¿QUÉ PAPEL JUEGO EN ESTA PANDEMIA?
Siempre me han llamado la atención frases de algunas mamás: “No brinques ahí porque va a venir el policía”, “si te sigues portando así, le voy a decir a tu papá”. Me pongo a pensar lo que diría una madre israelí o suiza, seguramente sería algo como: “No está bien brincar ahí, porque vas a dañar algo que es de la comunidad”, o “portándote así no vas a conseguir nada”; es clara la manera en que marcamos el camino de la sociedad.
A las culturas latinas no nos gusta asumir la responsabilidad de las acciones, disfrutamos ser los buenos y preferimos tener antagonistas a los cuales culpar de nuestras condiciones: a los políticos corruptos, a los padres ausentes, a los hijos incomprensivos, al “chupacabras”, al “coco”, a la devaluación, somos creativos, pero ¿no deberíamos actuar simplemente basados en nuestra brújula moral? ¿Tenemos brújula moral?
Si hemos crecido bajo la premisa de “no lo hagas, porque te van a regañar”, lo más probable es que seamos adultos que actuemos bien sólo cuando nos están vigilando, “sacudiendo por donde pasa la suegra”, siempre tratando de evitar que me “cachen”, haciendo ídolos a narcotraficantes que escapan de la ley o pensando que es injusto que haya personas presas por robar comida y afuera tantos ladrones de cuello blanco, ¿en verdad es injusto eso? ¿O nos gusta jugar a Hollywood y pensar que las motivaciones son atenuantes del delito?
Tal vez serviría compararlo con esos días en que tu departamento está totalmente desordenado y sucio y no te queda otro remedio que dedicar toda tu atención a organizar, no creo que nadie empiece por limpiar las esquinas de los baños que llevan mucho tiempo sin limpiarse, lo lógico es que empecemos por recoger lo “fácil”, lo que te salta a la vista, llevas la ropa sucia a lavar y una vez que tienes espacio puedes enfocar te en la limpieza de profundidad, creo que así deberíamos ver las acciones del gobierno o de la justicia, y no desacreditar los pequeños avances.
TOMAR ACCIÓN
Tal vez en algunos de ustedes esté cruzando por su cara un gesto de inconformidad, porque no es lo mismo vivir junto a ese parque suizo a en un país donde la corrupción forma parte de la cultura, y en los que vemos actos claros de injusticia, pero mi pregunta es: ¿Qué haces tú para hacer de México un país mejor del que era antes de ti? No está bien quejarte si no eres parte de la solución, por supuesto que es “engorroso” hacer los trámites burocráticos, claro que sería más fácil dar una “mordida” para no ir al corralón y pasar varias horas resolviendo una multa, todos hemos estado en ese punto de frustración y quien esté libre de pecado que tire la primera piedra, pero sería momento de tomar las riendas de nuestras decisiones y aunque nadie me esté viendo, tomar el camino largo y tortuoso para construir un mejor futuro, para ti, tu familia y tu sociedad.
Todos nos hemos puesto a pensar por qué en otros países no se necesita tanta infraestructura para el cobro de un boleto de tren y aún así todos deciden pagarlo. Creo que lo hacen porque son pueblos que han invertido en educación cívica, son sociedades que se autoprotegen y reprimen los actos fuera de la ley como daño a la sociedad misma, pero son esos pequeños actos los que forman a ciudadanos con brújula moral, ese niño sabe que tiene que pagar el servicio que está usando no porque alguien lo esté viendo o lo vaya a castigar, sino porque es su obligación hacerlo.
Esta pandemia nos está haciendo vivir un momento difícil como humanidad, los que nunca habíamos vivido una guerra podríamos estar experimentando emociones parecidas: incertidumbre, miedo, inseguridad, violencia, intolerancia, es algo que nos va a marcar y a cambiar. En el futuro se harán análisis detallados de los caminos que se tomaron, cómo reaccionaron de distinta manera los líderes mundiales, por qué algunos acataron las reglas y otros decidieron brincarlas, finalmente tenemos los líderes que nos merecemos, tenemos afinidad porque nos representan.
ASUMIR NUESTRA RESPONSABILIDAD
Yo veo a la humanidad como un banco de peces, que nos movemos inconscientemente hacia una misma dirección, y aunque parezca que no puedo hacer nada en mi insignificancia solitaria creo que no es así, podemos ser la guía con nuestros propios grupos de peces hacia un lugar mejor, en que nos hagamos responsables de nuestros actos.
Para quienes han tenido la oportunidad de trabajar en una empresa de origen europeo, tal vez han percibido una tolerancia más alta a los errores, no por una falla (por más grande que sea) se despide a alguien, esa experiencia sirve para compartir una lección a la organización; fuera de las reglas de oro, que generalmente están enfocadas en honestidad, se toleran los errores de los empleados y de los proveedores en una perspectiva muy distinta de la que podemos tener de origen, a veces pensamos que es mejor hacer público un castigo o una consecuencia fuerte para que el resto sea temeroso de hacer lo mismo y de esa manera los “educamos”, pero que tal si lo viéramos desde esta perspectiva: ese proveedor ya aprendió lo que está mal.
¿Y si mejor establecemos medidas para que eso no ocurra ni con ese ni con otro proveedor? Esa lección tuvo un costo, pero me puedo asegurar de que no vuelva a ocurrir. Y esto es parte de asumir la responsabilidad, de entender que no es algo malo equivocarme y que por ende trate de ocultarlo, también puede haber consecuencias buenas de nuestros errores.
Como especialistas en seguridad deberíamos asumir este liderazgo en el plano de la responsabilidad social, estamos en posiciones privilegiadas, en las que prevenimos y analizamos situaciones que rozan la frontera entre lo permitido y lo no permitido, de nuestros parámetros también depende que se levanten todas las denuncias y no sólo las que no nos complican mucho la vida, podemos ser esta fuente generadora de cambio en una sociedad que necesita asumir su responsabilidad, nuestro país está aquí, porque por mucho tiempo se ha decidido tomar el camino corto, pero podríamos cambiar el rumbo hacia una sociedad consciente y responsable de sí misma y de nuestro querido México.