¿QUÉ ES LA SEGURIDAD PÚBLICA?
Cuando se menciona a la seguridad pública de inmediato la mayoría de las personas traduce el concepto en: policías, patrullas, operativos, etcétera y luego entonces se tiene una impresión un tanto negativa, es decir, los pensamientos cambian a: corrupción, prepotencia, desconfianza, etcétera, a reserva de analizar más adelante la percepción sobre el desempeño de las autoridades de seguridad pública y justicia; es importante comprender que la seguridad pública representa mucho más y suele ser más compleja.
Primero que nada comencemos con la definición del concepto: la seguridad pública es, como explica Sergio García Ramírez, una cualidad de los espacios públicos y privados, que se caracteriza por la inexistencia de amenazas que socaven o supriman los bienes y derechos de las personas y en la que existen condiciones propicias para la convivencia pacífica y el desarrollo individual y colectivo de la sociedad.
La Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos, en el Artículo 21, define a la seguridad pública como una función del Estado a cargo de la Federación, las entidades federativas y los municipios, cuyos fines son salvaguardar la vida, las libertades, la integridad y el patrimonio de las personas, así como contribuir a la generación y preservación del orden público y la paz social. La seguridad pública comprende la prevención, investigación y persecución de los delitos, así como la sanción de las infracciones administrativas, en los términos de la ley, en las respectivas competencias.
La actuación de las instituciones de seguridad pública se regirá por los principios de legalidad, objetividad, eficiencia, profesionalismo, honradez y respeto a los derechos humanos.
Con lo antes expuesto tenemos un contexto jurídico que en conclusión nos permite discernir que la seguridad pública es una tarea del Estado en beneficio de los ciudadanos, es decir, proteger la vida de las personas, sus bienes, libertades y por supuesto sus derechos; ahora bien, dentro del marco legal jurídico el Estado también tiene la obligación de hacer cumplir las leyes que nacen precisamente para aplicarlas en la seguridad pública y en consecuencia en beneficio de los ciudadanos.
El Estado siendo el responsable de mejorar las condiciones de seguridad en la sociedad, debe enfocar sus estrategias a través de la prevención del delito, mejorar el sistema de seguridad pública, combatir la corrupción, depurar y dignificar los cuerpos policiacos, reestructurar el sistema penitenciario, pero sobre todo promover la participación y organización de la sociedad.
DATOS ESTADÍSTICOS
Aquí es donde vamos a analizar datos de fuentes gubernamentales que si bien podrían estar desactualizados y faltos de precisión, cuando menos nos permiten analizar para sacar algunas conclusiones. Echemos un vistazo a los datos oficiales que arroja el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI) en la Encuesta Nacional de Victimización y Percepción sobre Seguridad Pública 2019, los datos obtenidos en cuanto al tipo de autoridad que se identifica y considera que la policía es corrupta; se puede observar que el 76.6% de la población considera a la policía de tránsito como la más corrupta, no obstante los datos proyectan porcentajes similares para la policía municipal, estatal, federal, ministerios públicos y jueces.
Aunado a esto, según el INEGI, casi el 80% de los mexicanos tenemos una percepción de inseguridad en el país, los estados con mayor percepción de inseguridad son: Ciudad de México, Estado de México Guanajuato, Morelos, Puebla Veracruz, Guerrero y Tamaulipas, donde casi el 90% de la población manifestó sentirse inseguro.
SEGURIDAD HUMANA
Existe un problema que se arraigó a través de los años, se llama desconfianza en aquellos que se “supone” deben velar por la seguridad de todos, este problema no sólo se presenta en México, sino en diversos países de Latinoamérica y Europa, lo que nos revela que muchas veces el speech político de “seguridad pública” que nace en las campañas para generar esperanza a la población y con ello votos electorales para políticos, en realidad no precisan una estrategia más allá de falsas expectativas.
Para poder cambiar percepciones, arraigos, falsas expectativas, etcétera, es necesario entender el fenómeno de fondo; la seguridad pública es un problema que se enfrenta a través de mejorar la calidad de vida de las personas con mejores empleos, ingresos, salud, bienestar, educación, pero también con ciudadanos comprometidos que cumplan con sus obligaciones con el estado y en la misma forma en cuanto a la cultura de la legalidad.
Este modelo fue mencionado globalmente en la Cumbre del Milenio, realizada en septiembre de 2000 por iniciativa de Japón, se creó la Comisión sobre Seguridad Humana de las Naciones Unidas, copresidida por la Sra. Sadako Ogata, ex alta comisionada de Naciones Unidas para Refugiados. En el año 2003 se dio a conocer su informe “Human Security Now” (Seguridad Humana – Ahora).
En este informe se define seguridad humana de la siguiente manera: “Consiste en proteger la esencia vital de todas las vidas humanas de una forma que realce las libertades humanas y la plena realización del ser humano. Seguridad humana significa proteger las libertades fundamentales: libertades que constituyen la esencia de la vida. Significa proteger al ser humano contra las situaciones y las amenazas críticas (graves) y omnipresentes (generalizadas). Significa utilizar procesos que se basan en la fortaleza y las aspiraciones del ser humano. Significa la creación de sistemas políticos, sociales, medioambientales, económicos, militares y culturales que en su conjunto brinden al ser humano las piedras angulares de la supervivencia, los medios de vida y la dignidad”.
“Seguridad humana ahora”, un modelo que vale la pena analizar con mayor precisión en otro momento, por ahora podemos retomar como referencia al psicólogo Abraham Maslow conocido como uno de los fundadores y principales exponentes de la psicología humanista, a través de su teoría de jerarquías en cuanto a las necesidades, expone en una pirámide cuya base es cubrir las necesidades fisiológicas y subsecuente la necesidad de seguridad, es decir, el ser humano después de respirar y sobrevivir lo que requiere es cubrir la necesidad de seguridad, por lo que concluimos que la seguridad existe desde el principio de los tiempos y continua en una diversidad de cambios que trascienden hasta posicionarse en la sociedad como una necesidad fundamental.