaño, “la unión hace la fuerza”, sigue teniendo lógica y consecuencias benéficas cuando se aplica. Como algunos expertos lo han vivido, una vez que la pandemia alcanzó al país, las áreas o comités de Continuidad de Negocio, Seguridad Física, Seguridad Patrimonial, Recursos Humanos, y Administración —por mencionar algunas— unieron sus conocimientos para contrarrestar principalmente el problema de salud y los posibles contagios entre sus empleados y usuarios, así como enfrentar la crisis económica que el mundo está atravesando y de la cual aún no se viven todas las consecuencias. 

“El Comité de Continuidad de Negocio y de Crisis fue la clave para poder reaccionar inmediatamente y desde la subdirección de seguridad patrimonial, exponer a la alta dirección desde el mes de febrero un posible panorama que se avecinaba en el país derivado de lo ocurrido en China, el pensar y actuar de manera ‘glocalizada’ fue todo un reto y un acierto para velar por la salud e integridad del personal, así como de nuestros clientes”, platicó Espinosa Vázquez.

Algunas empresas una vez que China dio el anuncio del nuevo coronavirus, y con base en la experiencia obtenida por la influenza H1N1 en 2010, establecieron acciones preventivas como la compra temprana de cubrebocas, alcohol en gel, capacitación al personal sobre el cuidado de salud, mientras que otras actuaron de forma rápida sobre las medidas que implementó el gobierno federal, y otras más simplemente no supieron actuar y terminaron por extinguirse; un sector que aún padece las consecuencias económicas del COVID-19 son las pymes (pequeñas y medianas empresas).

“El brindar todo el Equipo de Protección Personal (EPP) para operar, así como todos los aditamentos de bioseguridad en el menor tiempo posible, y reaccionar rápidamente a lo estipulado por el gobierno federal y de los estados en donde operamos a nivel nacional fue la clave para no interrumpir nuestras operaciones. Las casas de empeño al igual que los bancos no dejamos de operar durante la emergencia sanitaria por ser considerados industrias esenciales”, indicó Espinosa.

Por su parte, AMESPRE quien integra a 30 empresas y 18 marcas en todo el país, optó por reforzar la comunicación con las autoridades de seguridad pública y de procuración de justicia, para el beneficio de sus agremiados, haciendo útil la firma de los 30 convenios de colaboración que actualmente tiene firmados.

“Nosotros recomendamos recibir todas las alertas que generamos en materia de seguridad y retroalimentarnos a su vez con información que puede ser valiosa para todos”, puntualizó Joel Rodríguez.

La tecnología sin duda alguna en cualquier normalidad que se viva, seguirá siendo una herramienta estratégica para revenir y actuar ante un ilícito en las casas de empeño y hoy en día también para detectar algún enfermo de COVID-19 y prevenir el nuevo reto de la seguridad: contagios masivos. “Queremos que nuestra seguridad siga siendo un valor agregado pero sobre todo una ventaja competitiva dentro del sector”, finalizó Gustavo Espinosa. 

REFERENCIAS

1 Acuerdo por el que se establecen acciones extraordinarias para atender la emergencia sanitaria generada por el virus SARS-CoV2. Diario Oficial de la Federación, 31 de marzo de 2020. https://www.dof.gob.mx/nota_detalle.php?codigo=5590914&fecha=31%2F03%2F2020&print=true

2 Acuerdo por el que se dan a conocer los lineamientos para la operación de casas de empeño durante la contingencia sanitaria provocada por el virus SARS-CoV2 (COVID-19). Diario Oficial de la Federación, 04 de mayo de 2020. https://www.dof.gob.mx/nota_detalle.php?codigo=5592747&fecha=04%2F05%2F2020