SEGURIDAD EN CENTROS EDUCATIVOS
A partir de enero del presente año, el incremento de contagios por Ómicron, variante del virus COVID-19, desestabilizó a quienes ya habían retomado, –empresas, industrias y ciudadanos– sus actividades adaptadas a la llamada nueva normalidad. Uno de los sectores con mayor incertidumbre ante este incremento es el de educación, ya que después de más de año y medio, algunas instituciones ya brindaban clases híbridas (virtual-presencial) a sus alumnos. Pero ante las cifras récord de contagio en ese mes, surgió la duda entre permanecer en casa o asistir a las escuelas.
La Secretaría de Educación Pública (SEP) dio la instrucción de que las escuelas debían permanecer abiertas, con el argumento de que las clases presenciales no habían sido un factor en el aumento de los contagios; las estrategias de seguridad que implementó fueron las de continuar con los protocolos sanitarios, dotar de la tercera dosis de vacuna contra el COVID-19 a los docentes y personal administrativo de las escuelas, así como la vacunación a niños menores de 15 años.
Aún así algunos estados optaron por retrasar el regreso a clases presenciales, también por las bajas temperaturas en ciertas regiones. No cabe duda que el mayor riesgo al que se le teme actualmente en los centros educativos es al contagio de los y las alumnas. Sin embargo para las escuelas que hoy en día sí tienen clases presenciales, enfrentan además los riesgos de seguridad de cada lugar, municipio, estado, y país.
Es por ello que Seguridad en América (SEA), realizó una serie de entrevistas a expertos en el tema, para conocer los riesgos, retos y el panorama que enfrentan los centros educativos hoy en día.
EL VIRUS QUE DAÑÓ LA EDUCACIÓN
Algunos de los riesgos que enfrentan los centros educativos van a depender del lugar en el que se encuentren, así como de los usuarios, el grado escolar, el contexto social y político y hasta el económico. Tiroteos, secuestros, robo de bienes, vandalismo, entre otros, son problemas a los que se han enfrentado estas instituciones y quienes laboran y asisten a ellas. Recordaremos el 20 de abril de 1999, la terrible masacre en la escuela secundaria de Columbine, Colorado (Estados Unidos), donde perdieron la vida 12 estudiantes, un profesor y los dos perpetradores.
Pero los tiroteos no han sido exclusivos del país del norte, el 18 de enero de 2017 en el Colegio Americano de Monterrey, Nuevo León (México), Federico Guevara, alumno de 15 años de edad, abrió fuego contra sus compañeros y profesores, lamentablemente dos personas fallecieron, incluyendo al tirador al dispararse en la barbilla minutos después.
Esos son sólo algunos de los riesgos que afectan la seguridad de las instalaciones educativas y sus usuarios, sin dejar de lado los naturales como inundaciones o terremotos (por ejemplo, el Colegio Rébsamen, con el terremoto de 2017 en México). Pero indudablemente la pandemia por el COVID-19 es el riesgo más representativo de este sector y que tiene tanto a padres y madres, alumnas, alumnos, docentes, trabajadores y responsables de la seguridad, incluyendo autoridades, trabajando por lograr el regreso a estas instituciones sin daño alguno.
“A pesar de los esfuerzos de concientización, campañas de comunicación dirigidas a la comunidad estudiantil y medidas de prevención adoptadas en la mayoría de los centros educativos privados, existe cierta resistencia al uso de cubrebocas y muy poco interés en el cumplimiento de los procesos sanitarios. El anuncio del regreso de alumnos a clases presenciales les dio una ‘falsa seguridad’, porque piensan erróneamente que la pandemia ya terminó, aunado a esto, el regreso se da justo después del periodo vacacional de fin de año, donde se incrementan considerablemente los casos de gripe estacional e influenza”, explicó Luis Constantino Chacón, gerente de Seguridad en Ibero Ciudad de México.
Las variantes del COVID-19 son tan cambiantes que ha sido difícil adaptar en tiempo las soluciones para la pronta detección del virus. En el caso particular de la variante Ómicron, este problema es aún mayor, ya que los síntomas son más similares a una gripe estacional, la fiebre, principal alerta del virus, ya no necesariamente está presente en una persona contagiada.
“En los filtros sanitarios quedamos a expensas de la responsabilidad social del cliente que nos informe sobre su estado de salud. Otro problema que enfrentamos es que debido al incremento de contagios no sólo del personal educativo, sino del personal de seguridad privada, las empresas de este rubro se han visto superadas y no cuentan con el recurso humano suficiente para cubrir las incapacidades”, indicó Andrés Olvera Aragón, coordinador regional de Seguridad Región Sur en UVM (Universidad del Valle de México).
Y no se puede dejar de lado la situación emocional y psicológica de los y las alumnas, el encierro ha afectado el comportamiento social de las personas, sin dejar de lado y muy importante que hay generaciones enteras que han cambiado de grado o empezado su vida académica sin estar en un aula o interactuar con sus compañeros.
“Los episodios de violencia, falta de empatía, y los problemas de tipo emocional que dejó el encierro de casi dos años, son situaciones que encienden los focos rojos en materia de prevención y nos llevan a estar más atentos y preventivos en temas como: episodios de violencia y ‘tirador activo’”, agregó Luis Constantino.
Retomando el tema de los tiroteos en centros educativos y que han sido provenientes de los propios alumnos, así como el cambio emocional al que se enfrentan en la actualidad, los propios usuarios de estos lugares aumentan las alertas para la seguridad propia y de los demás.
“En el sector educativo los mayores riesgos son originados por el usuario, dada esa condición hemos evolucionado de la parte material a los riesgos generados por situaciones emocionales, por lo que esto nos hace levantar las alertas en temas como suicidio y tirador activo, que cada vez se hace más latente la posibilidad de que estos sucedan dentro de los planteles, lo cual nos da pie a poner atención especial, esto adicional a los temas de riesgos naturales que tenemos (sismos, incendios, manifestaciones o movilizaciones masivas, etc.)”, agregó Carlos Irecta Lecona, líder de Gestión de Riesgos de Seguridad Región Centro Sur en la Vicepresidencia de Campus Puebla Tecnológico de Monterrey.
LAS ESTRATEGIAS
Una vez identificados los riesgos de acuerdo a la institución en la que se encuentran, los expertos elaboran una serie de estrategias de seguridad para contrarrestar estos y así lograr un ambiente seguro.
“Definitivamente debemos profesionalizar el servicio de Seguridad de los Campus, preparando al Oficial de Seguridad, subiendo los perfiles y que esto permita que tengan la capacidad de identificar de manera temprana conductas y comportamientos asociados a estos dos temas con un entrenamiento permanente en dignidad humana y dar el apoyo y acompañamiento a las personas identificadas. También realizar ejercicios de penetración o simulaciones para poder atender todo tipo de incidentes”, comentó Carlos Irecta.
Por su parte, Luis Constantino compartió las estrategias que aplica: campañas constantes de comunicación y concientización, vigilancia constante en áreas comunes, apoyo psicológico y charlas con padres de familia. Y específicamente para el tema de COVID-19, Andrés Olvera refuerza los filtros sanitarios, aplica el seguimiento visual del estado de salud, toma de temperatura, uso de cubrebocas KN-95, lavado de manos constante, medición de concentración de CO2 y mantener las áreas ventiladas.
Las infografías y la difusión de los protocolos de seguridad, así como los síntomas del virus son fundamentales para que alumnos y padres tengan información directa, certera y recordativa. El uso de cámaras térmicas también ha sido una herramienta de apoyo en este tema.
EL VIRUS ENTRA POR UN OÍDO Y SALE POR EL OTRO. NIVEL MEDIO SUPERIOR, EL MÁS VULNERABLE
De acuerdo con los expertos, el nivel medio superior es el más vulnerable al contagio, ya que por la edad de los y las alumnas (adolescencia, entre 14-17 años de edad), las reglas no son su tema primordial.
“Los chicos de preparatoria son más vulnerables y requieren un control más estricto, esto es derivado a su sentido de pertenencia y lo vulnerable que pueden ser con tal de pertenecer a un grupo. Además, que suelen retar más la autoridad y son más resistentes a seguir reglas, aunque no sea intencionado ya sea por desconocimiento o por la misma juventud”, explicó Carlos Irecta.
La adolescencia es un periodo de transformación en el que el adolescente se expone a condiciones de vulnerabilidad, así como a situaciones de violencia, tanto en la condición de víctima como en la de agresor. “A pesar de ser ilegal el consumo de alcohol y drogas en la adolescencia, continúa siendo el mayor factor de riesgo de este grupo, derivados del efecto de esas sustancias los principales problemas son: accidentes de tránsito, pérdidas escolares, y episodios de violencia, a lo anterior, hay que sumar los problemas emocionales que nos está dejando el encierro por la pandemia”, externó Luis Constantino.
Y también, como lo comentó Olvera, la vida social de esta generación es más activa y a esa edad no miden las consecuencias. Por ejemplo, la detención de 159 menores de edad en estado de ebriedad en una fiesta clandestina en Ciudad Juárez, Chihuahua (México), el 09 de enero de este año, quienes simplemente llegaron al lugar por una convocatoria en redes sociales y el pago de 100 pesos (4.85 dólares) por entrada y bebidas alcohólicas.
SEGURIDAD PRIVADA…
¿SÍ O NO?
Los centros educativos privados, en su mayoría cuentan con servicio de seguridad privada, los gubernamentales no. Pero, ¿qué opinan los expertos sobre esta estrategia?
“Nosotros contamos con un esquema de seguridad interno en materia patrimonial, esto ayuda a generar un nivel de compromiso mayor en la institución creando un buen plan de desarrollo y sucesión en los colaboradores de seguridad, en la parte tecnológica se tienen diversos servicios subcontratados en materia de mantenimiento y funcionamiento de los sistemas de videovigilancia, detección y alertamiento. Lo importante es mantener las pólizas actualizadas y con prestadores de servicio acreditados y actualizados en diversos foros de la seguridad”, puntualizó Carlos Irecta.
Para Luis Constantino Chacón, el contar con guardias de seguridad privada es importante para los centros educativos y sus usuarios, sin embargo debe saberse y tener cierto control sobre quiénes y qué empresa va a brindar el servicio.
“Es importante contar con el apoyo de una empresa que compruebe tener buenos controles de confianza, no sólo al momento de la contratación, sino de manera regular, en mi opinión, el principal problema que tienen la mayoría de las empresas de vigilancia en nuestro país, es la alta rotación de personal, la necesidad de cubrir puestos de manera urgente los lleva a dejar a un lado el bienestar del personal y no toman en cuenta: vocación, tiempos de traslado, lugar de residencia, costo de transporte, alimentación, etc., lo que provoca un ‘círculo sin fin’ que afecta directamente al cliente final”, indicó.
Por su parte, Andrés Olvera considera que sí son factibles y socios de negocio los servicios de seguridad privada para este sector, un apoyo de seguridad ante contingencias, así como las herramientas tecnológicas (videovigilancia, monitoreo, etc.).
SISSA: UNA ESTRATEGIA DE SEGURIDAD EFECTIVA PARA CENTROS EDUCATIVOS
Una de las empresas de seguridad que ofrece soluciones para el sector educativo, es SISSA, creada en 2011 bajo la dirección de Isaac Valencia Trejo, y que integra colaboradores con más de 18 años de experiencia en el sector de sistemas tecnológicos de seguridad, convirtiéndola en uno de los integradores más importantes de soluciones llave en mano, ofertando diversos servicios desde la consultoría, diseño e ingenierías, suministro e implementación de infraestructura tecnológica y de equipamiento crítico, servicios administrados y desarrollo propio de software.
“Hoy día tenemos posicionamiento y prestamos nuestros servicios en el interior y exterior de la república mexicana, con proyectos y oportunidades de negocio en la frontera de los Estados Unidos y en la región de Centroamérica, siendo partícipes y representantes con nuestras empresas líderes. Nuestro objetivo primordial es la consolidación de un crecimiento constante a través de grandes logros y resultados enfocados en la transformación digital, desarrollando continuamente herramientas digitales que nuestros clientes necesiten basados en sus reglas de negocio”, comentó Joel Alejandro Camacho Cortés, director de Desarrollo de Negocio en SISSA.
Esta firma cuenta con diversas tecnologías de seguridad que pueden robustecer y ayudar a optimizar la operación y seguridad de cualquier institución educativa, desde sistemas físicos como: sistemas de videovigilancia; sistemas de seguridad perimetral; sistemas detectores de objetos, metales y sustancias prohibidas; pero, sobre todo, plataformas abiertas, modulares y escalables desarrolladas por ellos mismos.
“VSS es nuestra plataforma que integra, monitorea y controla diversos sistemas de seguridad desde un sólo punto o control central, como la integración de analíticas de video con inteligencia artificial para la detección y alertamiento mediante dispositivos de CCTV (Circuito Cerrado de Televisión), además de la generación de métricas para el control de aforo y temperatura corporal en espacios cerrados", explicó Joel.
También habló sobre otra solución, la app de KaliConnect, aplicación diseñada para notificar si algún alumno, profesor o personal académico experimenta cualquier incidencia, situación de riesgo o de salud para que pueda ser atendido y canalizado de manera oportuna enviando notificaciones o alertas de emergencia sobre:
• Posibles actos delictivos.
• Comportamientos antisociales.
• Fallas en las instalaciones.
• Accidentes viales (en las unidades de transporte).
IXMAKI es otra solución de la firma, ésta se puede interconectar con sistemas de seguridad y coordinarse con procesos administrativos y de servicios para llevar cualquier centro educativo a un nuevo nivel de operación mejorando los procesos de seguridad.
“Optimiza los trámites académicos gestionando los servicios educativos, sólo basta con que cada alumno, profesor y demás personal administrativo registre su información general y enrole su información biométrica (iris, rostro en 2D, rostro en 3D o huellas), a través de una terminal biométrica para que pueda generar las minucias o puntos de referencia de cada dato biométrico capturado. De esta manera, cuando una persona intente ingresar a las instalaciones, se comparará su información biométrica con una base de datos que contenga la información de todas las personas que hayan sido enroladas en el mismo sistema, verificando o invalidando su identidad y proporcionando o denegándole el acceso a las instalaciones con ayuda de un sistema de control de acceso”, explicó Joel.
Esta plataforma es compatible con dispositivos biométricos y no biométricos que no requieren de contacto para la identificación de personas, lo que reduce al mínimo los puntos de contacto dentro de un centro educativo y permite tener un mayor control sobre las medidas de sanidad recomendadas por las autoridades y los especialistas en salud en el regreso a clases presenciales.
El experto compartió que bajo este esquema, IXMAKI mejora los procesos de seguridad de cualquier centro educativo y garantiza la seguridad física de los estudiantes en función de tres principales medidas de protección:
1. Control de acceso de estudiantes y personal académico.
2. Registro de personas autorizadas (padres o familiares) para la recolección o entrega de estudiantes.
3. Registro y control de visitantes.