Seguridad en América | Post

LA SEGURIDAD ES LA VÍCTIMA

Vinicio murió al tropezar en las escaleras y no poder agarrarse del barandal por llevar la vista y manos ocupadas en su celular para contestar inmediatamente sus mensajes; Nico se cercenó un dedo al poner un clip para evitar el paro total en la máquina en la cual tenía que meter la mano para ahorrar tiempo; Verónica se fractura el tobillo al tropezarse por caminar con prisa y llevar tacones altos; Jorge termina por romperse columna, brazos y piernas al caer de un piso a otro en una motocicleta por acelerar en una rampa del estacionamiento; Evelia se quema las pestañas, las cejas, el pelo y cara al querer prender el piloto de una estufa del comedor empresarial de forma impaciente.
    Lo anterior narrado son algunos ejemplos de incidentes “inexplicables” que suceden en las empresas y que surgen como retos a superar, con cierta frustración y asombro, por parte de los gerentes de seguridad, ‘safety’ y medio ambiente.
    Los protagonistas de tales incidentes quienes tuvieron la oportunidad de sobrevivir y explicar los sucesos posteriormente mencionan no tener idea o conocimiento del “porqué les pasó lo que les pasó”. Posiblemente es difícil encontrar la causa raíz de dichos sucesos que podrían parecer autodestructivos y saber donde buscar una solución a este problema.

EL ELEFANTE EN LA HABITACIÓN

Escuchar a los gerentes de seguridad buscar una solución en sustituir al recurso humano con la tecnología, me conecta con la metáfora inglesa del “elefante en la habitación”, la cual alude a un tema espinoso que todos conocen pero del que nadie se atreve hablar.
    Percibo a los humanos en general, conviviendo con un elefante que no pueden o no quieren observar, reconocer ni mover a pesar de lo estorboso, limitante y dañino que pudiera éste ser.
    Este elefante llegó a la habitación antes de que naciéramos. Se nos enseñó de niños, a no verlo feo, a no hablar mal de él, a no sentirlo, a darle la vuelta, montarse en él y, con la gran capacidad de adaptación que tenemos los seres humanos, a vivir con él y, como si fuera poco, alimentarlo y hacerlo crecer.
    Si pudiera ponerle nombre a ese elefante yo le pondría “modernidad”. Personaje enorme e invasivo que abarca gran parte de nuestras vidas y duerme en nuestra habitación.
    No se trata de satanizar al elefante. Los elefantes tienen una gran utilidad en el ecosistema, son ingenieros y crean caminos a través de los densos bosques africanos que habitan, permitiendo así que otras especies transiten. Ayudan a germinar a ciertas plantas a través de su digestión; las huellas gigantes del elefante al llenarse de agua permite que desarrolle un micro ecosistema hogar de renacuajos y otros organismos. Pero, ¿es adecuado y útil tener un elefante dentro de nuestra habitación?
    Al imaginarme un elefante, viviendo conmigo, puedo percibir que su tamaño se convierte en asfixiante, su trompa demandante y estorbosa, su excremento contaminante, sus colmillos lastimosos o amenazantes, las orejas podrían impedir el paso de luz y obstaculizar ver con claridad, llevándome a un mal funcionamiento de mis tareas y una incomodidad excesiva, incluso, a enfermar y en el peor de los casos morir.
    Lo mismo pasa con la modernidad, proceso de cambios que buscan homogenizar a la sociedad, a generado beneficios en la humanidad como la apertura hacia innovaciones y predisposición a experiencias nuevas, desarrollo del ejercicio de planificación, el sentido de la justicia distributiva, interés y valoración en la educación formal y el desarrollo de habilidades humanas orientadas a la eficacia en el tiempo, entre otros.
    Todo esto ayuda a entender el porque el elefante se ha metido hasta la recámara y nosotros seguimos sin querer sacarlo.

LA RANA EN LA OLLA CON AGUA EN EL FUEGO

La modernidad sí ha entregado beneficios sólo que hemos subestimado los pequeños y constantes cambios que ha traído consigo perdiendo la visión de donde nos encontramos y hacia donde nos dirigimos. Pequeños cambios que al generar confort nos han hecho perder la noción de lo que nos pone en peligro en el largo plazo. Fenómeno similar al que sucede con la “rana en la olla con agua en el fuego”, donde la rana al sentirse cómoda en el agua tibia no percibe el aumento de la temperatura que el fuego ocasiona en el agua y no sale de la olla por lo que hervida cocida en ella.
    A continuación mencionare tres cambios en el ser humano y la sociedad ocasionados por este proceso llamado modernidad y que nos ponen en peligro:

1.    Ser extranjero en uno mismo. La forma de vida y sistema de organización social han ido imponiendo el sentido y dirección en el individuo. Esta misma imposición genera una alienación, o pérdida de identidad, la cual anula la conexión consigo mismo, su voluntad, autonomía y creatividad.

2.    El uso del reloj es más importante que la brújula. El ser humano le ha dado más importancia a la “aceleración” y “saturación” en nombre de la puntualidad y eficiencia, que a otros valores importantes para la humanidad. La consecuencia de ello es dejar pasar como desapercibidos los espacios de descanso, vínculo y reflexión del individuo los cuales ayudan a nutrirse, enfocarse a dirigir y redirigir la vida con base a sus anhelos, sus valores, sus capacidades, sus necesidades e incluso su sobrevivencia.

3.    Dependencia de estímulos externos. Durkheim, sociólogo y filósofo francés (1858 -1917), habla de que surge una anomia, es decir, el individuo pierde la capacidad de auto regular sus instintos egoístas los cuales deben ser refrenados por reglas externas. Al no existir o ignorar estas reglas, la gente queda sin guía, desarraigada y perdida.

    Los cambios mencionados anteriormente pueden considerarse como causas o razones de la distracción, agresión e inseguridad que vivimos. Convierten a la seguridad víctima de la modernidad.
Existen daños irreparables. Una prueba son todas las consecuencias de los incidentes como los que se mencionan al principio de este artículo. Otra prueba de ello esta en el planeta, en la naturaleza y las grandes mutaciones que ha sufrido ésta.
    La buena noticia es que no todo esta perdido, no estamos en un estado permanente, ni irreversible. Siempre tenemos los recursos espirituales, de la consciencia, la libertad para elegir que actitud tomar ante lo que nos sucede y hacernos responsables de lo que elegimos. Es parte del potencial humano que todos tenemos.
    Sería peligroso pensar, paradójicamente, que la solución esta en la modernidad y dejarle nula oportunidad al ser humano para desarrollar y demostrar su infinito potencial.
    Mi propuesta siempre será poner la atención en las necesidades de la persona. Es a través de cambio de perspectivas para encontrar recursos que están a la mano, pero que “el mismo elefante en la habitación” impide observar.
    Campañas culturales de comunicación y capacitaciones con enfoque humanista holístico es la forma para ayudar y generar en los integrantes de las empresas cambios en la consciencia y congruencia con respecto a la auto cuidado, seguridad, trabajo en equipo, entre otros. Es a través de tener un trabajo constante en las dimensiones diversas del ser humano con consciencia como se llega a la congruencia:

•    Generar un espacio donde puedan trabajar en su congruencia personal.

•    Crear momentos donde logren identificar sus valores, emociones, necesidades, anhelos, acciones, tiempos y espacios congruentes con todo ello.

•    Crear consciencia en que somos seres con dimensiones diversas: la física, la mental, la social, la emocional y la espiritual.

•    Generar hábitos para satisfacer necesidades de nuestras diferentes dimensiones.

•    Desarrollar prácticas éticas, de seguridad, mejorar las relaciones laborales, habilidades sociales enfocadas a la calidad de vida de las personas.

•    Ayudar a los integrantes de la empresa a no ser víctimas de la aceleración y conectar con diferentes sentidos, diferentes valores que no sean la velocidad, el tiempo y la puntualidad impuesta.

    Como facilitadora del Desarrollo del Potencial Humano he comprobado que las técnicas de enseñanza y de acompañamiento con perspectiva humanista ayudan en la reducción de la accidentabilidad y en el aumento de calidad laboral y de vida.
    Entender que la vida tiene un proceso que debe ser respetado y que la seguridad se ha convertido en la victima de la prisa, uno de los cambios enemigos que la modernidad nos ha legado… y todavía no hablamos del COVID-19, al cual me referiré en una de mis próximas entregas en Seguridad en América.